Nadie puede ser indiferente frente a la próxima elección
presidencial de la primera potencia del mundo. El debate no ha estado a la
altura frente a las responsabilidades que tendrá el ganador frente a la coyuntura
interior y los problemas globales. Los candidatos en un
espectáculo bastante grotesco se han dedicado a los ataques personales, los
grandes temas han pasado a un segundo plano, debe ser que son producto de un
pragmatismo que aún no comprendemos del todo, primero ganar y después gobernar,
como ha sucedido en todo el mundo las campañas negras de desprestigio
desplazaron a los temas de rigor.
Son varios los temas que preocupan. El económico por su puesto, el mundo aun no
sale de la desaceleración y de no haber cambios drásticos podría entrar en una
recesión, el consumo está en su nivel más bajo, el comercio no arranca, las
exportaciones americanas no toman el curso que se requiere para despegar, sus cifras no siendo graves, no llenan las
expectativas que vislumbren una salida firme, se volvieron expertos en nadar contra la corriente,
su economía pese a esto funciona y de hecho su liderazgo se mantiene, siguen
siendo la primera potencia. La
dirigencia norteamericana debe preocuparle lo que está sucediendo en Europa, este continente aún
no sale de la crisis económica, su política de integración y de bloque ha
perdido solidez, ideológica y material, hay brotes de independencia en muchos países. En materia
internacional Estados Unidos debe darle norte y salida a las tensas relaciones
con Rusia por el tema de Siría, a problemas del medio oriente que no dan espera, la migración producto de las guerras fratricidas crece exponencialmente, como potencia está obligado a definir con claridad su posición estratégica en esta zona tan delicada. Es evidente que ninguno de
estos temas se ha debatido con la seriedad que amerita.
Hoy se dará el último debate, advirtieron por anticipado los
candidatos que no habrá apretón de manos, esperamos que el debate alcance la
altura acorde a la gran nación. Las elecciones americanas son también el
reflejo de la sociedad mediática y del espectáculo que aprovecha al máximo la
revolución de los medios de
comunicación, de las TIC, con toda la parafernalia de un país donde la
televisión constituye el medio prevalente, un Dios, que es capaz de darle giros
de 180 grados a la decisión de sus electores.
Latinoamérica, el tema de los inmigrantes, la cobertura de la
salud, no han sido tratados con la profundidad que esperábamos, pareciera que
por ahora poco importan. El candidato Trump, un verdadero fiasco, le dio visibilidad
a una derecha recalcitrante, xenófoba, racista y cerrada, creo que esto es
positivo, pues demostró que los americanos no han solucionado sus problemas
históricos, están lejos de superarlos, las heridas y la actitud de una gran mayoría
no cambia, todos los días hay noticias
que lo confirman.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario