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sábado, mayo 19, 2007

UNA SEMANA EXTRAORDINARIA

Por primera vez dejo de escribir una columna, para poder asimilar el cumulo de hechos, que envuelve a la nación, atrapada entre las encrucijadas de una multiplicidad de fenómenos, absolutamente graves. Es preciso resaltar, que de alguna manera es la propia institucionalidad a través de uno de los poderes públicos, quien devela gran parte de las verdades vergonzantes, dicta ordenes de captura y presenta implicaciones de congresistas, hombres de gobierno, particulares connotados en proyectos políticos para reconfigurar el poder; en donde el chantaje, el asesinato, los desaparecimientos y desahucio de las arcas, son apenas algunos aspectos expuestos.
Es indudable que el gobierno del doctor Uribe está en crisis, que el espionaje a la oposición, a la prensa, realizada desde organismos estatales, dice mucho de su neutralidad y respeto por la ley. De igual manera, algunos de sus generales y las propias fuerzas armadas no salen bien libradas, frente al paramilitarismo. A esto se le suman, una incoherencia absoluta de sus altos funcionarios, los síntomas de una crisis económica (desempleo, revaluación, déficit fiscal, subida implacable de la canasta familiar), que no se le aplican correctivos serios y donde la actitud de las autoridades económicas, deja mucho que desear con medidas poco ortodoxas, como las restricciones al encaje y al crédito externo.
Las declaraciones de Mancuso, la aparición de las fosas comunes, la exposición de fenómenos de tortura, masacre y expropiación en concubinato con el narcotráfico y con implicaciones de militares y uno que otro funcionario publico, son apenas un cuadro del crucigrama de violencia que no acabamos de definir desde la perspectiva teórica y del que difícilmente saldremos, si seguimos asumiendo la crisis con el sálvese quien pueda, yo no fui, a mi que no me toquen y el famosos estribillo de las responsabilidades individuales, esgrimido por el presidente de la república y algunos directores de partido.

Este es un país de asesinos, de asesinatos y de violencias múltiples entre el espíritu Santanderista de nuestras instituciones, que parece haberse acostumbrado a vivir entre la muerte, el saqueo y la corrupción, que paradójicamente posa como la democracia mas vieja de América latina, un respeto aparente por las instituciones, pero que nunca cambia sus maneras y parece contradecir el estribillo puesto de moda por una novela de televisión( nada es eterno en el mundo ), pues aquí, algunas cosas si parecen eternas.

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