Desde hace cuatro días no sabemos nada de Salud Hernández, se fue a las selvas de Catatumbo a realizar un trabajo periodístico
el viernes de la semana pasada con el compromiso de llegar el lunes, hasta la
fecha no hay noticias sobre ella, situación que tiene al país en velo. Hechos
como estos nos apenan y demuestran que estamos lejos de superar los problemas
de violencia, sobre todos en vastas zonas donde el estado prácticamente no
existe.
El periodismo sigue siendo una de las profesiones más
peligrosas, nada hay más vulnerable que un periodista en Colombia. Salud se ha
movido como pez en el agua en zonas de violencia y desde hace años hace
trabajos muy serios y rigorosos sobre el conflicto armado, además de esto es
columnista del periódico “El tiempo” donde sienta su posición sobre lo divino y
lo humano con una vehemencia sin parangón.
Ha sido una crítica vehemente de los diálogos de la Habana, sus columnas
son frenteras, siempre llama al pan pan
y al vino vino, acostumbra ir a la fuente y conoce perfectamente los actores
armados del país, nuestro proceso y por esta vía, la situación social de las
zonas más vulnerables.
Salud corre muchos riesgos en esa labor de escudriñar la
noticia yendo hasta la fuente, de ello dan testimonios las excelentes crónicas del periódico EL TIEMPO. La
verdad es que existe mucha desinformación sobre su situación, se confirma de nuevo los graves problemas de comunicación del gobierno quien nos somete inexplicablemente a un silencio que genera mucha incertidumbre. Este hecho también demuestra
que una es la información que se maneja en la capital de la república y otra es
la realidad de muchas zonas marginadas del país, en donde confluyen violencias
a granel incluyendo a la delincuencia común y a las Bacrim.
Solo espero que este episodio no se mas que una anécdota en
la vida de Salud.
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