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viernes, julio 27, 2018

COLOMBIA UNA CAJA DE PANDORA


El asesinato continuo y diario de líderes sociales en Colombia constituye una verdadera tragedia. han sido perpetrados por fuerzas oscuras, en cada una de estas muertes hay causas variopintas y difíciles de descifrar, cada asesinato está rodeado de circunstancias especiales: Procesos de restitución, defensa de comunidades, recuperación de espacios políticos. Los líderes advierten a las autoridades sobre el peligro que corren, casi siempre el estado termina siendo impotente para protegerlos, pese a las denuncias, los asesinatos nadie los evita. Ahora que el tema de nuestra historia está sobre la palestra por gracia de varias publicaciones de mucho éxito e importancia, volvemos hacernos la pregunta inevitable y recurrente: Estaremos condenados a matarnos eternamente?, Es posible tener el mínimo grado civilidad que nos permita una convivencia pacifica?.
Hay cosas que nunca hemos resuelto pese a lo importantes para superar nuestra violencia. El conflicto nació de la falta de espacios políticos, de mucha inequidad, de las continuas e irresponsables disputas entre las élites que nos acostumbraron a resolver nuestras diferencias a sangre y fuego. En el siglo XIX fueron las guerras civiles, la confrontación armada entre federales y centralistas; la guerra de los mil días en el final del siglo XIX y Principios del siglo XX; en el siglo XX la violencia partidista desde los años 30 hasta el 57 entre conservadores y liberales, fue cruda y despiadada; después se presentó la amnistía del general Rojas Pinilla que tenía por objeto la inclusión  a la vida política y social de grupos por fuera de la ley, en un época de recrudecimiento de los fanatismos partidistas, con mucho pueblo asesinado, esta anmistia al final fracasó y trajo el nacimiento de las guerrillas ante el asesinato de sus principales líderes, quienes volvieron al monte; más tarde llegó el narcotrafico con toda su carga de violencia, muerte y sicariato, concomitante con todas las otras violencias, contaminó con sus dineros sucios a gran parte del aparato productivo, político y la sociedad en general entre el 70 y el 20015,  desde su nacimiento nunca tuvimos alguna tregua; en este periodo también vivimos la guerra entre carteles, los actos de estos contra el estado y por último la consolidación de las Bacrim, organizaciones del crimen que han venido creciendo en casi todas las capitales del país. La violencia en Colombia ha sido el pan de cada día desde hace muchos años.
Me duele Medellín, está en manos de la delincuencia común. En alguna época se produjo un contubernio perverso entre autoridades y grupos criminales que nos hizo creer que no teníamos problemas, estos acuerdos secretos generaron los empoderamientos de las Bacrim, con tan graves consecuencias. ¿Que hacer?, no son fáciles las soluciones, el alcalde ha confrontado estas organizaciones con mucha valentía pero los problemas no se solucionan tan solo con medidas de policía, se necesita más. La delincuencia en algunas zonas se volvió para los muchachos en una opción de vida, son atraídos por el dinero fácil, este compra conciencias, asumen un modelo de vida delincuencial con un orgullo inexplicable, tienen su propio lenguaje, una manera de ser que los identifica, un sentido de la vida por fuera del canon.  Este modelo se multiplica entre los muchachos de los barrios más populares. El fenómeno Pablo Escobar nos hizo daño. Aun lo imitan y para algunos es un héroe, una especie de Robin Hood. Hay que fortalecer otros caminos: La educación, el deporte, la honestidad, el trabajo, el conocimiento, de hecho esta ciudad ha hecho grandes inversiones: Parques bibliotecas, festivales, campañas educativas…en fin.
Señor gobierno, hay que proteger a los líderes sociales, recuerden, fuerzas oscuras hace  algunos años acabaron con todo un partido político, la UP, mataron más de 6000 militantes, crímenes que aún siguen impunes, no repitamos la historia, que nos sirva de algo.




