Cada
periodo del siglo XX es fácil de identificar y definir desde la perspectiva de
la filosofía y las grandes corrientes de pensamiento que lo caracterizaron. Uno
habla del socialismo, de los hegelianos y sus análisis historicistas, del Marxismo, de la fenomenología, de la escuela analítica, del existencialismo,
nominaciones de escuelas que se suscriben a lapsus de tiempos perfectamente identificados, con líderes visibles, con mucha influencia en
sectores sociales específicos como sucedió con el caso de Jean Paul Sartre en
Francia y Europa. El estructuralismo, el funcionalismo, el pensamiento
posmoderno y el de-constructivismo, fueron
las últimas corrientes que, de la mano de pensadores de la talla de Deleuze,
Lyotard, Foucualt y muchos filósofos americanos, dejaron una obra de suma
importancia que cuestionaba el proyecto de la ilustración y trataba de descifrar la tensa relación entre saber y poder, siempre críticando al modelo económico, a la concentración de poder vigente, que tantas catástrofes le ha traido a la
humanidad. El pensamiento del siglo XX se desarrolló
siempre bajo la sombra tutelar de Carlos Marx, el psicoanálisis de Freud y la
filosofía de Nietzsche. Einstein revolucionó el pensamiento científico, con la teoría
de la relatividad que le entregó al mundo las claves del funcionamiento del
universo. El siglo XX empezó alimentado por las grandes utopías nacidas del
triunfo del positivismo a lo largo del siglo XIX, el deslumbramiento de la sociedad burguesa con las teorías
psicoanalíticas y la puesta en marcha de la revolución tecnológica que empezaba
a modernizar las grandes ciudades del mundo y a cambiar la vida, pues las
formas de relacionarnos cambiaron de manera absoluta. Aun así, fue el peor
siglo de que se tenga historia, nada evitó la gran guerra, con sus dos grandes
confrontaciones, que terminaron en 1945. Se ratificaba una vez más que, la razón no era garantía de
nada y hasta donde es capaz de llegar el hombre.
Paul
Johnson, en tiempos modernos describía con absoluta lucidez como se había
prefiguró desde 1913 este siglo:
“La
influencia de Einstein y Freud sobre los
intelectuales y los artistas creadores fue tanto mayor que el advenimiento de
la paz los llevó a cobrar conciencia de que había sobrevenido y continuaba
desarrollándose, una revolución fundamental se daba en el mundo de la cultura,
y desde esa revolución los conceptos de relatividad y freudismo parecían al
mismo tiempo portentos y ecos. Esta
revolución tenía profundas raíces en la preguerra. Ya había comenzado en 1905.”
El arte se expresaba con mucha contundencia: “En 1913 se 0presentó en París “La
consagración de la primavera de Stravinski, Schomberg ya había publicado su
obra atonal, Dreig Klavierswtucke y alban Berg su cuarteto para cuerdas (opus
3) y Matise había inventado la palabra cubismo. En 1909 los futurista habían
publicado su manifiesto y Kurt Hiller fundó su neue Club en Berlín, centro del
movimiento artístico que en 1911 se denominó expresionismo. Casi todas las
grandes figuras creadoras de la década de 1920 ya habían publicadas sus grandes obras, exhibidas o
representadas antes de 1914 y en este sentido el movimiento moderno fue un fenómeno
de preguerra. Pero se necesitaban las desesperadas convulsiones de la gran
lucha, y el derrumbe de derrumbes que ella desencadenó, para conferir al
modernismo la dimensión política radical que hasta ese momento le faltaba, y el
sentido de un mundo en ruinas sobre el cual otro nuevo”.
La
fenomenología y la sombra de Nietzsche, constituyeron el soporte sobre el cual
se desarrollaron las más importantes corrientes filosóficas del siglo XX, el
filosofó Alemán pronosticó con mucho acierto la catástrofe del sujeto, su obra
mantiene una vigencia absoluta. La pregunta para este siglo en pleno 2014,
fecha emblemática sí se compara con lo que pasó en el siglo pasado, ¿qué nos
espera, cuales son las corrientes de pensamiento dominantes hasta ahora, qué
vislumbramos.
En
el texto de Peter Sloterdijk “Crítica a
la razón cínica”, se hace una radiografía explicita de lo que pasa con la
filosofía. En la introducción de esta esclarecedora obra la afirmación
contundente que abre el libro es la siguiente: “Desde hace un siglo, la
filosofía se está muriendo y no puede hacerlo porque todavía no ha cumplido su
misión,. Por esto, su atormentadora
agonía tiene que prolongarse indefinidamente. Allí donde no pereció convirtiéndose
en una mera administración de pensamientos, se arrastra en una agonía brillante
en la que se le va ocurriendo todo aquello que olvidó decir a lo largo de la
vida. En vista del fin último próximo quisiera ser honrada y entregar su ultimo
secreto”.
saber-poder.
Aquí está la clave, esta relación intensa, profusa y difusa, constituyen la
matriz y la plataforma que domina el mundo moderno. No porque sea nueva, sino por
el grado de perfección que ha alcanzado a favor de unos pocos, de manera exponencial.
“La voluntad de poder” tal como fue descifrada y descrita por Nietzsche,
muestra hasta donde las elites encumbradas, sostienen aparatos que les permiten
manejar el poder, llámese, democracia, social-democracia el sistema de gobierno
el resultado es el mismo.
Es
desciframiento de esta relación perversa entre el sujeto y el poder en todas
sus formas continua siendo el factor común en el pensamiento contemporáneo y lo
será a lo largo de este siglo. Esto remite a la pregunta esencial sobre el ser,
que fue la tarea inacabada de Heidegger.
Lo
mismo ha hecho Onfray en Francia, Vattimo y Eco en Italia, la filosofía
americana, frente a la consolidación del capitalismo voraz, que sigue
protegiendo al sistema financiero y que está sustentado aún en la explotación
humana a través de mecanismos de finísima configuración explotando la
naturaleza deseante de una subjetividad esclavizada por el consumo.
El
pensamiento moderno descifra y explica este paradigma. Estudiemos un solo tópico
en el universo teórico expuesto por Sloterdjik explicado por Adolfo Vázquez Roca:
“La fenomenología de la adicción o de lo que se ha dado en llamar la “experiencia
secuestrada", esto es, del modo en que los psicotrópicos -y los fármacos
en general- se presentan como un modo de suplir la ausencia de experiencias
existenciales genuinas y gratificantes. Para ello me ocupo del análisis de la
obra del filósofo alemán Peter Sloterdijk, célebre por su ya legendaria Crítica
de la razón Cínica. Aunque aquí acotaré mi investigación a Sloterdijk, en “Extrañamiento
del mundo”, donde concibe la adicción
como una dialéctica de huida y búsqueda de un mundo, especialmente en tiempos
en que los individuos se sienten enfermos y extraños”.
Cada
una de las esferas que nos toca, está analizada desde esta óptica atómica, para
decirlo atendiendo a lo pormenorizado del análisis.
Esta
será la bitácora del pensamiento filosófico. Esperaremos ampliar el tema y de
hecho es mucho lo que queda por decir al respecto.