Los diálogos de Quito
entre el grupo guerrillero ELN y el gobierno Colombiano están en su peor
momento. Después de la última tregua pactada, plazo que se cumplió en
diciembre, las torpezas del ELN han llevado el proceso a una crisis que
puede romper totalmente con los diálogos.
El ex vicepresidente
Bell no ha podido ni siquiera iniciar su labor como representante del gobierno,
el presidente declaró la suspensión de los diálogos debido a los infames atentados del grupo guerrillero: Voló dos oleoductos en el llano y hace dos semanas puso una bomba en una estación de policía
en Barranquilla, con un costo en vidas que no se entiende, menos en plenos diálogos, hecho que conmovió al país, como era lógico, ocasionó una protesta general.
Las torpezas del ELN
han sido múltiples. Pareciera que no reconoce el momento histórico ni la
coyuntura, la FARC desmovilizada dejó amplio territorios de su dominio inermes,
hecho que en apriencia fortalecería a los Elenos según la visión cortoplacista y miope de su dirigencia. Esto los
ha llevado a desconocer la oportunidad brindada por el presidente en un momento
donde la guerrilla, no solo es anacrónica, sino que no tiene razón de ser: Ni
políticamente, ni militarmente y lo que es peor, hoy, no representan a nadie, verdad
irrefutable que parece no entienden.
Firmada la paz,
incorporados al país políticamente y civilmente, su lucha tendría resultados positivos, lo que le daría algún sentido histórico. Desde esta perspectiva el acuerdo se hace necesario desde las posibilidades de la real política, de su razón de ser. La dirigencia del ELN actúa
con una torpeza inexplicable y el presidente vuelve a cometer los mismos
errores de comunicación y sindéresis del proceso con la FARC, el país solo está
enterado de los errores del proceso y no de los logros y menos no entiende la
necesidad del acuerdo.
La crisis hoy es total,
al presidente y los comisionados les toca ser más inteligentes que las
circunstancias, la dirigencia del ELN, carentes totales de visión histórica, deben
ceder y asumir el acuerdo dentro de una tregua bilateral seria y sin engaños.
Es necesario superar la crisis, le queda muy poco tiempo a este gobierno para
acordar y cerrar un acuerdo, como deduzco por lo dicho por los candidatos a la
presidencia en esta campaña, es muy difícil que el siguiente gobierno, sea cual
fuere el presidente electo, continúe con los diálogos. Imposible que sigamos matándonos,
imposible que no hagamos política civilizadamente, imposible que Colombia no
pueda vivir en paz. Siempre hay enemigos soterrados de la paz y de estos diálogos.
Ojala no terminemos por darles la razón.
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