Resulta oprobioso
las cifras de muerte en Colombia.
Más de 500 líderes sociales asesinados en los últimos dos años. 189
Desmovilizados de la FARC. Una ciudad cómo Medellín tiene en el año más de 300
asesinatos. Paradójicamente, los últimos alcaldes de esta ciudad se
enorgullecen de las cifras frente a las estadísticas históricas en esta materia,
en algún tiempo fueron abismales. Para ellos la ciudad pasa por un buen
momento. Morir en manos de un sicario es una noticia que no conmueve a nadie,
es el pan de cada día.
En el 2010 en
Colombia hubo más de 15.000 asesinatos, por eso las cifras de hoy parecen
insignificantes. Para muchos asesinos, en un país de impunidad, asesinar, es
una tarea común y corriente. Me imagino que el sicario mata, es una profesión
en este país, después va por los niños suyos al colegio y almuerza con su
familia como si nada. No hay moral, menos ética. El irrespeto al sistema es
absoluto.
En Colombia han
exterminado un partido político entero de parte de grupos paramilitares creados
por la elite en asocio con políticos y militares de derecha. Las masacres a
civiles son incontables, han sido absolutamente crueles, sin respeto por la
familia, menos por los niños. Estos grupos eliminaron pueblos enteros.
Las noticias
de radio en Colombia comienzan a las 4 Am. Siempre abren con una muerte
violenta. Nada pasa, todo sigue igual. Es parte de nuestra atribulada rutina.
Hemos incorporado en el inconsciente colectivo estos eventos, no para corregirlos,
curiosamente ya no reflexionamos sobre esta materia, aprendimos fue a vivir con
esta carga, hace parte del paisaje.
Desde la
muerte de Sucre, en plena guerra de la independencia, el país se viene matando.
Busco cualquier día en el 2010, como ejemplo. Mire con lo que me encuentro. “Solo
en los últimos tres días se han producido cuatro ataques de sicarios en Bogotá
con un saldo de cuatro muertos: el jefe de guardias del pabellón de alta
seguridad de la cárcel La Picota, Jairo Enrique Velosa Martínez, los sacerdotes
Richard Piffano y Rafael Reátiga y un individuo identificado como Justo Pastor
Báez, depositario de los bienes incautados al capo Daniel ("El Loco")
Barrera. En otro ataque resultó herida grave la abogada Lina Piedad Sierra
Ariza, abogada de Carlos Alberto Rincón, alias "Chicharrón" y uno de
los socios de "El Loco Barrera"”.
Este es un
país de locos y asesinos. Recuerdo la ansiedad de los personajes de la “La mala
hora” frente a la violencia. No hemos salido de ese miedo que nos carcome. Las
Bacrim, las bandas criminales, son verdaderas organizaciones del crimen. Están
jerarquizadas, manejan territorios, cobran impuestos y se ordena desde sus
jefaturas, quien vive y quién no. Cada Zona de nuestras ciudades y municipio
tiene más de dos Bandas. Medellín tiene más de 30 Organizaciones de este tipo.
Hoy en la mañana asesinaron líderes sociales y ciudadanos del común en ocasión a las guerras entre bandas; hubo un asesinato en la zona de Altavista en Medellín,
dos más en Castilla, tres en el municipio de Bello, para citar las más sonoras. Al final, después de la noticia y la reacción mediática, no pasa nada, la vida sigue igual. Es un
tema para psicoanalistas. Nuestra paranoia es total.
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