La amistad tal como la
conocimos de nuestros padres tenía que ver con el compadrazgo, esta forma,
simplemente se ha extinguido, no existe hoy. Una sociedad plagada y articulada
de intereses económicos, solo tiene amistadas signadas por esta variable
perversa. Recuerdo la película “Novecientos” de Bertoluchi, que es una
oda a la amistad desde la diferencia, a pesar de la gran distancia entre los
dos protagonistas quienes vivieron toda la época fascista de la Italia de
Mussolini, llena de acontecimientos graves, en orillas totalmente opuestas,
conservaron su amistad, pese a la distancia política, la diferencia de sus
caracteres, de su pensamiento y de su fe. Al final de la película los
presenta a una edad vergonzante, dos viejos alegando mientras caminan por una
carrilera en un atardecer hermoso, como si fueran dos niños, imborrable imagen
que me dejó el cine. Mi padre Hernando era un absoluto convencido del sentido
de la amistad: “Por un amigo todo, la familia nace de la sangre, el amigo se
hace en el camino”.
El dialogo de Platón sobre
la amistad es “Lisis “tal vez sea la primera disertación sabia sobre el
tema escrita por un filósofo. Está tratada con la ironía y el escepticismo
típico del pensamiento Socrático, como siempre lúcido y nos anticipa
algunos conceptos básicos para entenderla un poco. Dice en este dialogo
que “De acuerdo con el verso del poeta: «Dios quiere que lo semejante
encuentre y ame su semejante”, Empédocles ha sostenido que la amistad
descansa toda en la semejanza, otros en cambio expresan que “la semejanza no
sólo no engendra, sino que impide la amistad”. Heráclito sostiene
“Que lo contrario es amigo de lo contrario”,” Cuántos
ejemplos presenta la naturaleza entera! Lo seco es amigo de lo húmedo, lo
amargo de lo dulce, el enfermo del médico, el pobre del rico. ¡Cuán útil
también es el uno al otro, y cómo el uno por naturaleza y por interés debe
ligarse al otro”. Sócrates está por encima de estas estas posiciones “La clave
del problema de la amistad. Un ser encuentra en la naturaleza de otro ser
alguna cosa que le conviene, el carácter, las costumbres o la persona misma, y
por su parte encuentra en su propia naturaleza alguna cosa que conviene al
otro. El deseo arrastra el uno hacia el otro, una atracción mutua los aproxima,
y de esta manera nacen el amor y la amistad que los ligan”. Es imposible
entender la amistad en este sentido desde una perspectiva filosófica, religiosa
o científica. Por ello la “La primera, que es general, es que todas las
definiciones propuestas del amigo y de la amistad pecan igualmente por falta de
extensión. Platón las ha rechazado, no como absolutamente falsas, sino más bien
como incompletas”. La dialéctica que es el arte de preguntar para encontrar la
verdad y las contradicciones, encuentra las falsedades propias de toda
definición y creencia.
Que es la amistad entonces,
ahora que solo existen intereses. Algunos citas bíblicas parecen ser muy
sabias: “El amigo ama en todo momento; en tiempos de angustia es como
un hermano” (Proverbios 17:17), “El
bálsamo y el perfume alegran el corazón; los consejo del
amigo alegran el alma” (Proverbios 27:9) y remato con este: “Dos son mejor
que uno, porque sacan más provecho de sus afanes. Si uno de ellos se tropieza,
el otro lo levanta” (Eclesiastés 4:9-10). La mistad con mucho sentido ético y
práctico, más que otra cosa.
El último texto del gran
novelista americano de estos tiempos Paul Auter se llama “Aquí y ahora”, que
resulta de la correspondencia entrañable con J. M. Coetzee, premio nobel de
literatura que comienza con una sabía interrogación sobre la amistad: “Pregunta
este último: Querido Paul: “He estado pensando en las amistades, en cómo
surgen, en por qué duran, -Algunas- más tiempo que los compromisos pasionales
que a veces considera (Erróneamente) que son tibias imitaciones. Estaba a
punto de escribirte una carta sobre esto, empezando por la observación de que,
teniendo en cuenta lo importante que son las amistades en la vida social, y lo
mucho que significan para nosotros, particularmente durante la infancia,
resulta sorprendente lo poco que se ha escrito sobre este tema”. Después
de ir a la biblioteca a buscar cosas serias sobre la amistad Coetzee
expresa: “La mayor parte de lo que aquellos libros decían sobre la
amistad no tenía interés alguno” y remata: “Parece ser que la amistad sigue
siendo en cierto modo un enigma”. Encuentra uno en esta correspondencia algunas
perlas sobe la amistad de la mano de estos dos grandes de la literatura.
