LA SOBERBIA PRESIDENCIAL
El presidente de la república nunca permite que las investigaciones que lo afectan cursen normalmente, no acepta errores y menos contradictores. Su soberbia y terquedad han sido bastante flagrantes a lo largo de su mandato y le han llevado a cometer imprudencias. Los casos son muchos, basta recordar algunos: la ira y la forma como despachó al director de la revista Semana en una entrevista televisada, después de cada pronunciamiento o fallo de la Corte Suprema de justicia, se producen en la casa de Nariño ruedas de prensa salidas de tono y descalificadoras como si no fuesen sentencias que deberá acatar sin cortapisas. Es evidente que cada pataleta produce una desinformación peligrosa, desviando el centro de las controversias: A un fallo le antepone, referendo, denuncias penales, ataques a granel contra la prensa y posiciones que obligan a la opinión ha polarizarse sustentado en una popularidad que según él, le permite tener patente de corso. Respetamos el fuero presidencial y la institucionalidad, estamos convencidos que solo a partir de este reconocimiento de los poderes resolveremos la crisis. Pero este respeto no puede hacernos ocultar las descachadas del Doctor Uribe: Acaso no se fue en ristre por las denuncias contra el paramilitarismo al principio de su primer mandato y negó los nexos de los congresistas para después tener que aceptar tan cruda y evidente realidad, no defendió a capa y espada al ex director del Das y tildo de excesivas las acusaciones de aquel adusto político samario que algún día lo hospedo en su casa, como después de conocer las investigaciones de la Corte Suprema de justicia denuncia al magistrado Valencia por calumnia, tildó a la parlamentaria Yidis de delincuente, secuestradora y chantajista, olvidándose que el mismo la tuvo como invitada especial en palacio sendas veces. No sería más prudente que las investigaciones siguieran su curso. La corte Suprema de Justicia ha establecido que el acto legislativo que aprobó la reelección puede estar viciado, comunicó a la corte Constitucional quien deberá decidir sobre las copias compulsadas, pero de igual manera en el comunicado, nunca desconoce la presunción de legalidad del mismo, ni el mandato popular que le permitió ganar las elecciones al presidente, visto así, por qué esta desmedida reacción y el abuso de la majestad presidencial en un momento donde el equilibrio entre los poderes es de absoluta necesidad. El palo no está para cucharas y el propio Doctor Uribe es quien deberá dar más ejemplo, su fuero lo obliga y de hecho le exigimos mucha prudencia. Esperamos como se resuelven tan delicados hechos. Amanecerá y veremos
El presidente de la república nunca permite que las investigaciones que lo afectan cursen normalmente, no acepta errores y menos contradictores. Su soberbia y terquedad han sido bastante flagrantes a lo largo de su mandato y le han llevado a cometer imprudencias. Los casos son muchos, basta recordar algunos: la ira y la forma como despachó al director de la revista Semana en una entrevista televisada, después de cada pronunciamiento o fallo de la Corte Suprema de justicia, se producen en la casa de Nariño ruedas de prensa salidas de tono y descalificadoras como si no fuesen sentencias que deberá acatar sin cortapisas. Es evidente que cada pataleta produce una desinformación peligrosa, desviando el centro de las controversias: A un fallo le antepone, referendo, denuncias penales, ataques a granel contra la prensa y posiciones que obligan a la opinión ha polarizarse sustentado en una popularidad que según él, le permite tener patente de corso. Respetamos el fuero presidencial y la institucionalidad, estamos convencidos que solo a partir de este reconocimiento de los poderes resolveremos la crisis. Pero este respeto no puede hacernos ocultar las descachadas del Doctor Uribe: Acaso no se fue en ristre por las denuncias contra el paramilitarismo al principio de su primer mandato y negó los nexos de los congresistas para después tener que aceptar tan cruda y evidente realidad, no defendió a capa y espada al ex director del Das y tildo de excesivas las acusaciones de aquel adusto político samario que algún día lo hospedo en su casa, como después de conocer las investigaciones de la Corte Suprema de justicia denuncia al magistrado Valencia por calumnia, tildó a la parlamentaria Yidis de delincuente, secuestradora y chantajista, olvidándose que el mismo la tuvo como invitada especial en palacio sendas veces. No sería más prudente que las investigaciones siguieran su curso. La corte Suprema de Justicia ha establecido que el acto legislativo que aprobó la reelección puede estar viciado, comunicó a la corte Constitucional quien deberá decidir sobre las copias compulsadas, pero de igual manera en el comunicado, nunca desconoce la presunción de legalidad del mismo, ni el mandato popular que le permitió ganar las elecciones al presidente, visto así, por qué esta desmedida reacción y el abuso de la majestad presidencial en un momento donde el equilibrio entre los poderes es de absoluta necesidad. El palo no está para cucharas y el propio Doctor Uribe es quien deberá dar más ejemplo, su fuero lo obliga y de hecho le exigimos mucha prudencia. Esperamos como se resuelven tan delicados hechos. Amanecerá y veremos
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