En Colombia pocas veces se
habla de manera directa, suele hacerse con subterfugios e insinuaciones que no
caben cuando se trata de poner las cosas en claro. Decir las razones que
tengo para ser un contradictor absoluto del doctor Uribe, corresponde a una
responsabilidad política inaplazable
El Doctor Álvaro Uribe es
un político con una capacidad incuestionable para lograr lo que se propone en
materia política, es un trabajador incansable, un hombre de propósitos se diría.
Su perseverancia y tenacidad así lo han demostrado; Lo fue cuando contra
todos los pronósticos llegó a la gobernación de Antioquia; en
sus exitosas campañas al senado; se posesionó como presidente electo contra
todos lo imaginado. Es un ganador neto y de hecho muy mal perdedor.
Son muchas las historias
alrededor suyo que no me cuadran para hablar como los ciudadanos de a pie,
me refiero a las que tienen que ver con su vida pública, empezaré por
aquellas que giran en torno al paramilitarismo. De hecho la mayoría de sus
colaboradores y escuderos más cercanos terminaron pagando cárcel, hablo de más
70 personas incluyendo senadores, a personas de su oficina privada y algunos
consejeros, sin que a él le pase nada. Edgar De Jesús Velázquez
Rivera, en un trabajo muy serio, escribe en su preámbulo del texto
que podemos leer en la red y que resulta valido para conocer algunas
perlas: “En Colombia, desde la década de los años ochenta del siglo XX tomó
fuerza el paramilitarismo como estrategia contrainsurgente, política que no ha
sido reconocida como tal por parte de los distintos gobiernos y se expresa como
terrorismo de Estado. Incidió en el surgimiento de tal fenómeno, la ideología
anticomunista que profesan la mayoría de miembros de las fuerzas armadas, la cultura
política derivada de la violencia, la corrupción y el clientelismo, así como el
narcotráfico, al igual que las influencias externas, provenientes
principalmente de Francia y Estados Unidos. El paramilitarismo invadió las
distintas estructuras del poder estatal, en la perspectiva de configurarse como
un proyecto político, militar, social y económico de alcance nacional.
Originado, según sus mentores, como una respuesta a los excesos de la
guerrilla, el paramilitarismo ha privilegiado, como método de lucha, las
masacres, asesinatos selectivos y desplazamientos de población civil, acusados
de ser simpatizantes o colaboradores de las guerrillas. Al presidente Álvaro
Uribe Vélez, se le atribuye el haber auspiciado el paramilitarismo y de
institucionalizarlo en su gestión de gobierno”[1].
Son muchos los hechos que
confirman el proyecto fascista de estado y el objetivo de eliminación de
cualquier forma de insurgencia y terrorismo. Empiezo por lo simple, qué define el
doctor Uribe por terrorismo e insurgencia. Pienso que agrupa en este concepto
indiscriminadamente a todos los grupos de insurgencia, los de oposición y la
oposición democrática en una sola bolsa, pues a la izquierda la ha perseguido
impunemente, son muchos los intentos de acabar con la protesta legítima.
Incluso pretendió llamar terrorista a los encapuchados de las universidades
públicas. A esto se suman actos que le darían pena a cualquier mandatario: El
primero su reelección, que fue espuria desde cualquier punto desde donde se
mire. En la declaración de Yidis cuando salió de la cárcel está claro:
“En el recurso de apelación se indicaba que no había pruebas que incriminaran a
Yidis Medina en el secuestro de Juan Carlos Carvajal Torres, ex tesorero de la
Alcaldía de Barracancabermeja; Ricardo Sequeda, ex secretario del mismo
municipio, y Luis Francisco Guarín, ex diputado del departamento. Sigifredo
López indicó en su momento que la sentencia contra la ex congresista
"obedeció a un montaje perpetrado por personas que resultaron afectadas
por las declaraciones que entregó sobre el pago de comisiones y entrega de
notarías a cambio de su voto para favorecer el proyecto que se discutía en el
Congreso de la República y con el que buscaba la reelección presidencial"[2]. Otro escándalo penoso resulta el
caso de las intercepciones del DAS a los magistrados en el 2009: “Ese organismo
de inteligencia, adscrito a la Presidencia de la República, atravesó por la
peor crisis de sus 56 años de historia. A lo largo de todo 2008 esa
institución fue protagonista de uno de los más graves escándalos judiciales y
políticos de las últimas décadas. El 22 de febrero de este año SEMANA reveló el
primer artículo, de varios, con los resultados de meses de investigación en los
que quedaba en evidencia, entre otras cosas, que desde el DAS se estaba
'chuzando' ilegalmente las conversaciones de magistrados de la Corte Suprema de
Justicia, políticos de partidos de oposición, miembros de ONG, entidades
internacionales de derechos humanos y periodistas”[3].
Por ello la denuncia penal
en contra del Doctor Uribe presenta hechos contundentes: “Desde el mes de
febrero de 2009, tras denuncias efectuadas por la Revista Semana |1|,
se hizo público que el Departamento Administrativo de Seguridad -DAS- llevó a
cabo entre los años 2003 al 2009, por lo menos, una gigantesca "cacería
de brujas" contra defensores de derechos humanos, periodistas y
columnistas de opinión, magistrados de la Corte Suprema de Justicia y la Corte
Constitucional, líderes políticos de la oposición y sindicalistas, entre otros
miembros de la sociedad civil, con el propósito de eliminar cualquier disenso
con el gobierno de Álvaro Uribe Vélez. En medio de esta persecución más de
trescientas personas que fueron calificadas como"de tendencia
opositora" por el Alto Gobierno, así como sus familias y las
personas pertenecientes a su círculo más cercano fueron convertidas en "blancos" del
DAS. Esta cacería emprendida por el principal organismo de
inteligencia del Estado colombiano fue apoyada por otras instancias del Ejecutivo,
como la Unidad de Investigación y Análisis Financiero -UIAF- (agencia de
inteligencia adscrita al Ministerio de Hacienda), el Banco de la República y la
Dirección de Derechos Humanos del Ministerio del Interior y de Justicia,
entidad en la que reposan datos privilegiados sobre los esquemas de seguridad
de personas que se encuentran incluidas en los programas de protección
gubernamental y que, paradójicamente, eran consideradas al mismo tiempo como
objetivos del DAS”[4].
En la actual campaña
política por la presidencia de nuevo se repiten los hechos: Chuzadas, campañas
negras, hacker. Estas y mucha razones me ponen alerta, advierto que lo que se
viene no es bueno y espero que la gran masa de abstencionistas sepan que están
haciendo, respeto su decisión pero espero se conmuevan.
[2] http://www.elpais.com.co/elpais/colombia/noticias/yidis-medina-denuncia-fiscalia-falsos-testigos-su-contra
[4] exto
de la denuncia penal contra Álvaro Uribe Vélez, ex Presidente de la República
de Colombia, por la comisión de crímenes contra la humanidad.
1 comentario:
¡Gracias por tener el valor de publicar sus comentarios! Algunos colombianos que vivimos en el exterior estamos de acuerdo con usted y no somos tan uribistas como parecen ser la mayoría de los colombianos que viven en el país.
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