El editorial del periódico "El tiempo" de Colombia, hoy, trata las graves consecuencias de la intolerancia, traducida este año en 2065 homicidios para no hablar de las lesiones personales y los daños en bien ajeno que son múltiples. La pregunta fundamental es por qué de este comportamiento. En términos generales la intolerancia es la falta de respeto, rechazo o desprecio por las diferencias de otras personas en cuanto a sus convicciones, opiniones, etnia, religión, identidad o cualquier otra característica. Puede manifestarse de manera social, como la discriminación, o de forma personal, como la negativa a escuchar o aceptar puntos de vista ajenos. Cioran, ese gran filosofo de la desesperación, no definió formalmente la intolerancia, sino que la entendía como una reacción de rechazo inherente a la condición humana, como una manifestación de la debilidad y el malestar que impulsan la historia. Para él, es un componente del fracaso vital que impregna al ser humano desde su expulsión del paraíso, una respuesta reactiva y destructiva a un malestar oculto, que se manifiesta en la constante lucha por un sentido de la existencia que es inalcanzable. En la literatura se manifiesta en historias que exploran el rechazo a grupos por su raza, religión, orientación sexual o ideología, como se ve en obras que reflejan el antisemitismo europeo o el Ku Klux Klan. Otro ejemplo es el conflicto en Castellio contra Calvino de Stefan Zweig, que trata sobre la intolerancia religiosa y la persecución por ideas diferentes. La intolerancia también aparece en la crítica a otros idiomas o variedades dialectales, lo que se conoce como intolerancia lingüística.
En la Alemania Nazi fueron muchos los eventos de intolerancia con los judíos, quienes han sufrido este flagelo desde la muerte de Jesús, son múltiples los ejemplos al respecto y de hecho vivieron errantes y sin país por más de 2000 años. Los negros, sobre todo en Suráfrica en la época del apartheid, en los Estados Unidos e incluso en Colombia son victimas del mismo grado de intolerancia, aún en pleno siglo XXI se presentan fenómenos como este. Recuerdo la lucha intensa de Nelson Mandela durante cincuenta años, liderando la resistencia, organizando campañas de desobediencia civil y enfrentándose a la represión del régimen en contra del mal trato con la población de color.
Karl Popper decía que la filosofía aborda la intolerancia a través de la paradoja de la tolerancia, que plantea si se debe tolerar a quienes promueven la intolerancia. La postura filosófica predominante es que se debe responder a la intolerancia con argumentos racionales, pero cuando esta incita a la violencia o a dañar a otros, se justifica limitar o incluso prohibir esa expresión para preservar la tolerancia y la seguridad.
Me pasó un suceso inesperado de intolerancia hace poco en una tienda en el barrio Fátima de Medellín. Hablando con supuestos amigos, de pronto en una especie de encerramiento, señores adultos, de buena familia, buenos ciudadanos, estimaron que yo no era digno del lugar, que debía irme de inmediato. Uno de ellos se levantó y de súbito me regó la cerveza que tenía lista para tomar, lo hizo con sevicia y odio. A renglón seguido, me dijeron de todo con una verborrea oprobiosa y sin sentido, se olvidaron de las buenas maneras. Ante la negativa de irme, en un descuido, me agredió otro de los señores, el más joven, tumbándome de la silla. Realmente no pasó nada grave, una gran amiga me dijo, don Cesar es mejor que se retire. Lo hice y desde ese día no he dejado de pensar en lo que sucedió, no desde la perspectiva personal, sino buscando respuestas de que estamos armados los colombianos, qué anida en el pensamiento de cada ciudadano, por qué tanto odio. Siempre los vi como señores, la verdad me agradaban de sobremanera. Ahora, trato de entender más a mi país en una época de radicalismos y polarizaciones. Recuerdo el libro de Octavio Paz, "El laberinto de la soledad", una respuesta sobre que significa ser mexicano, quisiera hacer el mismo ejercicio con Colombia.
Definitivamente no nos queda sino reflexionar, estar más atentos a lo que nos está sucediendo. Trataré de entender lo que pasa desde una perspectiva histórica y filosófica, es la única salida que veo por ahora.
ADDENDA: Por un año visite este negocio, sólo me queda agradecer a su propietaria y a los amigos que aún cuento en el lugar decirles que los extraño, por supuesto solicitar disculpas por lo sucedido.
