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lunes, julio 12, 2010

EL LUGAR DE LA MEMORIA

Bajo la dirección del escritor Mario Vargas Llosa, Perú trata de reconstruir su memoria, el pasado nefasto de atrocidades que cubrió a esta nación bajo el régimen de Fujimori, con el propósito puntual, que dicho develamiento se constituya no solo en una catarsis colectiva, sino en un símbolo de reconciliación y estandarte para que el país no repita estos fatales errores. Cada palabra tiene una historia, cada referencia viene antecedida de su propio pasado. Cuando hablamos de memoria, hacemos referencia a un término con su propia genealogía. Fernando Carvallo, recuerda a propósito de esta palabra: “El primero que formalizó el estudio de la memoria colectiva fue el sociólogo francés Maurice Halbwachs, quien en 1925 publicó una obra que suele considerarse la primera referencia teórica sobre el tema, Los marcos sociales de la memoria. El origen de su curiosidad fue el mecanismo de la transmisión de ciertos temas musicales de una generación a otra. Quienes superamos los cincuenta años sabemos que algunas grandes canciones de los años sesenta o setenta, contra todas las predicciones, no han vencido la barrera del tiempo, mientras que otras sí. Guiado por la voluntad de establecer los criterios que hacen posible la transmisión y los filtros que definen los perfiles de la memoria musical, Halbwachs descubrió un continente de estudios nuevos que rápidamente comenzó a ser recorrido por otros investigadores. “Difícil conocer la totalidad de la verdad, la historia siempre será tendenciosa. Marc Bloch, realizó una tarea absolutamente responsable sobre este tema. Observó “con sorpresa que a medida que pasaba el tiempo se forjaban imágenes crecientemente divergentes de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), en la que había combatido como soldado del ejército francés. Bloch lamentó que tras el despliegue oficial de monumentos, textos y declaraciones patrióticas destinadas a crear un consenso nacional, el espíritu crítico fuese aplastado, contribuyendo a la mala preparación de su país para hacer frente a la Segunda Guerra (1939-1945)”.

El escritor Vargas Llosa sobre este proyecto comenta: “Creo que puede ser muy útil para consolidar cosas que a mí me parecen fundamentales, como la cultura democrática, el reconocimiento de que la democracia debe ser el marco en el cual hay que dar la batalla contra el subdesarrollo. Y al mismo tiempo me parece muy importante mantener viva la memoria del horror que vivió el Perú a partir de los años ochenta. Creo que eso puede ser una lección permanente contra la tentación del delirio terrorista que produjo la catástrofe que sabemos.”

Argentina hizo lo propio y en medio de muchas inconsistencias, revisa críticamente la historia de sus atrocidades, las implicaciones sociales y juzga a sus responsables. Colombia, pese a muchos intentos e incluso al trabajo de universidades, ONG, el mismo estado, no ha podido consolidar este propósito, desde lo institucional, pese a que existen leyes, como la de justicia y paz, que obligan implícitamente a una reconstrucción de la verdad, que solo se hace a través de ejercicios de la memoria. Pareciera que no hay una voluntad, que la trama de intereses no deja hilar en esta tarea y que sin esta reconstrucción de lo que nos pasó, lo que nos pasa y todas las implicaciones, difícilmente podremos salir adelante.

El tema lo traigo a colisión por que el presidente electo de Colombia poco se ha referido al tema y Colombia está lejos de asumir tan seria responsabilidad. No será fácil, por que le obliga asumir una tarea más compleja y que es el marco sobre el cual se desarrollaría un ejercicio como el propuesto: aclarar cual es la política en materia de orden público, reinserción, la agenda frente a los grupos guerrilleros, la agenda social en zonas vulnerables..En fin el debate queda sobre la palestra.



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