viernes, julio 20, 2018

“POR QUÉ FRACASA COLOMBIA” DE ENRIQUE SERRANO



Las novelas históricas de Enrique Serrano las he leído y seguido no sólo por la calidad literaria de las mismas[1], sino por trabajo de investigación detrás de cada una de ellas, el soporte es serio y juicioso.  Conozco algunos trabajos académicos y ensayos para la prensa de mucho rigor, como todo lo suyo. Este libro, de reciente publicación, me parece de suma importancia, en un tiempo donde la historia perdió su razón de ser para las nuevas generaciones, son muchas las causas, un pragmatismo exacerbado, una sociedad que solo vive para el presente e indudablemente falta de labor pedagógica. Hasta hace poco la cátedra de historia en Colombia no existía. Curiosamente recordé un texto de Posada Carbo: “La nación soñada”, con ciertas afinidades, para no citar el del profesor Jorge Antonio Melo, "Historia mínima de Colombia", publicado hace poco, que coloca el tema de nuestra historia sobre la mesa.
El libro nace de la necesidad de eliminar los lugares comunes sobre nuestro pasado, cierta proclividad a sintetizar la naturaleza de nuestra tragedia, en clichés y frases de poco contexto y menos producto de investigaciones completas y con cierto carácter científico. En el prologo hay una afirmación que respalda este señalamiento: “ De entrada el texto, que por alguna razón hace pensar en otro título, -Las raíces secretas de nuestra nacionalidad -, riñe con el culto casi histérico de las efemérides, por los ritos de paso y el pensamiento mágico con que se enmarcan determinadas fechas del calendario nacional”. Expresa el prologuista, riñe contra los historiadores, con la proverbial arrogancia de la academia y definitivamente, con esa mirada fuera de contexto a que sometemos nuestros acontecimientos.
Hay un priori que anticipa todo la línea argumental: "En este ensayo pretendo tratar una materia crucial de nuestra sociedad, como lo es el pasado de la nación Colombiana. A Renglón seguido ratifica: “Lo primero que hay que decir es que hay una cierta voluntad de negación o de ocultamiento entre los implicados, que no es deliberada ni malévola, sino dubitativa, inexperta y desconfiada, porque nuestra pasado se suele ver como algo remoto, arcaico e incluso intrascendente”.
Su análisis arranca desde la conquista, no descuida ninguna época, menos algunos hechos y variables, que precisan tenerse en cuenta, para entender nuestra vida republicana y por ende nuestro presente. Se desentiende de la leyenda rosa o trágica de la conquista, intenta hacer una mirada total y por encima de los clichés que tanto daño nos han hecho. Imposible desconocer la herencia cultural de Europa, la construcción de un territorio donde los curas y las parroquias constituyen un eje esencial. No solo heredamos un idioma, una nueva manera de narrar y nombrar las cosas, sino unas taras, una forma de pensar y manejar nuestras realidades, de contar, de memorizar. No siempre hemos vivido en conflicto, afirma el autor, pero en cambio la disputa por la tierra lo ha definido todo, incluso hoy es tema central necesario para la trasformación en una sociedad más justa y sin tanto conflicto sin resolver. 
Enrique realiza una mirada juiciosa de cada época de nuestra historia, descifrando los factores más relevantes que son importantes para entender el presente, curiosamente no los tenemos en cuenta hoy, los hemos olvidado. Lo he palpado frente a los acuerdos de la Habana, este país que ha estudiado nuestro conflicto excesivamente, que creó una verdadera profesión alrededor de estos estudios, violentologos, expertos de la academia en estudios sobre el conflicto, el cual está realmente sobre-diagnosticado, hay más de 400 publicaciones importantes alrededor suyo, ahora en el debate que despierta la desmovilización de la FARC nadie los trae a colación, siendo tan necesarios para entender todo lo que estamos haciendo en materia de paz, están en el cuarto de San Alejo. 
Este libro requiere de varias lecturas, de contrastación, de paralelos. Entender el pasado significa comprender el presente en su absoluta génesis. Siete capítulos perfectamente hilvanados. Espero mis lectores se inquieten.





[1] Enrique Serrano López Es un escritor colombiano nacido en Barrancabermeja en 1960. Es también comunicador y filósofo de la Javeriana, y profesor e investigador del Rosario. Ganador, en 1996, del premio Juan Rulfo que otorga Radio Francia Internacional. Publicó su primer libro, La marca de España, en 1997. Esta obra, que fue editada en España por Editorial Destino y en México y Argentina por Planeta, ha recibido elogiosos comentarios por parte de importantes personalidades como Gabriel García Márquez, Álvaro Mutis y Alfonso López Michelsen. Obras: Cuento La marca de España, 1997, De parte de Dios, 2000, Novela Tamerlán, 2003, Donde no te conozcan, 2007,El hombre de diamante, 2008,La diosa mortal, 2014,Ensayo, ¿Por qué fracasa Colombia?, 2016







