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jueves, junio 25, 2020

BIOPOLITICA Y PODER EN TIEMPOS DEL CORONAVIRUS

“El estudio de la biopolítica como incidencia del poder sobre la vida es cada vez más relevante. Un tema tan antiguo y tan novedoso a la vez, adquiere importancia mientras las estructuras de control y dominación sobre los seres humanos se vuelven más opresivas ( Jose Luis Tejada Gonzalez)”. La última revista de literatura de la universidad Javeriana de Bogotá Colombia, trae varios artículos sobre biopolitica y género que me impusieron la tarea de hablar del tema con respecto a todo lo que nos está pasando. “Las disciplinas del cuerpo y las regulaciones de la población son los ejes alrededor de los cuales se despliegan los mecanismos de poder sobre la vida. La anatomía y la biología, la emergencia del individuo como inteligibilidad posible y las tecnologías que lo encierran dan cuenta de un poder cuya función ya no es matar, sino que invadir la vida en su totalidad (Mauricio Becerra Rebolledo)”. Básicamente el concepto nos remite a considerar el conjunto de estrategias de saber y relaciones de poder que se articulan en el siglo XVII sobre lo viviente en Occidente. El cuerpo se vuelve un objeto de explotación, la representación, los simbolismos, los estereotipos, son una construcción social encaminada a crear servidumbres y digna de las más perversas maneras de explotar a través de mecanismos de subjetivación.
Esto quiere decir que el “surgimiento del Biopoder absorbe el antiguo derecho de vida y muerte que el soberano detentaba sobre sus súbditos y, en las sociedades post Revolución Francesa, aspira a convertir la vida en objeto administrable”. El listado de decretos expedidos por los gobiernos a propósito del coronavirus, a propósito de la declaración de emergencia económica y de salud, es un buen ejemplo del biopoder, la ley permite políticas sobre el cuerpo con efectos muy claros, como insumos.
Esto quiere decir “El orden capitalista produce los modos de las relaciones humanas hasta en sus propias representaciones inconscientes: los modos en los cuales las personas trabajan, son educadas, aman, fornican, hablan… y eso no es todo. Fabrica la relación con la producción con la naturaleza, con los hechos, con el movimiento, con el cuerpo, con la alimentación, con el presente con el pasado y con el futuro –en definitiva, fabrica la relación del hombre con el mundo y consigo mismo” (Sayak Valencia. Citando a Guatari)[1].
El virus coronavaris, de tantas incidencias en nuestra vida en los últimos 4  meses, ha producido una de las crisis más graves de tipo social, se tradujo en la desaparición de muchos humanos por falta de control de este virus, exigió mecanismos de mitigación, básicamente el aislamiento, la única forma eficaz de controlar su expansión, el cual generó la peor crisis económica en el mundo, la productividad entra de la noche a la mañana en una fase inercial, el consumo se reduce  casi totalmente y los gobiernos tienen que entrar en un asistencialismo muy costoso  para sus economías, pues las vulnerabilidades de cada país se revelan, creando una situación muy compleja.  Latinoamérica con economías muy vulnerables está sufriendo su peor crisis. Saya Valencia en el documento referenciado categoriza: “La subjetividad capitalística se basa en el principio de que el individuo contemporáneo existe en su “posición de consumidor de subjetividad”. La pregunta es: Cómo se dará frente a la crisis la relación entre el poder y el sujeto, cuales serán las variables prevalentes.
La biopolitica, la relación entre las decisiones de los gobernantes y el cuerpo como objeto de subjetivizacion del poder, en la coyuntura específica, el virus y su descontrol, con la única salida posible, el aislamiento como prevención, constituye el punto de análisis central, el que debe importarnos. Este son las variables sobre el que el mundo se mueve. La primera fase, aislamiento y cero producciones, la economía entró en una fase inercial antes no vista. En el caso de Colombia, las cifras actuales, determinadas por la expansión del virus en relación con las muertes que se han producido, en los dos primeros meses, han sido las esperadas, basadas en las dos únicas variables: Aislacionismo y dotación medica: Los respiradores y las UCI. Con la toma de apertura del comercio, la última decision gubernamental, sin haber alcanzado el pico de la pandemia y menos sin tener las dotaciones medicas completas, los resultados pueden ser adversos e inclusive regresivos. Esto quiere decir que en su primera fase la economía estuvo totalmente parada, en cero, genera un presión para que el sistema se abra de nuevo. En términos de biopolitica significa que: “El orden capitalístico produce los modos de las relaciones humanas hasta en sus propias representaciones inconscientes: los modos en los cuales las personas trabajan, son educadas, aman, fornican, hablan… y eso no es todo. Fabrica la relación con la producción con la naturaleza, con los hechos, con el movimiento, con el cuerpo, con la alimentación, con el presente con el pasado y con el futuro –en definitiva, fabrica la relación del hombre con el mundo y consigo mismo (Sayak Valencia. Citando a Guatari)”. El sistema se ha quebrado, los flujos de dinero, la propiedad privada, el comercio y la producción dependen del monarca, del presidente, que es el que tiene totalmente el sarten por la mano, el mercado no funciona, apenas asoma la cabeza con sus primeras decisiones de abrir la economía lentamente. De hecho, muchas empresas comerciales están quebradas, restaurantes, cafés, comercio al detal. Ahora, después del virus, la economía tendrá cambios muy drásticos: En relación al trabajo, la relación empleado-espacio; los clientes; el comercio. De hecho, el estado sale fortalecido. 
Muchas cosas cambiarán. Me pregunto ahora: Vale la pena vivir esclavizado por tener una propiedad frente al cumulo de impuestos y la temporalidad que ha salido a flote con la pandemia ?.  “La relación del cuerpo con el espacio adquiere nueva dimensión. La biopolítica tiene trabajo por hacer, redefinir es la clave. Podríamos decir que el sentido del cuerpo se desplaza y adquiere una redefinición en torno al culto consumista, transformándose en un medio de comunicación de masas, que a su vez reconfigura una nueva domesticidad de género, “una nueva forma de domesticidad que surge de las imágenes mismas””. La traspolación es la siguiente: El insumo salud es vital, está por encima de cualquier otro eje, inclusive el económico y el de la productividad. La relación salud-productividad, no está funcionando, por el hecho de no tener hasta ahora control sobre la primera variable. Nada fácil.




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