El presidente de los Estados
Unidos ha decidió desde su posesión administrar la geopolítica de su país con
el martillo y la amenaza, sin ninguna concertación posible, retrocediendo
treinta años, desconociendo los tratados bilaterales y multilaterales a granel,
se despacha en discursos demagógicos, con regaños y acusaciones, los emite de
acuerdo a propósitos puntuales, siempre en cumplimiento de una prioridad, la
que al final lo llevó a la presidencia, el bienestar de su país a cualquier
precio. La solución que supone parte de una óptica errada. Desde hace dos semanas volvió a utilizar la certificación, que no
sabemos aún quien se la inventó, ni qué papel juega internamente, como una
espada de Damocles para amenazar a Colombia, por su política anti-drogas.
Es impresionante el
desconocimiento de las cifras sobre resultados en la guerra contra las drogas
en los Estados Unidos, ha sido un absoluto fracaso: El consumo aumenta
exponencialmente, las redes de distribución y las hoyas populan inexplicablemente,
la sociedad, sobre todo una elite privilegiada, está completamente adicta, la
clase media entro de igual manera a empalmar con estas cifras, los fármacos y
lo que llaman drogas sintéticas ya son un problema de salud, su consumo aumentó sin ningún control por parte
del estado. Realidades que le quitan cualquier autoridad moral al presidente Trump
para imponer sanciones, se olvida que Latinoamérica ha puesto todos los muertos,
bastas zonas han sufrido los flagelos más terribles gracias a una sociedad
narcotizada, de manera inexplicable ha sido sometida a una política migratoria
excluyente y lo que es peor, ha sido estigmatizada en el mundo por un Ítem que
es más culpa del país del norte que nuestro.
Pero la ceguera del
señor Trump es entendible, lo que no aceptamos es nuestra posición de vecinos
sumisos, no me explico por ejemplo, cómo México ante tanta andanada no toma una
posición clara frente a su vecino y reacciona al maltrato desmesurado del señor
presidente. Espero que Colombia haga
valer todos sus esfuerzos y le exija al gobierno americano mesura y de paso resultados.
Creo que en esta mirada no estoy tan solo, el periódico “El tiempo” de Colombia presenta la noticia con la misma óptica:
“La aparente solidez de
las relaciones bilaterales entre EE. UU. y Colombia quedó esta semana patas
arriba luego de que el presidente Donald Trump amenazó con descertificar al
país, pues, a su juicio, no estaría cumpliendo los compromisos antidrogas. Sus
palabras, tanto en Washington como en Bogotá, cayeron como un baldado de agua
fría de otra época. Pocos entendieron la rudeza del actual presidente de EE.
UU. Con el que se supone es su mejor aliado en la región”[1].
Es cierto, no sabemos qué pasa, hay que
hablarle a nuestro vecino con mayor claridad,
con convicción y a partir de certezas que demuestren el sacrificio nuestro, que
no es poco.
Addenda: Imperdonable las deportaciones de latinos, personas que durante más de veinte años han contribuido con este país en todo el amplio espectro social: Impuestos, trabajo, convivencia, conocimiento. Prometió en su campaña no hacerlo con aquellos que no tuvieran antecedentes, como los nazis, no ha cumplido y sin ninguna consideración viene aplicando una política discriminatoria e injusta.
Addenda: Imperdonable las deportaciones de latinos, personas que durante más de veinte años han contribuido con este país en todo el amplio espectro social: Impuestos, trabajo, convivencia, conocimiento. Prometió en su campaña no hacerlo con aquellos que no tuvieran antecedentes, como los nazis, no ha cumplido y sin ninguna consideración viene aplicando una política discriminatoria e injusta.
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