viernes, julio 13, 2018

QUE ME DEJÓ EL MUNDIAL DE FÚTBOL DE RUSIA



Tengo dos sensaciones paralelas  frente a todo lo sucedido en este magnífico evento, que resultó ser una excelente muestra de tecnología, mercadeo, capacidad de negocios, organización, sincronización y publicidad…constituye una verdadera maestría en economía global, márquetin y geopolítica. Todo estuvo perfectamente calculado, con una cualidad: Cada ítem costo millones de dólares y generó mayores cifras en rentabilidad; espectro general que se desarrolló al tenor de una pasión… el fútbol….el gol,  es el clímax, la culminación, nos vuelve locos.
Rusia no es cómo no lo imaginábamos, tal vez nos hicimos a una idea errada por esos estereotipos que nos vendió la guerra fría y la polarización en los últimos cien años con los Estados Unidos. Cuando leemos la historia de este gran país, rica en hechos épicos y trágicos, buena literatura, azotado por grandes dictaduras, estuvo por mucho tiempo rezagado de Europa, fue protagonista de las dos grandes guerras del siglo pasado, mantuvo un sector rural por mucho tiempo atrasado y paquidérmico, fue un pueblo con altos indices analfabetismo….Hoy al contrario, tiene una juventud  preparada, políglota, técnica, gracias a un sistema educativo gratuito y democrático, viven en ciudades modernas y hermosas, gozan de un ambiente permanente de cambio y alegría sin igual, su economía y por lo tanto su gente está inmersa en una capitalismo voraz que no tiene retroceso, de la mano de Putin, quien lleva 20 años en el poder, el país vive absolutamente en la economía global.  
En cuanto al fútbol, el cambio de tercio en este mundial fue total. A la final llegaron los más inesperados. Francia ganó con justicia el mundial. Su nómina no sobre-pasa los 27 años de edad y su juego, fue diferente a todo lo que he visto, no por que sea revolucionario, sino por lo práctico y efectivo. Nadie puede decir que es un juego defensivo, pero tampoco es el más ofensivo, es una paradoja. Tiene dos atletas, capaces de dejar atrás con su velocidad a cualquier defensa. Los cambios en este mundial fueron casi del 100 %. Al igual que en Alemania 1974, donde el equipo de Holanda presentó un sistema revolucionario, se le bautizo como "El fútbol total", a este equipo se le llamó la naranja mecánica. En el mundial de Rusia, apareció un sistema de juego novedoso: Ágil, de muy pocos toques, con verdaderos atletas, siempre corriendo en tiros muy largos.  Jorge Hernán Peláez lo explica mejor: Rakitić y Modrić de Croacia,  hacen dos cosas básicas que se enseñan a todos los niños en las escuelas de fútbol: tocan siempre el balón al hombre que está libre, e inmediatamente se mueven a un espacio en donde quedan libres de marca. En lenguaje callejero de nuestros potreros “toco y me voy”. Suena muy sencillo desde la tribuna, la sala de prensa o la televisión. En el campo de juego es a otro nivel, Modrić, volante mixto del Real Madrid, se acaba de jugar 360 minutos fenomenales en tres prórrogas frente a Dinamarca, Rusia e Inglaterra y queda la sensación en el ambiente de que podría jugar 200 minutos o más de cada partido. El croata tiene un despliegue físico envidiable y es un “guapo” a la hora de levantar a su equipo con el marcador en contra.”.  El sistema está basado en tres variables simples: Eficacia (Toques rápidos, desplazamientos largos, siempre adelante, no hay rotación, ni pérdida de tiempo) condición atlética y sincronización.
Este no fue el mundial de los llamados históricos. La verdad lo disfrute muchísimo. Que nos queda: Volver a la literatura.



