LA CRISIS ALIMENTARIA EN EL MUNDO
Cuando Brasil tomó la decisión de sembrar más de seis millones de hectáreas tendientes a producir biocombustibles, Fidel Castro predijo el caos, ahora que los cultivos necesarios para suplir el grave problema del hambre mundial se dedicarían en el futuro mas cercano al sector energético. Las estadísticas son absolutamente contundentes: el 25 % las tierras dedicadas al sector alimenticio ahora son direccionadas a la producción de biocombustibles. Empecemos por atender el problema y atendamos los datos más simples entregados por Wilkipedia: El biocombustible es el término con el cual se denomina a cualquier tipo de combustible que derive de la biomasa- organismos recientemente vivos o sus desechos metabólicos, tales como el estiércol de la vaca. Los biocombustibles más usados y desarrollados son el bioetanol y el biodiesel. El bioetanol, también llamado etanol de biomasa, se obtiene a partir de maíz, sorgo, caña de azúcar, remolacha o de algunos cereales como trigo o cebada. En 2006, Estados Unidos fue el principal productor de bioetanol (36% de la producción mundial), Brasil representa el 33,3%, China el 7,5%, la India el 3,7%, Francia el 1,9% y Alemania el 1,5%. La producción total de 2006 alcanzó 55 mil millones de Litros. Está claro que con el incremento de los precios del petróleo, las presiones del mercado energético se produzcan grandes deforestaciones y talas de bosques para dedicar estas tierras a la producción de biocombustibles generando resultados contrarias a los esperados por el uso de energías alternativas. De igual manera al comenzar a utilizarse suelo agrario para el cultivo directo de biocombustibles, en lugar de aprovechar exclusivamente los restos de otros cultivos (en este caso, hablamos de "biocombustibles de segunda generación"), se ha comenzado a producir un efecto de competencia entre la producción de comida y la de biocombustibles, resultando en el aumento del precio de la comida. Wilkipedia trae a colación un ejemplo que refleja las nefastas consecuencias de este fenómeno. Se ha dado en Argentina, con la producción de carne de vaca. Las plantaciones para biocombustible dan beneficios cada seis meses, y los pastos en los que se crían las vacas lo dan a varios años, con lo que se comenzaron a usar estos pastos para crear biocombustibles. La conclusión fue un aumento de precio en la carne de vaca, duplicando o incluso llegando a triplicar su valor en Argentina. Colombia ha creado una política muy intensa sobre el tema y aun no existen consecuencias serias al respecto en materia alimentaria, aunque el precio de los alimentos ya rebaso los indicies normales y sufre las consecuencias de la presión internacional al respecto. A esto se le suma el problema del narcotráfico con la desaforada tala de grandes extensiones de bosques. No es fácil el panorama y puede más la avaricia de la humanidad que el conjunto de necesidades vitales sin resolver para gran parte de la población mundial. Para el caso, Fidel Castro fue un profeta del apocalipsis que someterá al mundo en los próximos años. Amanecerá y veremos.
Cuando Brasil tomó la decisión de sembrar más de seis millones de hectáreas tendientes a producir biocombustibles, Fidel Castro predijo el caos, ahora que los cultivos necesarios para suplir el grave problema del hambre mundial se dedicarían en el futuro mas cercano al sector energético. Las estadísticas son absolutamente contundentes: el 25 % las tierras dedicadas al sector alimenticio ahora son direccionadas a la producción de biocombustibles. Empecemos por atender el problema y atendamos los datos más simples entregados por Wilkipedia: El biocombustible es el término con el cual se denomina a cualquier tipo de combustible que derive de la biomasa- organismos recientemente vivos o sus desechos metabólicos, tales como el estiércol de la vaca. Los biocombustibles más usados y desarrollados son el bioetanol y el biodiesel. El bioetanol, también llamado etanol de biomasa, se obtiene a partir de maíz, sorgo, caña de azúcar, remolacha o de algunos cereales como trigo o cebada. En 2006, Estados Unidos fue el principal productor de bioetanol (36% de la producción mundial), Brasil representa el 33,3%, China el 7,5%, la India el 3,7%, Francia el 1,9% y Alemania el 1,5%. La producción total de 2006 alcanzó 55 mil millones de Litros. Está claro que con el incremento de los precios del petróleo, las presiones del mercado energético se produzcan grandes deforestaciones y talas de bosques para dedicar estas tierras a la producción de biocombustibles generando resultados contrarias a los esperados por el uso de energías alternativas. De igual manera al comenzar a utilizarse suelo agrario para el cultivo directo de biocombustibles, en lugar de aprovechar exclusivamente los restos de otros cultivos (en este caso, hablamos de "biocombustibles de segunda generación"), se ha comenzado a producir un efecto de competencia entre la producción de comida y la de biocombustibles, resultando en el aumento del precio de la comida. Wilkipedia trae a colación un ejemplo que refleja las nefastas consecuencias de este fenómeno. Se ha dado en Argentina, con la producción de carne de vaca. Las plantaciones para biocombustible dan beneficios cada seis meses, y los pastos en los que se crían las vacas lo dan a varios años, con lo que se comenzaron a usar estos pastos para crear biocombustibles. La conclusión fue un aumento de precio en la carne de vaca, duplicando o incluso llegando a triplicar su valor en Argentina. Colombia ha creado una política muy intensa sobre el tema y aun no existen consecuencias serias al respecto en materia alimentaria, aunque el precio de los alimentos ya rebaso los indicies normales y sufre las consecuencias de la presión internacional al respecto. A esto se le suma el problema del narcotráfico con la desaforada tala de grandes extensiones de bosques. No es fácil el panorama y puede más la avaricia de la humanidad que el conjunto de necesidades vitales sin resolver para gran parte de la población mundial. Para el caso, Fidel Castro fue un profeta del apocalipsis que someterá al mundo en los próximos años. Amanecerá y veremos.
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