Con este nombre se
compilaron en un excelente libro 1991 varios textos sobre la modernidad, que
desde varias ópticas trataron este tema que estaba en plena
efervescencia, en el marco de una apertura económica muy amplia, en plena
globalización, en medio de la revolución de las tecnologías de la información y el conocimiento, un mundo optimista en últimas.
Colombia pretendía renovar su aparato productivo en el marco de reformas
acordes a las exigencias del mundo de la mano de una nueva constitución que en esencia sería la plataforma legal para tal
efecto, carta que incorporó todos los derechos de participación que una sociedad democrática moderna pudiera tener, la
tutela y un amplio corolario de derechos fundamentales que la hicieron especial,
llenó al país de esperanzas de cambio, en medio de una violencia lacerante e
inmanejable promovida por actores muy cercanos al narcotráfico, en el marco de
las peores iniquidades y con problemas sociales de tipo estructural sin ninguna posibilidad de resolución.
Expresaban los compiladores[1]:
“Un país en el cual ha llegado a ser común que la mínima diferencia se resuelva
con la eliminación sumaria del contrincante y para ello se paga cualquier
cantidad de dinero y se utilizan las más sofisticas armas y los últimos
aparatos electrónicos de comunicación,
seguimiento, personal y transporte. Donde el primitivo matar a otro, se
convirtió, para parte de su población, en la única manera de remplazar miseria por la posibilidad de conseguir, aquí
y ahora, los más novedosos aparatos electrodomésticos”. En Colombia vivíamos en pleno auge de un fenómeno oprobioso , cruel y fuerte: el paramilitarismo, que
contrató lo mejor de la maquinaria militar disponible en el mercado de
mercenarios del mundo, que estableció un proyecto fascista alrededor del
monopolio de la tierra, con candidato presidencial a bordo y que al final generó unos niveles de eficacia
aterradores, que demostraban hasta donde había llegado el poder de estos
señores.
Todos los artículos del
libro se refieren a la experiencia de la modernidad, son muchos, muy serios, el texto per se, constituye
una antología excepcional e importante, que es bueno releer. Empieza con un texto de
Hurguen Habermas: “Modernidad Versus posmodernidad”, asume el
debate desde su centro: Hace un desciframiento histórico de la modernidad,
primero atendiendo a sus etimologías y contraposiciones lingüísticas desde la
Grecia Antigua, el cambio de paradigma en el renacimiento, la ilustración y la
revolución Francesa, la relación con la vanguardia y la estética a partir de
Baudelaire. La modernidad cultural y la modernización de la sociedad, su
laicidad y por su puesto la posición de las tendencias neoconservadoras, des-sacraliza
la mirada de los pensadores Franceses, quienes en su parecer han tras-pasado los
contextos sobre los se debe unificar la interpretación de la historia, el discurso
que lo hace coherente. Lyotard, en el mismo libro, en un artículo denominado
“La posmodernidad” asume la discusión con aquellos que hacen la defensa de la
modernidad, Habermas principalmente. El filosofo Alemán establece que las
nuevas vanguardias, ausentes de un puente que enlace conocimiento, ética y
política, se caracterizan por la fragmentación del pensamiento y las artes en
el marco de especializaciones del pensamiento cobijado sobre
un lenguaje carente de significaciones y de sentido histórico[2].
