Voy a tomar como eje una teoría de la física para analizar con alguna sindéresis lo que sucedió hace ocho días en Colombia y mirar en prospectiva las reacciones. Se llama la teoría de los tres cuerpos. Está se explica de la siguiente manera: Es un problema de la mecánica celeste que consiste en determinar el movimiento de tres cuerpos sometidos a la atracción gravitacional mutua. Las manifestaciones hechas en Colombia se movieron sobre tres ejes: Las intenciones y reacciones de los convocantes, las del gobierno y sus interpretaciones y las de la ciudadanía común, tanto los que marcharon, como el grueso de la población.
Cuando hablo de atracción gravitacional mutua, aludo para el caso de las marchas me pregunto, realmente qué produjeron para los tres ejes citados y cuales fueron las interpretaciones. Empecemos con los convocantes. Estos fueron la oposición radical que hasta ahora ha tenido el gobierno, con militantes y partidos de derecha, quienes antes de este gobierno manejaron el poder. De hecho las marchas no fueron de militancia, sino asistieron todo tipo de ciudadanos, incluso sectores focalizados, como médicos, pacientes y usuarios de las EPS, algún sindicato y gremios como los transportadores con camiones a bordo desfilando al unisonó de sus pitos. Muchos, diría que la gran mayoría, son ciudadanos del común de todas las clases, sin ninguna otra afinidad con los convocantes que el deseo ferviente, de decirle al presidente, no estamos de acuerdo. Luego, querer asumir el triunfo de las marchas como producto absoluto de los convocantes es una falta al verdad. Las reacciones de ellos fueron equivocadas, erradas en la mayoría de sus voceros, mentirosas en algunos de sus más connotados miembros e incluso, llegaron al exabrupto de pedirle al congreso que se parará y archivara todos los proyectos del gobierno.
De parte del ejecutivo y alguno de sus ministros y la consejera, la Doctora Sarabia, la reacciones fueron variopintas, contradictorias y erradas. Una cosa trina el presidente, otra su ministro de gobierno y otra su principal asesora. La terquedad del presidente salta a la vista: quererle torcer el cuello a un hecho tan contundente resulta inadmisible, sobre todo que las marchas fueron la oportunidad que cualquier mandatario espera para convocar a la concertación y a crear acuerdos sobre el programa de gobierno y la bitácora legislativa. Fue mucho más clara e inteligente la posición de la doctora Sarabia, llamó a la reflexión, al dialogo y tácitamente a crear acuerdos sobre la agenda legislativa de absoluta prioridad para el gobierno. El ministro tubo el mismo talante de la ministra, fue ponderado y reconoció la importancia de los sucedido el domingo sin quitarle nada, ni tratar de dar alguna cifra descalificadora y menos reducirlo a un hecho de poca monta.
La actitud de el grueso de personas que marcharon fue la más sincera a pesar de que algunos radicales y poco conocedores del sistema, la estructura del estado y la constitución, pedían que se fuera el presidente e incluso su destitución, sin mas. Fueron realmente una minoría. La gran mayoría ejerció la protesta desde su propio viacrucis, conscientes de como en gran medida los afecta ciertas reformas, de ello dan cuenta, los médicos, jubilados, muchos maestros y transportadores. La democracia lució el domingo, hizo gala de generar canales de protesta y si se quiere oposición pacifica. Como siempre este grueso de ciudadanos es siempre mal interpretado y muchas veces sus actos tienden a ser manipulados de la forma más descarada y vulgar por algunos lideres de la oposición enceguecidos.
Uno de los resultados al problema de la teoría de los tres cuerpos en física es el caos. Eso parece resultar para el caso de las marchas. Hoy está el gobierno, su gabinete y los principales funcionarios haciendo un balance de las mismas en Paipa Boyacá. Del gobierno depende que no deje pasar una oportunidad histórica que no aparece todos los días. Espero que así sea. Siempre he dicho que este gobierno no esta tan bien como el presidente dice, pero tampoco tan mal como la oposición radical nos quiere dar a entender. El galimatías en que se encuentra el país, orden público de cuidados intensivos, la paz total en cámara lenta y sin ninguna ruta clara por lo ambiciosa, un gobierno con una agenda social de suma importancia, pero resulta paradójica la poca inversión de sus carteras ministeriales, la plata en los bancos no genera desarrollo y unos gremios que no quieren soltar privilegios, anclados en sus intereses. El periodismo realmente para mi se raja, sólo ven lo malo de este gobierno. Amanecerá y nos vemos.
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