Cómo vivir es
un tema capital y cómo nos preparamos para el tema de la muerte. La filosofía
ha pretendido resolver inútilmente el problema, pese a las múltiples respuestas
que nos ha brindado aún no encuentra aquella que le satisfaga. La ciencia
igualmente ha intentado mil respuestas. Mire esta realidad para nosotros los
latinos, como dijo Roberto Bolaño, no hemos podido salir de la violencia.
El presidente colombiano no obra en razón del deber constitucional de garantizar la paz. Esquilma su responsabilidad y se
ha vuelto muy ágil cuando se trata el tema de la violencia, más bien propugna la violencia, decidió
siempre culpar a la guerrilla y al gobierno anterior de la misma, sobre todo cuando las fuerzas armadas asesinan a alguien. Su rencor no tiene
límites, lógico que me refiero al expresidente Uribe. El doctor Duque, desde
que se posesionó ha decidido nunca nombrarlo. El espejo retrovisor es su mejor excusa para
el cúmulo de errores que no ha podido evitar, es un verdadero primíparo en el
poder, un títere sin fortuna alguna.
No respeta
los fallos de la justicia y menos a la corte Suprema De Justicia, trata, de manera
perversa y extralimitada de influir en las decisiones de la justicia que no le
convienen y ha decidido intervenir abiertamente en el juicio al Doctor Uribe, pese
a su inconstitucionalidad.
La falta de carácter
del presidente deja mucho que desear. Los asesores que, vaya sí se equivocan,
son una corte de áulicos que lo llevan por el despeñadero, con torpezas que dan
pena.
La violencia nuestra
requiere de inteligencia y sindéresis, está lejos de ser resuelta para el país,
no hay forma de que la logremos. Todos los días nos levantamos con la muerte de
líderes sociales y en vastas zonas del país hay enfrentamientos a granel entre
muchos actores armados: Militantes de la FARC que no participaron en el proceso
de paz, ELENOS, narcotraficantes, el clan del Golfo, de Sinaloa y
narcotraficantes, todos luchando por las rutas del narcotráfico, no hay colectivos
políticos, todos son delincuentes netos.
El disparo
del soldado al transgénero refleja la crispación en que vivimos y los temores
que nos asaltan en una paranoia sin límites. Qué pena la actitud y la
incapacidad del ministro de defensa Holmes Trujillo. Que infantil la respuesta que
le dio a la corte suprema de justicia frente al fallo a la tutela que hace
trámite a cosa juzgada, además la torpeza de decir que la van a apelar, es
discrecional de la corte constitucional si la revisa o no. Los áulicos vuelven
a equivocarse.
Nuestra clase
política es inferior a las circunstancias. Nada que hacer.
Acabo de leer que el ministro de defensa colombiano le dice a la corte suprema irresponsable hasta dónde ha llegado el irrespeto por la institucionalidad. Sí está haciendo campaña, es una fortuna que la nación conozca el tamaño de los absurdos y la ausencia total de respeto por la separación de poderes.