La economía y
la democracia representativa pasan un mal momento en el mundo, hay una crisis muy
grave que se traduce en inequidad, pobreza. La clase política no está a la
altura, en esencia no tienen la voluntad, no produce los cambios que generen un
cambio frente al capitalismo voraz que colapsó y por lo tanto no permite soluciones prácticas
y cambios eficaces para el ciudadano de a pie. La ambición de unos pocos y la
corrupción de la clase política y empresarial, terminó consolidándose, se afirmó en los intereses económicos perversos de la banca y los grandes monopolios, los
que llevaron al mundo a una crisis de proporciones inconmensurables.
De hecho,
excelentes teóricos han venido advirtiendo el peligro que conlleva la falta de correctivos
de la clase política. No es solo un problema estructural, mucho podrán explicarnos
los teóricos desde la perspectiva de la teoría de los mercados y la prevalencia
del mismo sobre las políticas macroeconómicas que, según ellos justifican la
crisis por variables de mercado. Lo cierto es que deben empezar por reconocer
la excesiva concentración de la riqueza y la manipulación del sector
financiero. El relato que sustentó el neoliberalismo sobre las virtudes del
mercado y la libre competencia quedó al descubierto en su inoperatividad, los
intereses particulares y la ambición, superan cualquier regulación. El estado
debe cumplir con funciones que los particulares nunca asumirán. La distribución
de la riqueza, el acceso a la educación y el desarrollo de políticas públicas
en favor de los menos favorecidos, constituyen decisiones que no permiten
plazos largos y es imposible dejarla en manos de particulares.
No es la globalización
como marco teórico la que sustenta el desarrollo actual del desarrollo, es la
excesiva especialización, la famosa revolución digital, la cuarta y quinta
revolución, que concentra los principales lineamientos del desarrollo a unos
pocos, no solo manipulándolos, sino generando una concentración de la riqueza que
está lejos de fomentar mecanismos de participación justos y oportunidades. “Cuál
es el relato que se opone a este enemigo soterrado. Si los grandes relatos
conocidos hasta ahora -el cristiano, el liberal-progresista, el hegeliano, el
marxista, el fascista- se han revelado como intentos inadecuados por hacerse
cargo de la complejidad del mundo, este reconocimiento crítico no deslegitima
el relato de cosas sucedidas, ni dispensa al pensar del esfuerzo por conseguir
una óptica luminosa para los detalles aprehensibles de la totalidad esquiva (Peter
Sloterdijk). El desempleo es el problema más grave. “La confluencia de la
pandemia y la situación del cambio tecnológico hacen más más complejo la
situación de empleo en Colombia y en el mundo” (Ricardo Ávila, periódico el
tiempo). La economía es muy seria para dejársela a los técnicos. Estanislao
Zuleta decía que la educación que no está sustentada en La filosofía es muy peligrosa
por su opacidad, esta genera la capacidad de hacer preguntar, de cuestionar el
sistema, de aprehender las causas primeras. la filosofía es esencial para entender
lo que nos pasa.
Para José
Stiglitz, el fracaso de los mercados es evidente. Se supone que la demanda en la teoría de los
mercados iguala a la oferta. Pero vivimos en un mundo con grandes necesidades
no satisfechas, lo que hace que este principio no se cumple. Aparecen entonces
los recursos infra-utilizados. Si hay desempleo, como pasa en los Estados
Unidos, las familias al final terminan siendo expulsadas de sus viviendas y
esto genera infraestructura sin un uso adecuado en el marco de la circularidad económica,
la crisis se acentúa y las consecuencias humanas son graves para los agentes
más vulnerables del sistema, el ciudadano de a pie.
Países como
Chile están pensando en cambiar la constitución, frente a las cifras de
inequidad y concentración de la economía y el poder político. Los movimientos
sociales en todo el mundo están dejando ver su inconformidad. Ahora que hay elecciones en los Estados Unidos, se cuestiona las decisiones absurdas del último presidente, irrespetando los acuerdos multilaterales y obcecado con políticas en contra de la inmigración y de hecho con racismo oprobioso e inexplicable para estos tiempos. Es un hecho, el mundo está en una crisis muy profunda.
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