domingo, julio 08, 2018

EL MUNDO DIGITAL Y EL COMPORTAMIENTO HUMANO


Sartre expresó: “El individuo es, lo que otros han hecho de él”. La mayoría de nuestra personalidad, los comportamientos, valores y actitudes están determinados por influencias de nuestro entorno, empezando por aquellas en las que nos hemos formado, principalmente la familia, el medio en que nos desarrollamos y aquellas que nosotros adquirimos en la vida, que dependen de múltiples factores, subjetivos unos, externos otros. La pregunta desde la ciencia es como los estados de conciencia, aprendizaje y los hábitos surgen en el cerebro. En el Hamlet se dice con más vehemencia, “ser o no ser”, pensar. Cuáles son los procesos psíquicos y fisiológicos alrededor de este proceso. Hay mucha literatura al respecto y la neurociencia hoy está en su mayor apogeo. La pregunta que propongo: ¿hasta donde llega nuestra autonomía y capacidad de configurar nuestro propio destino?, en una era donde todo lo que hacemos y pensamos está casi siempre articulado desde la red, con lo digital, el mundo del internet y las redes sociales, desde la parte primigenia de formación de conceptos, valoraciones y rutas de acción, hasta las etapas más extremas, que tienen que ver con las elaciones sociales y con el estado. Los mínimos conceptos se articulan desde la red. Un hijo estando en nuestro hogar, está más conectado desde su teléfono móvil con el mundo digital que con sus pares en el sitio concreto. En una revista de la universidad nacional me encontré con un artículo sobre psiquiatría y conciencia, que en alguna parte se hacía esta pregunta: “Como es de esperarse, las opiniones se encuentran enormemente divididas cuando se trata de explicar en qué consisten nuestras sensaciones conscientes, subjetivas; es decir, esas experiencias que están esencialmente atadas a nuestra perspectiva de primera persona, a nuestro punto de vista como su­jetos experimentadores. No solo es difícil encontrar unanimidad en el modo en que, se supone, debemos hablar de “conciencia”, tanto en neuropsicología como en psiquiatría, sino que tampoco resulta fácil entender exactamente la manera como la conciencia figura en los mo­delos y explicaciones científicas de dichas disciplinas. Porque, como nos lo advierte William Lycan, “parece haber una infranqueable ten­sión entre una visión científica, materialista del mundo, y el carácter subjetivo, fenoménico de la experiencia” (1996 2). ¿En qué consiste esa tensión?, ¿de qué modo la filosofía puede arrojar luces sobre el proble­ma? y, finalmente, ¿cuáles son las teorías filosóficas y científicas sobre la conciencia más prominentes del momento?, son las preguntas que este artículo de revisión busca ayudar a responder”[1]. Al actuar, quienes somos, que realmente nos motiva. Ahora, cómo surge esta pregunta en el mundo digital, que lo es todo, lo virtual hoy es la realidad. Una cosa es: Cómo es qué pensamos ( Llinas) y qué es ser conscientes. Hoy, sería, por qué pensamos de esta manera. Ahora que se habla de tendencias, que son verdaderas oleadas desde donde se prefiguran comportamientos, gustos, me pregunto por la autonomía, cómo marco directriz de lo que pensamos y hacemos. Habría que contraponer: “Pero hoy, por primera vez en la historia de la Humanidad, los cerebros del mundo están conectados, el conocimiento fluye a la velocidad de la luz y alcanza cada rincón del planeta a coste cero. Por eso, por su sobrecogedora abundancia, es precisamente por lo que no vale nada: “en la sociedad del conocimiento” dice el profesor Tasaka de la Tama University de Tokio “el conocimiento no es importante” (Tasaka, H., 2011). Lo que importa es la sabiduría”[2]. Castell lo expresa de otra manera: “Internet es el tejido de nuestras vidas en este momento. No es futuro. Es presente. Internet es un medio para todo, que interactúa con el conjunto de la sociedad y, de hecho, a pesar de ser tan reciente, en su forma societal (aunque como sabemos, Internet se construye, más o menos, en los últimos treinta y un años, a partir de 1969; aunque realmente, tal y como la gente lo entiende ahora, se constituye en 1994, a partir de la existencia de un browser, del world wide web) no hace falta explicarlo, porque ya sabemos qué es Internet. Simplemente les recuerdo, para la coherencia de la exposición, que se trata de una red de redes de ordenadores capaces de comunicarse entre ellos. No es otra cosa. Sin embargo, esa tecnología es mucho más que una tecnología. Es un medio de comunicación, de interacción y de organización social”[3]. Realmente quienes somos, por qué actuamos de determinada manera, en que era estamos desde la perspectiva subjetiva. Esta es la pregunta.








[1]                                                                                                
 El problema de la conciencia para la filosofía de la mente y de la psiquiatría,  ideas y valores • vol. lxvi • suplemento n.o 3 • 2017 • issn 0120-0062 (impreso) 2011-3668 (en línea) • Bogotá, colombia • pp. 15 - 45
[2] Universidad complutense, la revolución digital.