EL NUEVE DE ABRIL DE 1948
Después del día la independencia, esta fecha resulta ser la más importante en la historia de la nación: Parte en dos la historia política de la nación; siembra la peor violencia cuyos efectos aun padecemos; cambia de manera absoluta las relaciones entre el partido liberal y el Conservador; se demuestra flagrantemente la exclusión política de las clases marginadas quienes asumen que ninguno de su clase llegará al poder, el hecho es usado por la guerrilla como argumento para la toma del poder por la via armada; después de la destruccion de la ciudad se da la mayor trasformación arquitectónica de la capital. Jorge Serpa Erazo, sintetiza los hechos del asesinato con mucha claridad:
“En la mañana de ese día, Juan Roa Sierra, un joven esquizofrénico que vivía en el barrio Ricaurte, salió de su casa sin bañarse ni afeitarse. Vestía un raído traje carmelita de paño rayado, zapatos amarillos rotos y un sucio sombrero de fieltro. A las 10 de la mañana se dirigió al centro de la ciudad, al famoso café Gato Negro, popular sitio de reunión de intelectuales, periodistas, poetas y bohemios, localizado a pocos metros del edificio Agustín Nieto, donde Gaitán tenía su oficina de abogado.
A las 9 de la mañana el caudillo llegó a su oficina. Hacia el medio día Roa Sierra se dirigió a la oficina del penalista. La secretaria, Cecilia de González, atendió la inesperada visita del extraño que solicitaba entrevistarse de inmediato con el jefe liberal. Al no ser atendida su petición Roa Sierra abandonó la oficina con muestras de altanería y desagrado, y se ubicó sobre la carrera séptima, cerca de la puerta del edificio.
Entre las 12 y la una de la tarde arribaron a la oficina Jorge Padilla, Alejandro Vallejo, Pedro Eliseo Cruz y Plinio Mendoza Neira, amigos personales de Gaitán. Hacia la una de la tarde Mendoza Neira invitó a los asistentes a almorzar al Hotel Continental: "Acepto, Plinio, pero te advierto que yo cuesto caro", contestó Gaitán. Al salir del ascensor Plinio Mendoza tomó del brazo a Gaitán y detrás siguieron Cruz, Padilla y Vallejo. En el momento que llegaron a la puerta del edificio, siendo la 1:05 de la tarde, Roa Sierra apuntó con el revólver a Gaitán, quien de inmediato se desprendió de Plinio y trató de regresar al edificio. En ese instante el homicida disparó tres veces sobre él. Apremiados por la inesperada circunstancia sus acompañantes buscaron un vehículo para llevarlo a la Clínica Central. Allí falleció cuando su amigo y médico Pedro Eliseo Cruz se disponía a practicarle una transfusión de sangre. “ La reacción del pueblo ofendido generó la destrucción de la ciudad, saqueos, robos y una borrachera colectiva sin precedentes que convirtió un amago de revolución popular en una revuelta que termino en un acuerdo entre el presidente de la época y la elite liberal (Carlos lleras Restrepo y Darío Echandia quien soltaría su famosa frase: ¿el poder para que ¿) que para algunos es la peor traición de las oligarquías Colombianas. Los protagonistas de este día, cada uno tiene su propia versión. El mejor libro sobre esta fecha lo escribió Arturo Alape:El Bogotazo. La versión de Gabriel García Márquez en sus memorias es de absoluta belleza y abre las puertas a interpretaciones diferentes al común de la ortodoxia histórica. Recordarlo resulta vital para comprender nuestra atribulada realidad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario