LA JUSTICIA EN CUESTION
El problema no es la integridad del ministro Valencia, que no está en duda, ni sus calidades para ocupar el alto cargo. El problema son las implicaciones que tiene contar con un hermano investigado por nexos con un grupo como el de 'don Mario', para un ministro encargado de tramitar nada menos que una reforma de la justicia y una reforma política destinada a limpiar la política de nexos criminales. Editorial del peridodico tiempo de hoy
En los últimos días el enfrentamiento entre la Corte Suprema de Justicia y el presidente de la republica está tomando visos que comprometen seriamente la credibilidad de la justicia Colombiana, ahora que se habla de denuncias en la corte internacional por parte de algunos magistrados ante las presiones indebidas del ejecutivo. No se explican las declaraciones del presidente contra la Corte, ni el desconocimiento de la fiscalía por las decisiones tomadas antes en sala, con los senadores que renunciaron a su investidura, como en el caso del primo del Doctor Uribe, que dicen mucho de la politización de la justicia o que de plano generan dudas sobre los procesos vigentes. Ha esto se suman los escándalos del hermano del ministro de gobierno en la fiscalía que vuelven a demostrar que la penetración del paramilitarismo en las instituciones del estado no son cosa del pasado y que todavía se cuecen habas. Colombia vive definitivamente momentos muy difíciles y los encargados de mostrar la prudencia que los hechos ameritan parecen no entender lo delicado de la situación. No se explica como el presidente en el caso concreto de la investigación que se le lleva en la comisión de la cámara, en una de sus típicas salidas, arremete contra el periodista Daniel Coronel y vuelve a polemizar visceralmente, sin razones de peso, cuando lo prudente es que las jueces se pronuncien. Son tantas las noticias al respecto que es difícil asimilarlas, pero esta claro, que hay una confusión nada favorable para el país. Amanecerá y veremos.
El problema no es la integridad del ministro Valencia, que no está en duda, ni sus calidades para ocupar el alto cargo. El problema son las implicaciones que tiene contar con un hermano investigado por nexos con un grupo como el de 'don Mario', para un ministro encargado de tramitar nada menos que una reforma de la justicia y una reforma política destinada a limpiar la política de nexos criminales. Editorial del peridodico tiempo de hoy
En los últimos días el enfrentamiento entre la Corte Suprema de Justicia y el presidente de la republica está tomando visos que comprometen seriamente la credibilidad de la justicia Colombiana, ahora que se habla de denuncias en la corte internacional por parte de algunos magistrados ante las presiones indebidas del ejecutivo. No se explican las declaraciones del presidente contra la Corte, ni el desconocimiento de la fiscalía por las decisiones tomadas antes en sala, con los senadores que renunciaron a su investidura, como en el caso del primo del Doctor Uribe, que dicen mucho de la politización de la justicia o que de plano generan dudas sobre los procesos vigentes. Ha esto se suman los escándalos del hermano del ministro de gobierno en la fiscalía que vuelven a demostrar que la penetración del paramilitarismo en las instituciones del estado no son cosa del pasado y que todavía se cuecen habas. Colombia vive definitivamente momentos muy difíciles y los encargados de mostrar la prudencia que los hechos ameritan parecen no entender lo delicado de la situación. No se explica como el presidente en el caso concreto de la investigación que se le lleva en la comisión de la cámara, en una de sus típicas salidas, arremete contra el periodista Daniel Coronel y vuelve a polemizar visceralmente, sin razones de peso, cuando lo prudente es que las jueces se pronuncien. Son tantas las noticias al respecto que es difícil asimilarlas, pero esta claro, que hay una confusión nada favorable para el país. Amanecerá y veremos.
