En una guerra la primera sacrificada es la verdad. Las opiniones frente al conflicto de estos dos pueblos (Israelitas-Palestinos), está coactada por intereses políticos muy difíciles de ver con claridad en todo el contexto mundial, por su multiplicidad. La reacción del estado israelí frente al ataque terrorista de Hamas, es absolutamente cruel, no hay proporción y constituye una violación flagrante, continua y perversa de los derechos humanos, a un pueblo que vive un conflicto que, muchas veces se define por fuera de sus muros, responde a un ajedrez geopolítico con muchas aristas, Su gente está asentada en su mayoría, en un gueto (Gaza). Son más de dos millones de pobladores, veinte años de asedio judío, el mundo parece obviarlo y definitivamente solo atenta contra una población inerme, expectante, como la palestina.
Golda Meir alguna vez se preguntó: "¿Cuándo nacieron los palestinos? ¿Qué era toda esta área antes de la Primera Guerra Mundial? Cuando los británicos impusieron el Mandato sobre Palestina, ¿qué era Palestina entonces? Palestina era todo el territorio entre el Mediterráneo y la frontera con Irak. Cisjordania y Transjordania eran Palestina. Yo soy palestina. Entre 1922 y 1948 yo tenía un pasaporte palestino. No existía en este territorio nada semejante a judíos, árabes y palestinos. Lo que había eran judíos y árabe"(Jorge Ramos Tolosa).
Jorge Ramos Tolosa se pregunta en uno de sus libros: "cómo se inventa, se crea y se consolida el Estado de Israel y de cómo para ello es precisa la aniquilación de Palestina, de su gente, de su paisaje y de su historia. Porque, a diferencia de las argucias dialécticas de los actuales líderes israelíes, Golda Meir nunca enmascaró las consecuencias de la épica colonial sionista, que solo podía resolverse con la extinción de Palestina y los palestinos, igual que había sucedido con la población indígena de Norteamérica, haría notar, en un acertado símil y por las mismas fechas, el líder de la OLP Yasir Arafat, el cual, según cuenta el historiador palestino Elias Sanbar, llegó a recibir en su despacho de Beirut a una delegación de senadores estadounidenses con las paredes empapeladas… ¡con fotogramas de “pieles rojas”.
"Frente al roque asesino que acabó con más de cuatrocientas personas civiles en un hospital en Gaza (Violación flagrante de los derechos humanos), la posición de los Estados Unidos es hibrida y gaseosa, igual de la mayoría de lideres mundiales, con la excepción del presidente Petro que, hasta ahora comienza a ser comprendido cuando aboga por diálogos de paz en la región. Nunca los Israelitas contaron con la capacidad de resiliencia del pueblo Palestino, ni menos con el apoyo del pueblo Árabe, hecho que explica tantos años de conflicto.
Expresa Jorge Ramos Tolosa frente al pueblo Palestino: “Se llamaba Palestina. Se sigue llamando Palestina” es el grito a la vez político y poético con el que Darwix, y con él todos los palestinos, responden, en el plano nominativo, a la desposesión sistemática a la que están sometidos desde hace más de un siglo. Desposeídos del nombre, de sus tierras, de sus hogares, de su historia, de sus mitos y, llegando al colmo, desposeídos hasta de su cocina: ¡cuántas veces no habremos visto un menú que anuncia falafel o humus israelí! No es una anécdota, es un síntoma más de una realidad que arranca en 1882, con la primera aliya —como se conoce a las oleadas colonizadoras sionistas—, recorre todo el siglo XX y llega hasta hoy, en los inicios mismos de la tercera década del siglo XXI, cuando el presidente estadounidense y el primer ministro israelí, Donald Trump y Benjamín Netanyahu, han presentado, con su fanfarria habitual, un plan de paz que consuma la bantustanización de 6 millones de palestinos en Israel y el abandono, en el sumidero de la historia, de los derechos de los otros 6 millones de refugiados palestinos. Ni el derecho internacional ni los derechos humanos ni las consideraciones demográficas o la estabilidad regional cuentan lo más mínimo en la última huida hacia adelante de Israel-EE UU. Con todo, lo más terrible es que la lógica del plan de Trump no es coyuntural, no es un resultado contingente o circunstancial, no es nada nuevo, sino que es la conclusión natural de una política de hechos consumados, una lógica que viene imponiéndosele a Palestina desde que en 1917 el Imperio Británico la plasmara, con expresiones y silencios imborrables, en la Declaración Balfour".
No cabe duda que la primera sacrificada es la información veraz, desconoce muchas veces la magnitud de intereses económicos en disputa, en una de las zonas más ricas en petróleo, escenario regional de lucha descarnada por el poder entre occidente, Rusia, China en medio de paises variopintos: Teocracias, dictaduras y democracias muy frágiles.
El papel de los medios de comunicación es vital para obtener algo de verdad en un conflicto que está lejos de acabar y cada vez se recrudece más, con el sacrificio de millones de civiles impotentes. Solo espero que se llegue a un punto de retorno donde la paz siquiera sea una posibilidad viable sin detrimento de los derechos de estos dos pueblos. Esperaré como se desenvuelve esta guerra que todos los días deja civiles muertos o desplazados en el menor de los males.
ADDENDA: Muy triste el discurso belicista del presidente Biden de los Estados Unidos en Israel.
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