PAREN EL MUNDO ME QUIERO BAJAR
Así lo dijo Mafalda, en su madura precocidad. Agobiada por los conflictos
y las guerras, compartía su angustia con millones de seguidores. Y así se
sienten algunos hoy, abrumados por este mundo en el rollercoaster, como dirían los
gringos, y además intentando darle sentido. Misión imposible, por cierto,
escribir sobre un mundo que en las últimas semanas hasta parecer haberse salido
de su eje. Párenlo, aquí hay alguien que se quiere bajar, como Mafalda. Hector E. Schamis.
Cuando uno lee un periódico de hace
50 años puede ratificar en esencia que el mundo no cambiara. El conflicto Palestino-Israel continúa
perseverando en brutalidad, sin ninguna esperanza de solución y más bien cargado
de fundamentalismos insuperables. El oriente en general vive entre guerras
civiles eternas, llenos de muerte, desolación, donde no solamente campea la
corrupción, sino la anarquía política, con ausencia total de reglas de
convivencia y gobernabilidad, acusando una situación sin salida. Estados Unidos
no da muestras de ejercer un liderazgo que asuma la tarea de acabar el
conflicto y parece que al igual que Rusia, le conviniera la perpetuidad del
mismo. Europa no es relevante en la mayoría de las veces, pero no deja de ser
un actor importante.
Hoy Europa no sale aun de su crisis y
se acomoda a una economía que se acostumbró solamente a sobre-vivir,
Latinoamérica tiene una posición buena para algunos países, inestable para
otros, pero en general atractiva para el mundo por la estabilidad de buena parte
del continente, en todo caso la constante igualmente la corrupción. Africa es variopinta, unos países progresan a pasos agigantados y otros no salen de su atraso ancestral, Asia es tema de otro costal.
En lo fundamental el mundo sigue lo
mismo, con un ítem muy grave, vivimos un consumismo desbordado e irresponsable, con un vació total en materia política, hablo de participación. La pregunta es donde
están los grandes pensadores, donde están Sartre, Levinas, Foucault, Althuser
del momento. No hay tal.
Las redes sociales tal vez nos permitan tener alguna esperanza a la falta de convergencia en aspectos sustanciales, pero hasta ahora
no dan la talla.
El otro problema, la
unidimensionalidad del pensamiento.
Siempre he dicho que soy escéptico, más no pesimista, pero es un hecho categorico. la cultura la
impone un sólo país.
Que esperamos, por ahora: nada. Más de lo mismo.
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