¿Qué ética y qué política tenemos que elaborar para oponernos y resistir
al actual colapso de la igualdad social y a la producción masiva de
vul-nerabilidad? ¿Qué enfoques nos son
útiles para combatir la actual era expansiva de la precariedad laboral? ¿Cómo afecta la producción masiva de
vulnerabilidad y la precarización de la vida a las subjetividades, al vínculo
social y a la estabilidad de las democracias? Las preguntas son muchas y no
dejan de aguijonearnos. María José Guerra Revista Isagora
El actual
gobierno colombiano en cabeza del señor presidente, acude a las estrategias de
dilatación y falsedad con el inequívoco propósito de falsear y engañar a los
gobernados en su caprichosa idea de nunca concertar y menos oír al comité de
paro, en las mal llamadas negociaciones, pues siempre ha considerado la protesta
como expresión de vándalos y terroristas, desconociendo por esta mentirosa
interpretación, el derecho a la misma, la existencia de una inequidad lacerante,
el desempleo y el grave problema de la juventud por la total ausencia de políticas de inclusión
que se traducen inevitablemente en desempleo y falta de oportunidades.
Está claro
que mientras se dilatan las negociaciones, la aplanadora legislativa de las mayorías,
aceitadas por el gobierno, en un
perverso concubinato aprueba reformas a la procuraduría, otorgándole poder jurisdiccional
para destituir alcaldes por elección popular; limita el poder de la contraloría
y curiosamente le otorga más burocracia, empoderándola como en los viejos
tiempos, con el ánimo de convertirla en un ente proveedor de cargos que lógicamente
son mermelada para los congresistas, la vuelta al oprobioso y vulgar
clientelismo administrativo; busca ampliar el número de magistrados de la corte
constitucional, para colocar sus fichas y apoderarse de las decisiones inconvenientes
para su mandato; decide mediante un decreto que, las tutelas que se opongan a sus
decretos con fuerza de ley, sólo sean decididas por el consejo de estado, ósea
elige su juez, lo que constituye una afrenta al derecho de tutela y a la propia
constitución; militariza las ciudades y desconoce las competencias de los
alcaldes en este grave momento.
El centro democrático,
el Doctor Álvaro Uribe su capitán, deben estar muy felices por el hecho que, su
presidente por fin les corresponde ideológicamente y ha decidido hacerles caso
en todo, pues no importa cómo, la próxima elección presidencial debe estar en
manos de su partido, no importa el precio, pues cualquier otra opción sería nefasta para sus pretensiones
totalitarias.
Todos los
organismos de control son amigos y aliados del presidente de la república: La contraloría,
la procuraduría, el defensor del pueblo, la fiscalía, lo que constituye una
concentración del poder antes nunca vista y la total ausencia de contrapesos.
Estoy convencido
que la dilatación de las negociaciones al comité de paro, no es más que una
estrategia para fortalecer su poder, sería pertinente que estemos pendientes de
lo que está pasando con el congreso aliado en sus mayorías al presidente, quien
por esta vía busca no tener controles, hacer las reformas convenientes para la
concentración del poder sin dilación alguna y además dejar lista la elección de
su sucesor.
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