Recuerdo una frase muy
acertada expresada por el doctor Luis Carlos Galan Sarmiento en esos momentos de
reflexión, en medio de su atribulada
agenda: “en este país todos se sienten con el derecho de ser presidentes, en
vez de ese delirio inútil, cada quien debería especializarse de acuerdo a sus
competencias cumplir de acuerdo a ellas, así contribuirían mejor al desarrollo
del país, ayudarían positivamente a disminuir tanta inequidad imperante”.
Realmente esta es una constante perversa, apenas un político tiene algún éxito
o un funcionario en un puesto relevante obtiene buenos resultados,
inmediatamente dice: voy a lanzarme a la presidencia.
El doctor Petro fue uno de
los mejores congresistas en la historia de este poder del estado. como pocos,
realizó una tarea rigurosa, seria, a cabalidad con sus responsabilidades, fue el mejor ejemplo de lo que debe ser un
parlamentario en una democracia en pleno proceso de consolidación como la
nuestra. Este país se lo vienen robando desde hace marras. el control político
y los ojos abiertos de un parlamentario realmente son una necesidad acorde con
las responsabilidades del poder legislativo frente administraciones que, son muy ligeras con el erario público.
Petro en sus años en este
ejercicio cumplió con las tareas normales de un buen congresista, lo
trascendental: realizó debates históricos los cuales destaparon verdaderos
entuertos de una clase dirigente que sigue mirando los dineros públicos con ojos de gavilanes.
saquearlos constituye el deporte nacional por excelencia, desde tiempos
ancestrales, este señor destapó verdaderas ollas.
El pecado de Petro: la
arrogancia que le hizo pensar que la ley para él tiene condiciones
especiales. es paradójico que tanto
talento no haya comprendido lo que pasó.
es muy simple, desconoció la ley, no respetó los contratos existentes,
injustos o no, estaban ahí, resolverlos requería toda una ruta que él no
emprendió, tomó decisiones como un dictador, así de simple: Unilaterales,
sometió a los bogotanos a vivir una tragedia gracias a sus errores fatales y le
pareció que esto era normal, con un agravante a partir de este momento sólo
hizo populismo barato.
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