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lunes, abril 05, 2010

ECONOMIA Y POLITICA

Recuerdo los excelentes ensayos de Luis Antonio Restrepo sobre los orígenes del Marxismo, los escritos de Zuleta sobre economía política Colombiana, las controversias sobre modelos económicos después de la segunda guerra mundial publicados en la decada del ochenta e incluso todos aquellos libros de los grandes economista americanos de corte academico, Samuelson, Galbraith, Nort, Krugman donde se partía de un hecho: la relación imprescindible entre política y economía. El tema parece ser obvio, pro no lo es: hoy la economía va por un lado y la política por el otro. El ex presidente de la Red de Internacional de Comercio Justo, Antonino Perna, pasó por Buenos Aires y dejó sus impresiones sobre un nuevo paradigma económico, político, mixto y descentralizado. Dijo en Buenos Aires: “El mundo es otro", avisa. Se acabó el tiempo del crédito fácil y de ahora en más habrá que pensar la economía con una dosis de más humanismo. La economía y la democracia, dos entidades fatal y falazmente separadas. "Cuando se cayó el muro de Berlín la democracia como forma de gobierno se extendió en todo el mundo. El 90% del mundo tiene en lo formal democracias liberales, pero la esencia de esas democracias se desvalorizó. ¿Qué es la democracia, si hay una pequeña parte de la población que controla el voto y maneja las finanzas?". De igual manera, con la publicación del último libro Amartya Sen “la idea de justicia”, la controversia de fondo detrás de cualquier tema es la misma: Economía y política. En una entrevista publicada por Babelia del País de España. Dice el economista.

“Hubo un tiempo en el que la gente estaba realmente convencida de que cualquier intervención en el mercado era un error. Se dice que el capitalismo tuvo su periodo más exitoso tras la Segunda Guerra Mundial. No es del todo correcto. Cuando la contienda acabó, en los años cincuenta, sesenta y setenta, no sólo la economía de mercado ganó vigor, también el Estado de bienestar. Después la retórica dominante fue que el mercado era un diablo. Lo que se necesita es una complementariedad entre el Estado y el mercado, es decir, se acepta que debe existir una regulación decente y que el Estado debe jugar un papel suplementario en educación, sanidad y a la hora de proveer una red de protección social”.

La economía siempre tendrá que ver con decisiones políticas, al final todo nos afecta y es hora de crear desarrollo con la cuota de humanismo necesaria y donde haya participación del componente: sociedad civil. Como, no lo sabemos, pero no es con el modelo actual.

Antonio Perna, señala como se está dando este cambio: -La novedad positiva de la crisis es que ya no hay nada más que mercado y Estado. Hay un nuevo agente muy fuerte en Europa que es el sector non-profit. No son sólo cooperativas sino también empresas sociales que desarrollaron líderes nuevos muy capaces formados con experiencia concreta en el campo. Hay una nueva participación política a nivel local que no es entre dos partidos tradicionales sino que es una forma de ciudadanía en la cual los ciudadanos trabajan sobre un proyecto para su territorio, para su ciudad. A nivel nacional tenemos un problema, a nivel local tenemos una situación positiva, porque hay más participación.

Lo estamos viviendo de igual manera en Colombia, en medio del proceso de globalización, paradójicamente lo local ha adquirido una importancia sin igual. Pero este modelo de intervención ha nacido de la necesidad que ha tenido la sociedad civil para defender sus derechos. Como hacer, que esta necesaria relación sea más estrecha, concomitante. La respuesta no será fácil, pero se está dando y es definitivamente la única manera de meterle humanismo al desarrollo.

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