En crisis
como la actual nos volvemos monotemáticos. Hace parte de una rutina enfermiza
que nos consume y la concentración de nuestras preocupaciones en un solo tema,
nos va disminuyendo mentalmente, más cuando tiene que ver con nuestra sobre
vivencia. Lo sucedido ayer fue muy grave. Es un hecho que si al presidente le
va bien al país le pasará lo mismo. La falta de autonomía del presidente Duque
le ha costado mucho al país. Le debe su elección a otra persona, lo que es muy
grave, le genera tensiones insuperables con su jefe y la bancada del partido en
términos de gobernabilidad. Al final el doliente es la sociedad en general.
Elogie en principio el manejo que le dio a la crisis, la alegría fue pasajera,
contrario a lo que pensé, comenzó a cederle a sus copartidarios. Expresa
Eduardo Sarmiento en su última columna: “La primera emergencia económica se
justificó para aplanar la curva y reducir el grado de contaminación, Luego, las
medidas adoptadas en virtud de las facultades constitucionales, como la cuarentena
y los protocolos, tuvieron un efecto contrario al previsto. Los contagios pasaron de 200 a 2000. El pico
de la curva se distanció y se tornó indefinido e incierto”. en las tres últimas
semanas, las decisiones del presidente han sido incoherentes y su apuesta
apresurada por la economía, al crear tres días sin IVA, constituye una decisión
absolutamente errada, pese al entusiasmo que ha despertado entre sus
copartidarios y los gremios, lo que pasó ayer en el primer día de la misma fue
un fiasco. Las ventas fueron enormes, en medio de aglomeraciones y caos en
muchas partes, todo, gracias al incentivo creado con el no pago del IVA, que es
una forma atípica de fomentar de nuevo la productividad y el comercio.
Se hizo para
darle salida a la economía. Ricardo Ávila, cita a la decana de la universidad
de los andes, quien de manera simple expresa: “La iniciativa era mala desde el
comienzo, porque no incrementa la actividad económica, sino que la concentra en
una jornada y en cambio le quita al fisco los ingresos que esa actividad le
genera”. La aprovechan en esencia solo las grandes superficies, acaba con el
poco ahorro de los colombianos y por efecto de las aglomeraciones es una medida
realmente muy peligrosa, en un momento en que no hemos llegado al pico de la pandemia,
puede tener efectos nefastos para la población en general.
No aguantó la
presión el presidente y le apostó a la apertura comercial por encima de la
vida. La obligación de hacer la compra a través del sistema bancario es
perversa. Realmente quien ganó con la medida fue la banca y las grandes
superficies. Nada pedagógico ver a la gente salir con televisores y neveras, en
un consumo no vital, desde la perspectiva de la salud, como si no estuviéramos
en un momento tan excepcional, realmente fue un desestimulo al ahorro. Deberían
leer la parábola de José sobre los días de vacas gordas y los días de vacas
flacas.
Los pequeños
comerciantes, los profesionales y comerciantes liberales e independientes
estamos quebrados, hasta ahora ninguna medida nos favorece. La perspectiva no es buena y el despegue de
la economía, que es necesaria, solo se podrá dar después de superar el problema de la salud.
De antemano reconozco que la salida no es fácil, se debe como mínimo ser
coherentes en esta circunstancia tan especial, aquí no hay fórmulas.
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