Que viva el país. Esta
semana ganó la selección como a nosotros nos gusta: Jugando bien y con
gallardía, además su triunfo fue humilde y su técnico anticipó que un
mundial como en una escalera, se sube paso a paso.
Hoy triunfó el Doctor
Juan Manuel Santos. No entraré en el conteo de la minucia, ni de las
estadísticas, en este blog se había planteado que estaba en disputa lo que debería
ser el enrutamiento y la bitácora del país de acuerdo a dos visiones totalmente
opuestas en el cómo. Se decidía como acabar el conflicto armado, desde donde
asumiríamos el reto de terminarlo que, además se incluyera como política de
estado; cerrar la gran brecha social existente; garantizar la reparación de las
víctimas; prever que la restitución de tierras se cumpla y crear la plataforma
económica que sustentaría tan costosos compromisos; hacer las reformas
necesarias en materia de salud, justicia, educación y por último promover
la formación que nos enseñaría no solamente a prepararnos para cambios tan
sustanciales sino las buenas maneras como nos debemos tratar en todo los
contextos entre colombianos, siempre desde la ley, privilegiar el dialogo.
La nación votó por la
salida negociada, por el dialogo en condiciones totalmente diferentes a como se
ha dado históricamente. Son muchas las reformas que se deben asumir, los
contrapesos constitucionales que permitan garantías a la oposición su ejercicio;
garantizar el funcionamiento de los organismos de control y que lo sean de
verdad: los derechos privilegiados en la constitución, por fin deben cumplirse.
El estado debe funcionar tal como no lo imaginamos, será difícil pero no
imposible.
El discurso del presidente
en principio, antes de que los entusiastas le pidieran todo tipo de saludos,
fue ponderado, reconoció los esfuerzos de su opositor, los invitó a vincularse
al proceso de paz y le garantizó el derecho a la oposición. Dejó ver que
el talante pendenciero debe pasar a mejor vida. Sabe que no puede permitir la
impunidad y estableció que la vinculación a la legalidad de los sectores por
fuera de la ley no es la entrega del estado a los mismos, ni menos la
impunidad; se comprometió ha generar un crecimiento acorde a sus necesidades.
El mensaje lo sintetizaría de esta manera: La democracia deberá engrandecerse,
más no agrandarse sin sentido. Dos perlas: nombró la necesidad reformas que
garanticen la descentralización administrativa y no habló de educación, tendrá
tiempo para suplir estos olvidos producto de la euforia.
El conteo de los votos fue
más rápido de lo que esperábamos. Creo que el momento es bueno para el país y
que debemos tener una política social seria, la gente no aguanta más carreta.
El reto mayor: la corrupción y las BACRIM.
El discurso vital en los
próximos dos meses, será ante el congreso el 20 de julio. Nos anticipará la
bitácora de los próximos cuatro años. Se votó en paz, lo más importante.
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