La mitad del país está
radicalizado por lo inmediato de las elecciones y no quiere entender la
importancia de las conversaciones de la Habana con la FARC y la otra no le
importa o lo que es peor es indiferente. La paz es un tema vital para el país, el
presidente no puede aceptar que se vuelva un tema electorero, menos suspender
los diálogos, nadie como él sabe que, al acuerdo se llegará en medio de los
avatares de la guerra, como quedó plasmado en la agenda inicial, así lo
impuso el gobierno. El doctor Santos ha dicho insistentemente que está detrás
de los cabecillas y nunca ha suspendido los cercos militares, no esperará que
la guerrilla, los suspenda discrecionalmente y deje de mostrar su poder a
través de lo que más sabe hacer: actos militares, extorsiones,
secuestros, bombas, instalación de minas quiebra-patas (infames), la autoridad
y administración en bastas zonas que el estado tiene abandonadas, actos que
son parte de su itinerario, los podemos llamar como quiera, no los van a
suspender, como el gobierno no lo hará con sus operaciones militares. La paz se
hace con los enemigos, no con amigos, nace de los conflictos, la guerra siendo
cruel e inhumana es de este talante, sin olvidarnos de una verdad a puño e
irrefutable, el conflicto lleva cincuenta años en una país lleno de inequidad
social, concentración de la riqueza, desigualdad, desplazamiento y corrupción a
granel, con más de cinco millones de víctimas y por lo menos 8 millones de
afectados, en gran parte por culpa de unas elites irresponsables.
Esperamos que el señor
presidente sea más inteligente que las circunstancias y que no cese en la
búsqueda de la paz. A los señores que solo ven la salida militar, ojala queden
con los crespos hechos y el país nacional sea superior a sus intereses
particulares, que inexplicablemente insisten en la guerra.
Los colombianos debemos
entender que la paz es el tema más importante, no podemos ceder en este
propósito, hoy más que nunca debemos saber que el interés general está por
encima de todo interés particular.