Lyotard focaliza el debate en desvirtuar la
mirada unificadora del pensamiento, la interpretación de la historia como fin, la óptica
totalizante, aquella que trabaja de la perspectiva de la continuidad, como
hasta la fecha lo ha hecho la filosofía y los propios historiadores clásicos, sobrepone
una óptica deconstructivista, descifrando los acontecimientos desde la relación
saber-poder, atendiendo a los meta relatos, descifra y denuncia la racionalidad propia del
capitalismo, le quita sus mascaras, por lo tanto contradice la visión de la modernidad desde la
perspectiva Hegeliana, sin negar su importancia. En este texto hay un
descripción de las tendencias del arte frente a las perversidades del
capitalismo, de la valoración a partir del comercio y de las imposturas del
mercado dominante, relevando las vanguardias, “Sorteando la reticencias de
Adorno y Benjamín, hay que recordar que la ciencia y la industria no le llevan
ventaja al arte y la literatura en lo que toca a las sospechas que inspira su
relación con la realidad. Creer lo contrario sería hacerse una idea
excesivamente humanista del funcionalismo mefistofélico de las ciencias y las
tecnologías. Hoy no se puede negar la existencia dominante de la tecnociencia,
es decir, de la subordinación masiva de los enunciados cognoscitivos a la
finalidad del mejor perfomance posible,
que es el criterio técnico. Pero lo mecánico y lo industrial, cuando entran al
campo reservado del artista, son portadores de algo completamente distinto,
aunque son efectos de poder. Los objetos y los conocimientos salidos del
pensamiento científico y de la economía capitalista pregonan, propagan con
ellos una de las reglas a las que está sometida su propia posibilidad de ser,
loa regla según la cual no hay realidad sino es atestiguada en un consenso
entre socios sobre conocimientos y compromisos”[3]. La génesis de este pensamiento la dieron Adorno y Max Horkheimer quienes expresan una mirada que se contrapone a la lógica histórica tradicional, categorizan una mirada que se contra-pone a la tradición científica: "se pagan con una creciente decadencia
de la cultura teórica" además de que si bien el cultivo de la tradición
científica es un momento indispensable del conocimiento, en la quiebra de la
civilización burguesa se ha hecho cuestionable no sólo la organización sino el
sentido mismo de la ciencia". “La ciencia es dominada por la 'razón
técnica' y ésta por la 'razón política' de lo que resulta "la dominación
de los hombres sobre los hombres". Así es como "esta técnica y esta
política perpetúan la esclavitud"[4].
El siguiente texto está
escrito por Marshall Berman: “Brindis por la modernidad”, que hace parte del
libro “Todo lo solido se desvanece en el aire”, simplemente es un exquisitez y
solo recomiendo leerlo, con la siguientes contextualizaciones del mismo hechas
por Perry Anderson a continuación del anterior, la idea es contraponer estos ensayos a la situación
actual del pensamiento.
El texto de Cornelio
Castoriadis, un texto descriptivo, no solo sobre las fases principales del
desarrollo y sus respectivas interpretaciones históricas, sino de los procesos
de quebrantamiento e inequidad de una sociedad que pone el conocimiento al
servicio de una elites y donde para nada se resuelve el problema de la
distribución de la riqueza, es una expoliación del sistema y de la propia
naturaleza y por su puesto la peor alienación de la naturaleza humana. Se
pregunta: ¿Qué es el desarrollo, para qué el desarrollo, de donde viene y
adonde va?. El filis Aristotélico, domina y define de antemano las entelequias
racionalistas que ha dominado a occidente, se conciben como extensión, una
manera de descifrar la historia. Hay en este texto un cuestionamiento al poder.
Es el único autor que se refiere a la matematizacion de la economía, a la
manipulación técnica, para planear, dominar, dirigir e imponer, conceptos que
no son otra cosa, que perversidades de los poderes impuestos. Es uno de los
artículos más lucidos del libro.
Octavio Paz en, “La
búsqueda del presente”, realiza en este contexto una mirada de latinoamerica y
es fuente de claridad absoluta, como para niños de cuatro años, en este tema
que es harto difícil.
Modernismo y posmodernismo
de Lipotvetsky, es un texto absolutamente claro, hace la mirada desde la
condición propia del sujeto, desde la perspectiva del ciudadano de a pie. La síntesis
es de suma importancia: [5]
1.- Rupturas y discontinuidades, negación de la
tradición en el culto a la novedad y al cambio.
2.-Busca romper con la
continuidad que nos liga al pasado.
3.-Prohibe el
estancamiento, obliga a la invención perpetua, a la huida hacia adelante.
4.-Autodestruccion
creadora” Este furor descalifica las obras mas modernas, ya que tan pronto como
han sido realizadas, pasan a la retaguardia, y se hunden en lo ya visto. Esta
es la contradicción inmanente del modernismo.
