El escándalo de la FIFA, la
multinacional que maneja el negocio del futbol que genera millones de dólares diarios
y quien ha puesto a temblar a más de un
país cuando decide ejercer su poder de veto,
constituye uno más entre muchos del problema más grave del mundo que se
sintetiza en una sola palabra: Corrupción. A este caso se le suman en la última
semana las sanciones a un número de bancos y banquero importantes de los
Estados Unidos, el develamiento de corrupción en Nicaragua desde la casa de
gobierno, los escándalos en Panamá, los problemas de la participación indebida
en los negocios de los principales partidos en España, la perversa manipulación
de los negocios en Argentina, casos que muestran hechos específicos de
connotaciones muy grandes a los que hay que sumarle las practicas rutinarias de
la corrupción diarias, encubiertas, en
el ejercicio del poder en todas sus instancias, públicas y privadas, que hacen
parte del rol normal de los negocios. Hay ciudades y gobiernos donde funciona
perfectamente, hace parte de la cultura, lo que habla de cómo esta enquistado
el mal en las sociedades, las que lo ven casi como un derecho, la gente asume qué el poder es para poder.
El tema sobrepasa la visión
política, jurídica y administrativa, tiene que ver con múltiples factores
culturales y sociales, que descifran la mentalidad dominante actualmente, las
personas sienten y asumen que solo se
triunfa y se es feliz, para utilizar algunos términos irresponsables como enlace, desde el
consumo, lo único que nos hace felices es el consumo desbordado y la riqueza,
expresada en la apariencia y la vanidad, debemos fungir como ricos, ejercer el
poder desde el complejo de narciso, Gabo alguna vez expresó que peor que el narcotráfico
para una sociedad, es el amor al dinero fácil. Siendo la corrupción un fenómeno
antiquísimo, hoy gracias a la revolución
de las comunicaciones, todos los días aparecen nuevos casos, quedo impertérrito ante las noticias al
respecto, que paradójicamente ya no escandalizan a nadie, se asume que esto
hace parte natural del ejercicio del poder, se llega al mismo para empoderarse
y enriquecerse a dos manos. En Colombia a los escándalos típicos en el sector público, se le suman las artimañas de las empresas privadas para controlar precios, mercado y eliminar la competencia, se le denomina los carteles de los pañales, del azúcar, de los medicamentos, en esta práctica oprobiosa están las principales multinacionales.
Este es el tema más
importante para los filósofos en el día de hoy. Pensadores como Fernando Savater
en España, quien sabe de antemano que la ética constituye el eje sobre el cual debe
empezarse a tratarlo y plantear las soluciones complejas que el mismo amerita, las
que tienen que ver con su desciframiento, como se impone una cultura de buenas prácticas
a través de las plataformas educativa
formales, actitud que se repite en muchos
pensadores importantes ante la desmesura del fenómeno, resulta ser un reconocimiento
a la gravedad del hecho, lo que ha obligado a la filosofía en la búsqueda de
soluciones prácticas, ahora que el poder es para poder.
La democracia en todas sus
formas, tiene en la corrupción su peor enemigo. Cuando uno habla de corrupción
no solo se refiere a las prácticas que generan riquezas y aumentan de manera
sucia el patrimonio de ciertas personas, empresas o funcionarios públicos, también
tiene que ver con el ejercicio del poder, como se perpetúan los gobernantes torciéndole
el cuello a la ley, véase las dictaduras populistas en Latinoamérica. Lo más
preocupante es el hecho que la juventud lo ve como una opción natural y fruto
el ejercicio del poder, connatural al mismo. Cuando uno mira la historia de
Roma, la de la monarquía Europea, desde la óptica de la corrupción, descifra
gran parte de lo que sucede ahora, cada época tiene circunstancias muy
especiales y gracias a las TIC, los flujos de dinero y la generalización de
ciertas prácticas corre a unas velocidades impresionantes. La humanidad perdió
eso que Peter Watson llama, el sentido de la trasncedentalidad, que genera
compromisos morales muy fuertes, que igualmente forja conductas y prácticas
afines a la moral, desaparecidas por efecto de la imposición de lo laico sobre
lo religioso, una especie de racionalidad, que antes ejercía una especie de
temor en las personas, ahora no pasa nada. El tema no es fácil y espero ahondar
en el mismo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario