EL CASO DE YIDIS Y EL AFAIRE PRESIDENCIAL

Es muy triste que sean los medios de comunicación los protagonistas de un caso que debería ser ventilado solo a través del pronunciamiento de los jueces. Entre el maremágnum de escándalos mediáticos y la desinformación campante, hay verdades que no se pueden ocultar. Es evidente y así fue cacareado y denunciado por la prensa en su momento, que el gobierno generó dadivas y puestos a yidis para obtener el voto a favor en la aprobación de la reelección presidencial en el congreso, o se les olvidaron a los abogados del ejecutivo, los desayunos de palacio, las visitas del ministro de gobierno y el cortejo al que fue sometida la parlamentaria, que para la fecha no era tan mala. Los puestos fueron entregados, las notarias de igual menera y los cheques a Teolindo girados, de esto noy nnguna duda. Que ahora se pretenda con argucias procesales torcerle el cuello ha esta verdad flagrante con el poder intimidatoria de la presidencia, es otro cosa. Lógico que la señora Yidis no es una santa ni mucho menos, su carrera se ha forjado en Barrancabermeja, tinglado político donde confluyen todas los vicios, las violencias, a los que Yidis no ha sido ajena. Ahora saldrán muchas noticias que develarán este negro pasado, pero nada de ello puede ocultar el delito de cohecho perpetrado desde las toldas Uribistas. Nadie puede asegurar que el presidente participó directamente en este connotado concierto, pero es evidente su tacita anuencia y la omisión en estos casos, es más grave, sobre todo por la dignidad de la persona que está en cuestión. Lo mismo sucede con el ministro de Gobierno y el Doctor palacios. Grave de igual manera las mentiras de Yidis, la llamada al hijo del presidente y peor el papel de los medios de comunicación. Como terminará esta novela: amanecerá y veremos