“Déjeme que te haga unas lista de las pocas observaciones sobre la
amistad que recogí durante mis visitas a la biblioteca y que me parecieron
realmente interesantes. Una. Dice Aristóteles que no se puede ser amigo de un
objeto inanimado (Ética capítulo 7). ¡Pues claro que no! ¿Quién ha dicho alguna
vez que sí!. Pese a todo, es interesante: De repente uno se ve de dónde saco su
inspiración la lingüística moderna. Hace cuatrocientos años Aristóteles ya
estaba demostrando que algo que parecieran postulados filosóficos no podían ser
más que reglas de gramática. En esa frase soy amigo de X, nos dice, XX tiene
que ser el nombre de algo inanimado. Dos. Se puede tener amigos y no querer
verlos, dice Charles Lamb. Cierto y también interesante: es otro sentido en el
que los sentimientos de amistades se distinguen de los apegos eróticos. Tres.
Los amigos, o por lo menos las amistades masculinas en occidente, no hablan de
lo que sienten entre ellos. Comparase este fenómeno de la verborrea
de los amantes. De momento no muy interesante. Pero cuando el amigo se
muere sale la pena a raudales. “Ay demasiado tarde” ( Dice la Montaigne de la
Boétie, dice Milton de Edward King). Pregunta, ¿Acaso el amor es locuaz porque
el deseo es por naturaleza ambivalente -Shakespeare sonetos- Mientras la amistad
es taciturna porque es algo sencillo y sin ambivalencias”.
Algunos cosas que me han
pasado en la vida me han llevado a pensar en la amistad. Mucho sería lo que hay
que decir sobre el tema, pero no se trata de socavarlo sin mirar mi experiencia
personal. La amistad implica el mayor de los riesgos por el mayor de los
sucesos y sentimiento en la vida diría. Uno sabe que tiene un amigo
cuando lo extraña y sí esto pasa es un hecho que se han compartido afinidades
en las circunstancias que sean.
Es un hecho que en la
antigüedad se encuentran las mejores experiencias y sentencias sobre la
amistad. “El propio Apuleyo, en su tratado De Platone (2.13-14), contrapone
abruptamente el amor pasional a la amistad. La reciprocidad y la igualdad son
esenciales para que exista amistad: "pues, así como los iguales están
vinculados entre sí por lazos indisolubles, así también los que son diferentes
están separados el uno del otro y no son amigos de los otros" (nam utpares
paribus irresolubilinexu iunguntur, ita discrepantes et Ínter se disiuncti sunt
nec aliorum amici). Como platonista, Apuleyo reconoce que existe una forma
noble de amor (amor), pero "almas más oscuras se ven arrastradas por su
deseo (cupido) de cuerpos, y su único fin es obtener el uso de éstos y aliviar
su ardor por medio de esa clase de placer y deleite." La pasión erótica es
agresiva y unilateral, en contraste con la mutualidad y paridad que caracteriza
a la amistad”[1].
La amistad implica lealtad,
dar, recibir, respeto por el otro. En la diferencia sobre todo. Por ello
la amistad es silencio, es pausa y espera, está revestida de paciencia y una
contemplación que está muy cerca a la comprensión. A la amistad le cabe
la frase de Borges en siete noches en su texto sobre “las mil y una noches”, en
una de sus citas memorables: “Pensemos en la retórica de Boileau, hecha de
precauciones, de prohibiciones, pensemos en el culto de la razón, pensemos en
aquella hermosa frase de Fenelon: “De las operaciones del espíritu, la menos
frecuente es la razón.” Pues bien, Boileau quiere fundar la poesía en la
razón”. Así pasa con la amistad, muchas veces es imposible entenderla a
partir de la razón. Esta no basta.
[1] Konstan
David Amor, matrimonio y amistad en la novela antigua“El tratamiento que
Apuleyo da al amor y a la amistad, recuerda muy de cerca la discusión
del Didaskalikos de Alcínoo, un compendio de doctrina
platónica más o menos contemporáneo.
Presumiblemente en esta sección Apuleyo y Alcínoo
utilizaron una fuente común; más discusión
sobre este asunto en Góransson 1995: 172 75”.