5.-Lo inédito se convierte
en la libertad artística.
6.-Cultura profundamente
individualista y radical.
7.-Esta cultura
individualista se convierte en hedonista con el consumo de masas en Estados
Unidos en los años 20´s, ahí reside la gran revolución cultural de las
sociedades modernas. El responsable de esto es el capitalismo más que el modernismo
artístico.
8.-De modo que se establece
una cultura bajo los efectos conjugados del modernismo y del consumo de la
masa, centrada en la realización personal, la espontaneidad y el placer.
9.- La sociedad moderna se
presenta como la articulación compleja de tres órdenes distintos: el
tecno-económico, el regimen politico y la cultura. El orden
tecno-económico ó estructura social (estructura socio-profesional, reparto de los
bienes y servicios.) está regido por la racionalidad functional. El principio
fundamental que regula la esfera del poder es la igualdad, la cual ya no se
refiere a la igualdad de todos ante la ley, sino a la igualdad de medios, es
decir la igualdad en oportunidades, a la salud, a la seguridad económica,
participación en decisiones, es la edad de la democracia de participación.
10.-Hay una tensión
estructural entre los tres órdenes, lo que lleva a una crisis espiritual y
cultural en la sociedad moderna.
Y LA POSMODERNIDAD:
1.-La negación pierde su
poder creativo, los artistas no hacen mas que reproducir y plagiar los grandes
descubrimientos del primer tercio de siglo.
2.- Fase de declive de
creatividad artística (D. Bell)
3.- Cultura cuyo
objetivo es generar algo absolutamente distinto, pero se produce lo idéntico,
lo estereotipado, una monótona repetición.
4.-La rebelión se convierte
en procedimiento, la transgresión en ceremonia: vivimos el fin de la era del
arte moderno.
5.-Lo posmoderno es el
resultado de la hipertrofia de una cultura cuyo objetivo es la negación de
cualquier orden estable.
En sus propias palabras: “El
proceso de personalización procede de una perspectiva comparativa e histórica, designa
la línea directriz, el sentido de lo nuevo, el tipo de organización y de
control social que nos arranca del orden disciplinario-revolucionario convencional
que prevaleció hasta los años cincuenta. Ruptura con la fase inaugural de las
sociedades modernas, democráticas-disciplinarias, universalistas-rigoristas,
ideológicas-coercitivas, tal es el sentido del proceso de personalización cuya
asimilación a una estrategia de recambio del capital, aunque tenga aspecto
humano, resulta absolutamente limitada”[6].
Tambien hay textos de André
Gortz, “La utopía contra la modernidad”.
De los autores Colombianos
relevo el de Jorge Orlando Melo, el de Fabio Giraldo.
La relectura es importante
por qué la discusión no está resuelta, los factores
del debate y el análisis reverberan con más intensidad, la sociedad hedonista, las
imposturas del capitalismo, los poderes enquistados y la crisis del sujeto frente a
las servidumbres que le imponen tienen una vigencia perversa, peor aún, el pensamiento que
se contra-pone a los totalitarismos políticos y del mercado parece ceder ante el
poder de los mismos. Es necesario abrir estos debates de nuevo.
[1]
Fabio Giraldo Izaza y Fernando Viviescas. Carvajal. Editorial Norma.
Compiladores
[2]
Esta es la crítica del pensador Alemán a las nuevas maneras de entender el
proyecto de la modernidad.
[3]
Lyitard Jean Francos. “La posmodernidad”.
[4]
HORKHEIMER,M. y ADORNO,T. "Dialéctica de la Ilustración. Fragmentos
Filosóficos", Madrid, 1994. p.51
[5]
http://nuevastendenciasplasticasmarisol.blogspot.com.co/2013/09/modernidad-y-postmodernidad-la-era-del.html
[6]
Gilíes Lipovetsky, La era del vacío; ensayos sobre el individualismo contemporáneo,
Barcelona: Editorial Anagrama, 1983, p. 5.