Powered By Blogger

domingo, octubre 29, 2006

LAS UVAS DE LA IRA

Hubiésemos querido referirnos al premio Nóbel de literatura, pero los hechos de nuestro atribulado país nos obligan a repicar las campanas de nuevo, ante el evidente deterioro de las garantías civiles al amparo del terrorismo, tan popular por estos tiempos, como pretexto para abolir derechos e imponer medidas de excepción. En principio es preciso aclarar que rechazamos de antemano cualquier acto violento y esperamos que aquellos, que aun ven en estos alguna salida a las injusticias sociales que nos aquejan, se olviden de tan oprobiosos, inhumanos y anacrónicos métodos. Nadie en el ejecutivo ha podido entender que el intercambio humanitario es un acto humano por excelencia, que le permite una salida rápida a los secuestrados de su situación, que se realiza en medio de la guerra, pacto que sobra decir se firma entre enemigos, sin las treguas preconcebidas por este gobierno como pretexto y que por lo tanto, no puede confundirse con los procesos de paz, con las políticas de reinserción, ni con ninguna de las formas de acabar el conflicto a través de acuerdos. Después del atentado en la Universidad militar en Bogotá, donde está, una de las estructuras militares más importantes del ejército, bastión de contrainteligencia, el presidente de la republica pronunció uno de los discursos más incongruentes y falto de tacto que se conozco en sus años de gobierno. Notifica y revoca a las naciones involucradas en el intercambio, irrespetando su calidad, sin ninguna consideración de las normas diplomáticas para este tipo de situaciones y como si fuera poco, en el acto les pide ayuda armada irrestricta; revoca a los facilitadotes; acusa a las naciones vecinas; declara sospechosos a granel y desconoce diez meses de esfuerzo para el intercambio humanitario en un acto execrable frente a los secuestrados y sus familiares; y para rematar, ordena el rescate armado como si se hubiese abstenido del mismo en cinco años de gobierno y no fuese realmente incapacidad total de su política de seguridad democrática. Todo este paquete en un solo discurso, como les parece y lo que es peor, su escudero José Obdulio, sale a increpar a los medios y les exige tomar posición frente a los hechos, sino estas conmigo estas contra mi, suele repicar el sofista.
No cabe duda que el mesianismo presidencial y cierto mayorazgo se olvidan de los vericuetos de la silla presidencial y la política internacional, pero este sapo podríamos tragárnoslo sino fuera porque están en medio de la iras, muchas personas secuestradas desde hace diez años, a la espera de alguna solución patriótica, para usar el eufemismo del Doctor Uribe. A renglón seguido se le anuncia al país que deberá pagarse un nuevo impuesto al patrimonio, para la guerra por supuesto, nos imaginamos, que por los graves hechos terroristas, como si no fueran graves la pobreza que nos agobia y por la cual debieron declararse muchos impuestos de este tipo. No tenemos una política clara en materia de orden publico, se dan pasos de acuerdo al estado de animo del señor presidente, la política de seguridad democrática se come la mayoría del presupuesto y por estas razones la política social no existe….en fin, Uribe sube en las encuesta una vez más…que país.