Los principales
indicadores macroeconómicas del 2017 no fueron los más positivos, esto quiere
decir que los gobiernos de las principales economías del mundo, quienes pretendían
salir de una des-aceleración galopante, bastante preocupante por cierto, no lo
lograron, la economía nunca mostró índices que permitieran inferir que lograron
dichas metas. Ni los Estados Unidos, ni Latinoamérica y menos Europa pueden
hablar con optimismo de sus logros. El mundo parece haber aprendido a caminar
en cámara lenta en esta materia y no se da con la fórmula que permita el
despegue hacía mejores horizontes, los indicadores siguen siendo fatales.
Guy Sorman, excelente
pensador francés, en un texto memorable que leí hace muchos años: “La economía
no miente” expresaba: La economía es una ciencia. Su objeto es distinguir entre
las buenas y las malas políticas. Sólo en el curso del siglo XX, las malas
políticas económicas devastaron las naciones y causaron más víctimas que
cualquier epidemia: La colectivización de las tierras en Rusia en 1920, en
China en los años cincuenta o en Tanzania 10 después, condenando a hambruna a
cientos de miles de campesinos. La emisión moneda sin respaldo desestabilizó a Alemania
de los años veinte y favoreció el ascenso del nazismo. En 2007 la
hiperinflación destruyó Zimbabue.”
De igual manera hay excelentes decisiones que han traído alivió a naciones y pueblos: En materia económica las decisiones tomadas por China a partir de los 90 del siglo pasado, las del gobierno Chileno en los últimos 20 años, las de la unión Europea frente a las naciones del este…en fin.
De igual manera hay excelentes decisiones que han traído alivió a naciones y pueblos: En materia económica las decisiones tomadas por China a partir de los 90 del siglo pasado, las del gobierno Chileno en los últimos 20 años, las de la unión Europea frente a las naciones del este…en fin.
Paradójicamente las
políticas tomadas por los últimos gobiernos sin distingo en el mundo para
superar la crisis han sido en la mayoría de veces erradas, la reverberación de
los nacionalismos, la no atención a los acuerdos multilaterales, cierto
proteccionismo y política asimétricas entre occidente y los países emergentes
han generado más incertidumbre que confianza. Pese a que ciertas cifras de los Estados Unidos hablan de recuperación, realmente el ciudadano de a pie, no lo siente así.
Joseph E. Stiglitz en
su última columna aparecida en el periódico del diario “El espectador” con
respecto a la última reforma tributaría del gobierno de Trump expresa“Nunca una legislación etiquetada tanto
como reducción de impuestos y reforma fiscal ha recibido tanta desaprobación y
burla como recibió el proyecto de ley aprobado por el Congreso estadounidense y
promulgado como ley por el presidente Donald Trump justo antes de Navidad”. Con
respecto a las medidas de los Republicanos y del presidente para recortar los
programas de salud y protección a la mayoría de la población Paul Krugman
escribió: “No, es una cuestión de crueldad. En los últimos años ha quedado cada
vez más claro que el sufrimiento impuesto por la oposición republicana a los
programas pensados para establecer una red de seguridad no es un error, es una
característica. El objetivo es infligir dolor. Para entender a qué me refiero,
repasemos tres noticias sobre políticas de atención sanitaria”. La primera, no
han permitido la ampliación del Medicaid, En segundo lugar, “está la cuestión
de los requisitos laborales para ser perceptor del Medicaid”, “por último, está
el caso del seguro sanitario para niños. De nuevo, la financiación federal
expiró en septiembre, y millones de niños perderán pronto la cobertura si no se
restaura esa financiación. ¿Y cuánto tendrá que desembolsar el Tesoro si el
Congreso hace lo que debería haber hecho hace meses y restaura los fondos? La
respuesta, según la Oficina Presupuestaria del Congreso, es… nada”.
La demanda en el mundo
no despega, la desconfianza frente a las intempestivas e imprevisibles
decisiones del presidente de los Estados Unidos no generan confianza, el
Brexit, que aun no deja ver los acuerdos entre la comunidad e Inglaterra con
claridad y las distancias tecnológicas sin ningún eje que genere convergencias,
son factores que no permiten vislumbrar una salida pronta al fenómeno de des-aceleración,
de inercia.
Las expectativas en
este Enero no son las mejoras, pero es un hecho que los gobiernos deberán
generar políticas eficaces para salir de la crisis..Estas tendrán que ver con
el empleo, el aumento de la demanda y reglas claras que permitan a nivel global
generar confianza. Pese a mi escepticismo, en materia económica siempre deberá darse
salidas prontas…..no hay espera al respecto.
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