Es un hecho, el Doctor Iván Duque ganó de manera sólida, Petro avanzó a la segunda vuelta y es el primer ex-guerrillero que está con una opción real para la presidencia y Fajardo definitivamente es un fenómeno político, que marcará en adelante, por ahora, entierro de primera para German Vargas Lleras y El partido liberal. Debemos evitar análisis pensando solo en las opciones de la segunda vuelta, se
hace preciso en cambio una evaluación rigurosa del gran momento político que vive nuestro país. Se dieron factores de cambio reales y muy
positivos: El voto de opinión se consolidó en este país, grandes ciudades como
Bogotá, Pereira, Barranquilla, para citar apenas unas pocas, demostraron que es
posible participar sin ningún tipo de arandelas, el país clientelista y
marrullero poco a poco va quedando atrás, imposible cantar victoria, pero todo
tiene un principio. Segundo: Fueron las primeras elecciones absolutamente en
paz, no hubo ningún hecho de violencia que lamentar, nos habíamos acostumbrado a los mismos,
hacían parte de nuestro ADN. Tercera: Los partidos tradicionales perdieron su hegemonía, los dos candidatos que supuestamente dependían de maquinarias y
clientelas fueron derrotados de manera absoluta. Cuarto: Los debates cumplieron
con su cometido, orientaron al elector, produjeron repuntes, Fajardo fue un
beneficiado de los mismos, a diferencia de las redes, donde las noticias falsas
y los miedos son el pan de cada día, aquí, el contacto directo con los
candidatos garantizó una comunicación transparente. En adelante, el tiempo es muy corto, cada campaña generará
estrategias para ir por esa gran masa de centro sin candidato, más de cuatro
millones de votos están a disposición, la capacidad de seducción saldrá a la
palestra, nada deberá improvisarse al respecto. Esto quiere decir, que el señor
Petro tendrá que explicar muy bien su modelo económico, despejar las dudas
sobre privatización, los interrogantes creados sobre Castro-Chavismo y expropiación, de igual manera tendrá que demostrar su capacidad para trabajar en grupo, ser menos terco, admitir las discrepancias
con sus líderes, recordemos que despachaba secretarios de gobierno en
el distrito ante cualquier diferencia; su reto seducir a esa juventud ansiosa,
a una población pobre e informal que definitivamente necesita quien los
represente. Iván Duque, deberá garantizar, que el radicalismo representado por las iglesias cristianas no terminará imponiéndose, ese que lidera el señor Alejandro Ordoñez, significa dar vuelta atrás a derechos
adquiridos y consolidados después de la constituyente del 91, políticas que
atentan contra la mujer, contra la comunidad LGTB y contra libertades y
derechos como los de la dosis personal, propuestas que
según su discurso de celebración del domingo, parece
no va a modificar. Otro hecho, quien gobernará, hasta ahora será imposible
quitarse la jefatura tan marcada de doctor Álvaro Uribe. Algunas Alianzas no
tienen duda. Germán se unirá a Duque, difícil endosar en estas circunstancias
cualquier voto. Ha y gente de centro que no votará nunca por Duque y menos por
Petro. Ejemplo: es la primera vez que un presidente de la república no tiene
candidato. Duque acentuará el discurso en las debilidades de Petro y este
último hará lo mismo. Esperamos que el debate sea ideológico y programático.