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domingo, febrero 18, 2018

QUE ES LA POLITICA PARA TIEMPOS ELECTORALES


En todos los grandes pensadores —incluido Platón— es llamativa la diferencia de rango entre sus filosofías políticas y el resto de su obra. La política nunca alcanza la misma profundidad. La ausencia de profundidad de sentido no es otra cosa que la falta de sentido para la profundidad en la que la política está anclada. HANNA AREND
No se asume el concepto de “Política” en toda su extensión histórica, ni menos en las configuraciones semánticas que le dan sostenibilidad en el marco de las articulaciones con los fundamentos constitucionales, filosóficos,  sociales, además  de aquello que llamamos praxis. Uno relee a Aristóteles y entiende la actual crisis: “Si observamos que toda ciudad es una cierta compañía, y que toda compañía se ajusta por causa de algún bien—porque todos hacen las cosas por parecerles buenas, claramente se echa de ver que todas sus compañías pretenden algún bien, y muy señaladamente aquélla, que es la más principal de todas, y que comprende en sí todas las demás compañías, habrá de pretender el bien más principal de todos. Esta es, pues, la ciudad y la compañía civil. Aquellos, pues, que opinan que todos los hombres son aptos para regir una ciudad o un reino, lo mismo que para una familia, no lo entienden bien”.  De esto se deduce que la política siendo un arte por excelencia soportado en el deseo de hacer el bien, de la virtud como tal, no es pertinente para aquellos que no piensan en el bien en general. Se expresa de otra manera: “Son las actividades referentes a la ciudad, o más concretamente el gobierno de la ciudad. Y aplicaríamos el calificativo de político, para designar aquella condición necesaria de los seres humanos que viven, como consecuencia de su propia naturaleza, en una forma específica de la sociedad humana, la ciudad. Sólo el hombre, recordará Aristóteles, es político, los dioses o los animales no necesitan de la ciudad. El hombre es, en efecto, zoon politikon”[1].  Estudiar la gobernabilidad, la gobernanza en términos de Foucault como tal, la relación saber y poder, el factor dominante de cómo unos actúan sobre otros constituye un eje de suma importancia para establecer cómo se define el concepto performativo de política en la praxis. Colombia está en plena actividad pre-electoral. Todos los candidatos han estado en el entramado de la política, han hecho parte del estado desde hace muchos años. De alguna manera son responsables de lo que sucede en este país que aún no encuentra el norte, que está lejos de tener una convivencia civilizada y que definitivamente tiene una crisis ética absoluta. La política cuando se asume con rigor, desde el discurso, en los soportes teóricos esenciales, la relación entre los factores semánticos y la realidad determinan los niveles de coherencia en que nos movemos, ellos constituyen el resultado social concreto. Somos lo que hablamos en relación con lo que producimos, esta relación en sus afinidades determina gran parte de nuestras relaciones sociales, en el fondo constituye la salida a nuestros problemas. En términos de Habermas “Sería compatibilizar la normatividad (que es producto de consensos, nace de la estructura del estado y de un poder específico) que emana de un mundo de la vida estructurado lingüísticamente con la contingencia del desarrollo natural e histórico del las formas socio-culturales de la vida”[2]. Colombia vive en una corrupción galopante, la política es el arte de aprovechas las súper-estructuras del estado para intereses particulares, pese a la evolución del estado, a los niveles de democracia y la ley que tenemos, parecemos no entender los compromisos éticos soportados en las normas los cuales tienen un contexto histórico, filosófico. Los candidatos parecen seres celestiales, actúan como si no fueran responsables de nuestra realidad. Algunos nos consideran demasiado ingenuos. Recordé en una introducción de un texto de Hanna Arend esta afirmación que nos sirve para entender lo que pasa: “En la época moderna con la progresiva sustitución de lo político por lo social, el mundo, como espacio público se ha ido deshabitando y ya no ilumina, ya no permite hacer visible el quién”[3][4]. Solo les pedimos definitivamente a nuestros candidatos y  políticos coherencia, el reconocimiento de los graves momentos que padece la nación y un poco de sindéresis. No más.










[1] JUAN JOSÉ SOLOZABAL ECHAVARRIA. Una nota sobre el concepto de política.

[2] Habermas. Verdad y justificación.


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