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sábado, agosto 26, 2017

LA GRAVE CRISIS ECONOMICA DE COLOMBIA

La economía siempre se explica con un tecnicismo, que muchas veces delatan a los economistas en sus desaciertos, pese a sus continuos fracasos en materia económica, con una semántica laberíntica y cargada de simbolismos indescifrables para el común de los mortales, maquillan  lo que la realidad refleja con absoluta contundencia, viven excusándose, tratándonos de hacer ver que todo está bien, cuando sabemos que no es cierto. Colombia hoy vive una crisis económica sin precedentes, existen indicadores muy importantes que han generado una alarma general y el gobierno, desde el presidente, su ministro de hacienda parecen no querer aceptar la situación grave que tenemos, de hecho toca el bolsillo de los hogares de la peor forma.
Sus locomotoras, como llamo a los sectores que jalonarían la economía no funcionaron, la minería está en crisis, el sector industrial está viviendo su peor momento, pese al fortalecimiento del dólar, las exportaciones en Colombia finalmente no arrancaron y la agricultura y el sector agro-industrial han tenido repuntes que aún no han permitido sacarlos del largo letargo en que están. El comercio y el consumo están en su peor nivel y por supuesto, como consecuencia, no hay liquidez; para rematar la cartera vencida en los bancos comienza a mostrar índices preocupantes. El último editorial de la revista dinero expresa: “la economía apenas logró un crecimiento de 1,3%, frente a 2,5% del mismo periodo del año anterior y 1,2% del primer trimestre de este año. El dato confirma que la actividad económica sigue a un ritmo muy lento, aunque tuvo un ligero repunte respecto del primer trimestre y no recayó. Sin embargo, el riesgo de un estancamiento no se ha disipado. Aunque de las 9 ramas de actividad económica 7 lograron incrementos positivos, únicamente 3 sectores registraron aumentos significativos: agricultura (4,4%), financiero (3,9%) y servicios (3,0%), mientras otros decrecieron, como el minero y petrolero (-6%), al igual que industria (-3,3%)”[1].
Pienso que la realidad supera estas cifras, en las calles hay un absoluto pesimismo, se siente una falta de norte, hay una ausencia de políticas que reactiven la economía, no existen esperanzas de que se produzca algún cambio. Eduardo Sarmiento es más contundente: “La información del primer semestre revela una economía desarticulada en que la mayoría de los sectores crecen a ritmo negativo y el conjunto lo hace menos que la población. Como lo señalamos al principio del año, la economía evoluciona dentro de un sendero de crecimiento de 1 %, sin visos de recuperación. Los errores sistemáticos de política y predicción confirman que las autoridades económicas han perdido el control macroeconómico”[2].
El fenómeno es mundial, pero esto no excusa al gobierno, en pleno pos-conflicto, con una deuda social enorme, a la que se suma el grave problema de nuestro vecino país que nos endosa su problema social, al que no le podemos sacar el quite, situaciones que obligan al gobierno a tomar medidas contundentes, la primera, reconocer la crisis. Hay que ver las cifras escalofriantes de la delincuencia común y la total incapacidad del estado para hacer presencia en las zonas que fueron dominio de la FARC. Solo espero que no sea tarde y terminemos en una recesión de la economía que sobre-pase la capacidad de reacción de un gobierno que hasta ahora ha sido demasiado lento en la toma de decisiones en materia macroeconómica.





[1] www.dinero.com/edicion-impresa/editorial/articulo/recta-final-ultimo-ano-de-gobierno-santos/248707

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