Nada parece evitar la
hecatombe institucional y social de Venezuela producto de una dictadura
camuflada entre los estertores de una democracia popular, hoy totalmente
desvirtuada por las continuas manipulaciones perversas de quienes ostentan el
poder, que abarcan todos los ámbitos de la vida, personajes que han venido entregando el
país a pequeños feudos, sanguijuelas que lo
saquean impunemente minuto a minuto, cada segundo que pasa.
La institucionalidad está
en cero, la sociedad no funciona para absolutamente nada, el
ejecutivo ha creado una serie de costumbres insanas para que la gente
simplemente sobreviva (Ya ni siquiera esto pasa, el hambre constituye una
pandemia), producto del exceso de concentración de poder, este llegó a
límites insospechados que terminaron atrofiando las relaciones humanas
en toda la trama social, de la A a la Z. La república socialista que adoptó el modelo cubano,
basado en la gratuidad, fue desmantelando la totalidad de los anclajes que le
permitían a Venezuela funcionar normalmente: La vida Productiva; las
seguridades jurídicas como la propiedad, los derechos fundamentales, la
propiedad intelectual, las garantías constitucionales; la libertad de opinión,
el derecho a la movilización, el comercio, en fin lo mínimo… hasta convertir la vida en un
galimatías, hoy nada hay seguro y cada ciudadano sale a guerrear; el estado fallido es un hecho, el ejecutivo miente implacablemente, se defiende a dos manos, pues de caerse la
república Bolivariana, todos sus funcionarios irán a la cárcel, el presidente hará lo imposible para no
entregar el poder, de antemano sabe lo que le espera, en estas confrontaciones los únicos perdedores son los
ciudadanos del común.
Es cierto, la culpa de la
situación a la que llegó Venezuela, uno de los países más ricos del mundo, no
es solo de quienes ostentaron y ostentan el poder, sino de los mismos ciudadanos
que lo permitieron. Es difícil develar en todo su contexto la genealogía de
esta catástrofe, pero la información esta a la mano para que no se vuelva a
repetir.
Los partidos tradicionales, quienes venían saqueando al país, nunca se imaginaron que por gracia de sus políticas clientelistas y
la agregación del poder en favor de sus arcas, este fuera a terminar en una dictadura
popular. El nuevo presidente después de un triunfo sin igual, investido de los poderes aprovechó el momento, la efervescencia emocional de un pueblo escéptico y creó la forma de suprimir todos los contrapesos constitucionales, inexplicable que un caudillo sin preparación alguna, con una oratoria
seductora, un discurso envolvente, demagógico, un placebo peligroso, una especie de anestesia, pudiera cambiar toda la constitución, las reformas, le permitieron la concentración
de poder más perversa que se tenga historia en Sudamérica a partir de unas instituciones democráticas, al final como los hoyos negros, todo el estado
terminó en manos del ejecutivo.
Venezuela vive hoy la peor
crisis de su historia, hay hambre, des-institucionalidad, toda actividad es
corrupta, el funcionario trampea, la producción está sometida a coimas, el
ciudadano sale igualmente a traficar con sus bonos, hay una guerra para
sobrevivir sin parangón, pese a este caos nada pasa.
Ayer sacaron a CNN es
español, Venezuela saca a la última cadena que informaba con neutralidad. Que
pasará, un tsunami de acontecimientos que de hecho, esperamos no sean tan
graves para el ciudadano de a pie, espero nuestro hermano país salga de semejante
tragedia, el camino es largo y culebrero.
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