COMO NOS DUELE ESTE PAÍS
La parcial y subjetiva verdad que se conoce sobre la relación entre mafia y política ha permitido que este incesto antidemocrático se repita década tras década, pero reciclado con nuevos protagonistas. Las verdades parciales extrajudiciales pueden descalificar, sin debido proceso, a ciertas personas, pero no deslegitiman los procedimientos. Solo la verdad obtenida en procesos judiciales es la que puede recomponer comportamientos indeseables y desterrar prácticas nocivas para la sociedad.
RAFAEL PARDO
No son las revelaciones de Virginia Vallejo, la que me sorprenden, ni mucho menos, el hecho de nombrar en su relato, a los más granado de mundo político Colombiano de los últimos veinte años envuelto en tan bajas situaciones; es reconocer de nuevo, que el país, parece repetirse inexorablemente en el caldo de sus errores, que parecen endémicos y deberían mirarse como parte de nuestra enferma naturaleza y no como la excepción. Hay una frase escrita en el libro," noticia de un secuestro" de Gabriel García Márquez, que aun me parece absolutamente reveladora: lo peor que nos dejó el narcrotafico, fue el amor al dinero fácil. En pleno proceso de reinserción de los paramilitares, a la luz del contubernio entre narcotráfico y proceso de paz, cese de extradiciones y legalización de los dineros obtenidos de la peor forma por estos grupos ilegales, el testimonio de la decadente diva Virginia vallejo parece demostrar que no hemos mejorado y que el futuro del país de acuerdo a estos hechos es incierto, más aún cuando la cruda realidad demuestra, que la única aspiracion del Colombiano medio es, haga plata mijo, ¿cómo?: no importa, haga plata. La pregunta seria es: por qué nos resistimos al cambio; por qué no se han modificado ninguna de las conductas que tanta pena nos causan, por qué persiste en él imaginario colectivo el dinero fácil, la trampa, timar, la corrupción….quien mantiene una vida tranquila, de ascenso social y económico pausado, de acuerdo al rol de posibilidades reales del mercado laboral y comercial, es un tonto, conformista y no sirve...es en últimas un fracasado. Paradójico en este país de gramáticos y poetas, los discursos son desvíos, mecanismos para encubrir, en el mejor sentido descrito por Foucault. Lo peor, los hechos no brindan mayor esperanza y podría uno tratar de adivinar en veinte años, quien asumirá el papel de revelarnos penosas realidades del actual momento: vaya usted a saber. Cabe citar esta perla tenaz: la corte interamericana de Derechos humanos condenó al país hoy, por la masacre de Ituango. Igualmente la justicia Colombiana condenó a Mancuso a cuarenta años de cárcel por la misma, que de hecho no va a cumplir nunca y quedará reducida a nada, mientras se devanea en centros comerciales con cuarenta y cinco guardaespaldas….acaso no duele tan oprobiosa situación, lo triste es que, en unos años, nos sorprenderá este cruento dato histórico, pero talvez, se volverá a espantar el país, mientras repite sus errores.
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