MARX ESTA DE MODA
Un artículo de el “país” de España, informa que la tumba de Carlos Marx ha estado visitada mucho más de lo acostumbrado: “Desde hace unos meses, a la tumba de Karl Marx en Londres no le faltan flores frescas. Olvidado desde que tuvo lugar lo que un tanto apresuradamente se llamó «el fin de la historia» tras el colapso del comunismo, su memoria vuelve a resurgir cuando se produce lo que otros, también con obvia precipitación, califican como «el fin del capitalismo» a raíz del colapso financiero”. El tema, recurrente, pone de nuevo sobre la palestra los aportes del pensador Alemán, en la comprensión del capitalismo desde una perspectiva histórica. Son certeros sus apuntes sobre la alienación, la acumulación del capital,la plusvalia, la teoria del valor y el colapso a que se vería sometido el sistema capitalista, sobre la base de sus propias contradicciones. De hecho el tema no es nuevo. Recuerdo, que en el famoso libro de Callinicos, “Contra la posmodernidad”, este escribía en su prologo, sentencias que se aplican al sistema capitalista, pues en fondo el debate se infiere: “Sin embargo, una concepción apocalíptica de la postmodernidad como lugar de la catástrofe final de la civilización occidental es bastante común. Arthur Kroker y David Cooke, por ejemplo, escriben: "La nuestra es una consciencia de fin de milenio que, al final de la historia, en la época crepuscular del ultramodernismo (de la tecnología) y el hiperprimitivismo (de los talantes públicos), descubre un gran panorama de desintegración y decadencia contra la irradiación de un trasfondo de parodia, kitsch y agotamiento", esta posición, se ajusta, ya no como una simple profecía, sino es el reflejo real de la crisis del modelo en el mundo, por una perdida absoluta de confianza frente a un desbordamiento de las garantías del mismo y por el colapso debido al vacio interno que produce la exigencia de ganancias siempre ascendentes, la dependencia del consumo, los abusos y la implementación de una economía parasitaria e injusta sin precedentes. El debate del pensador Francés, de corte ideológico, entre modernos y posmodernos, no sirve para inferir un debate que se repite sobre la estructura interna del capitalismo, que ahora trasciende la discusión teórica y se instala en nuestras casas de manera dramática: desempleo, inflación, inercia...etc. Carlos Marx, escribió en el manifiesto comunista el estado fluctual del sistema: “Las relaciones inconmovibles y mohosas del pasado, con todo su séquito de ideas y creencias viejas y venerables, se derrumban, y las nuevas envejecen antes de echar raíces. Todo lo que se creía permanente y perenne se esfuma, lo santo es profanado, y, al fin, el hombre se ve constreñido, por la fuerza de las cosas, a contemplar con mirada fría su vida y sus relaciones con los demás. La necesidad de encontrar mercados espolea a la burguesía de una punta o otra del planeta. Por todas partes anida, en todas partes construye, por doquier establece relaciones. “adelante agrega: “La burguesía, al explotar el mercado mundial, da a la producción y al consumo de todos los países un sello cosmopolita”, pero este sello, ha quedado en las manos de muy pocos actores, ha terminado por socavar sus propias estructura y creo mecanismos de apalancamientos financieros virtuales, alguna vez el pensador alemán sentencio que: “el día que el capital produzca más dinero que el trabajo, la humanidad entrará en crisis”. Es impresionante como ese hombre describía hasta lo mínimo:” ¿en qué se funda la familia actual, la familia burguesa? En el capital, en el lucro privado”, nada más cierto, pero la distribución entre trabajo y ganancias no guarda ninguna proporción y hoy el debate está en otros niveles. Volver a Marx, para espulgar los aspectos fundamentales de sus escritos frente al capitalismo resulta una tarea muy interesante. Sería muy bueno, continuar con el tema en otras columnas: amanecerá y veremos.
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