En Europa confluyen la civilización y la barbarie. En el último siglo su historia se mueve entre grandes catástrofes humanas producto de guerras irracionales, xenofóbicas y logros incuestionables en materia de unión y pragmatismo cargado de mucho humanismo. Los europeos han sabido aprender de su trágica historia.
La crisis financiera de proporciones monumentales y que persiste con consecuencias nefastas para países como Irlanda, Portugal y Grecia, para citar los más visibles, están por primera vez afectando la Unión. La actitud de Dinamarca en la última semana, país que cierra sus fronteras y vuelve a los viejos controles fronterizos, deja ver lo que algunos temen pero que nadie acepta en voz alta: la union está en una profunda crisis. Pocos conocen la historia de la comunidad, que nació con el pacto del acero. Nadie, casi nadie, con la excepción de los expertos, sabe quién es Robert Shuman, poco se recuerda a Konrad Adenauer, padres de este acuerdo, que terminaría en la comunidad económica, una especie de confederación.
José Ignacio Torreblanca resume la crisis en el diario “país” de España con mucha lucidez:
Dinamarca reintroduce los controles fronterizos con la excusa de una criminalidad inexistente. Con ello, el país que fue un modelo de democracia, tolerancia y justicia social se sitúa en la avanzadilla de la rendición europea ante el miedo y la xenofobia. Grecia lleva más de un año al borde del precipicio sin que parezca que haya muchos Gobiernos que lamentaran su eventual salida de la zona euro; algunos incluso azuzan secretamente a los mercados contra Atenas. Finlandia se resiste hasta el último minuto, a la zaga de Eslovaquia, a financiar el rescate de Portugal. Francia e Italia aprovechan la crisis tunecina para, en periodo electoral, limitar la libertad de circulación dentro de la Unión Europea. Y qué decir de Alemania, que no contenta con gestionar la crisis del euro a golpe de elecciones regionales, rompe filas con Francia y Reino Unido en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, se desentiende de la crisis libia y revienta diez años de política de seguridad europea.
Hay algo que se percibe a leguas cuando se viaja por toda Europa. La unión es un acuerdo entre naciones disimiles y que no han zanjado sus diferencias. Los franceses siguen evitando a los Ingleses, los Italianos no se van con los Franceses, Los Alemanes discriminan a los Turcos y los Ingleses no quieren ver a los Españoles. Aun así la Unión funciona y sus instituciones en apariencia son muy solidas. Que es lo que está pasando entonces. Que una derecha recalcitrante está tomándose poco a poco el poder en Europa y está haciendo sentir sus posiciones en sus países.
José Ignacio, en sus apartes deja en claro que en lo económico no se han cumplido las expectativas, que el proceso de ampliación de la zona se ha detenido y de hecho nadie quiere hablar de ello y que los xenofos cada vez ganan más fuerza “(Suecia, Finlandia, Reino Unido, Hungría) y consolidándose en los sitios donde ya contaban con una presencia significativa (Italia, Francia, Países Bajos, Dinamarca).” Remata el autor con una descripción absolutamente grave: “Como un cáncer, han capturado el discurso y la agenda política en todos los Estados, endureciendo los controles fronterizos, imponiendo restricciones a la inmigración, dificultando la reunificación familiar y restringiendo el acceso a los servicios sociales, sanitarios y educativos. Lo que es peor, como en el caso de Thilo Sarrazin en Alemania, algunos ya han cruzado la línea de la xenofobia para adentrarse plenamente en un discurso racista sobre la inferioridad de la inteligencia de los musulmanes, algo que recuerda peligrosamente a la caracterización que los nazis hicieron de judíos, negros y eslavos como "untermenschen" (seres humanos inferiores)”
Los mejores matrimonios se han roto por crisis económicas. Creo que lo que se cuece en Europa supera este ítem y adquiere matices políticos que es preciso aceptar sin ambages. Hubiese querido escribir sobre la crisis financiera, sobre sus orígenes y como la banca y los operadores continúan como siempre lo han hecho, actuando a espaldas del mundo: voraces, insaciables, pese a ser los que generaron todas las burbujas que tienen al mundo en descontrol, continúan como si nada. Amanecerá y veremos
1 comentario:
Hola Cesar Hernando Bustamante, cordial saludo. Leí con mucho interés el post que publicaste sobre la calle 18, pero me quedé a la mitad con la incertidumbre de conocer detalles de la Librería Gran Colombia. Anunciaste que harías un post al respecto pero no lo encontré. POdría comunicarme contigo a través de algún medio? Soy periodista y estoy realizando un artículo justamente sobre la calle 18. Te dejo mis datos por si puedes comunicarte. Gracias.
Cordialmente,
Jota Ochoa
3016414076
johansofos@hotmail.com
Publicar un comentario