INTERPRETACION DE UNA DECISION CRUCIAL DEL PRESIDENTE COLOMBIANO
La decisión de extraditar a los jefes máximos de la cúpula paramilitar no se puede mirar con la simpleza que nos quiere mostrar la casa de Nariño. Hace dos días el ministro de gobierno decía en los medios de comunicación que no existía ningun indicio que indicara que los jefes en la cárcel continuaran delinquiendo. Contra viento y marea el gobierno defendía el proceso de justicia y paz y asumía que, a pesar de los impases que continuamente se presentaban, gozaba de buena salud. Ahora intempestivamente se toma la decisión de extraditar a la mayoría de sus jefes por sus violaciones flagrantes al proceso, la falta total de entrega de bienes y la no confesión de sus delitos como lo determina la ley. Sobra decir que el país denunciaba a diario estos hechos, que la ciudadanía sabia que ellos se habían entregado pero sus estructuras continuaban funcionando, luego era evidente que seguían delinquiendo, traficando y por lo tanto arrinconando a la población inerme en zonas de su absoluta influencia. Porque decide el gobierno extraditarlo. Cuáles son las verdaderas razones. No deja de ser curioso que en el momento en que el ejecutivo entro en sospecha por las declaraciones de Yidis, la posición débil del gobierno Colombiano por la muerte de más de cien sindicalista ( el viernes asesinaron dos en la costa ) y la evidencia de acuerdos entre paras y grandes empresas Colombianas y multinacionales que tiene en vilo al gobierno con los demócratas y la prensa de los EEUU, la imperiosa necesidad de un acuerdo del TLC, se entre a negociar con el país del norte y la entrega de estos señores haga parte de un acuerdo que aun desconocemos en su totalidad. Está claro que el proceso de justicia y paz ha tenido un entierro de tercera, que la política de reinserción con los paramilitares igualmente se acabo y esta decisión más que un triunfo de la justicia es una muestra más de su debilidad. Qué pasará con los computadores de los paras, a donde irán a parar y que se hará con la información que guardan. Asumimos que el comisionado definitivamente fracasó y que son muchas las dudas que quedan en el tintero. Amanecerá y veremos.
La decisión de extraditar a los jefes máximos de la cúpula paramilitar no se puede mirar con la simpleza que nos quiere mostrar la casa de Nariño. Hace dos días el ministro de gobierno decía en los medios de comunicación que no existía ningun indicio que indicara que los jefes en la cárcel continuaran delinquiendo. Contra viento y marea el gobierno defendía el proceso de justicia y paz y asumía que, a pesar de los impases que continuamente se presentaban, gozaba de buena salud. Ahora intempestivamente se toma la decisión de extraditar a la mayoría de sus jefes por sus violaciones flagrantes al proceso, la falta total de entrega de bienes y la no confesión de sus delitos como lo determina la ley. Sobra decir que el país denunciaba a diario estos hechos, que la ciudadanía sabia que ellos se habían entregado pero sus estructuras continuaban funcionando, luego era evidente que seguían delinquiendo, traficando y por lo tanto arrinconando a la población inerme en zonas de su absoluta influencia. Porque decide el gobierno extraditarlo. Cuáles son las verdaderas razones. No deja de ser curioso que en el momento en que el ejecutivo entro en sospecha por las declaraciones de Yidis, la posición débil del gobierno Colombiano por la muerte de más de cien sindicalista ( el viernes asesinaron dos en la costa ) y la evidencia de acuerdos entre paras y grandes empresas Colombianas y multinacionales que tiene en vilo al gobierno con los demócratas y la prensa de los EEUU, la imperiosa necesidad de un acuerdo del TLC, se entre a negociar con el país del norte y la entrega de estos señores haga parte de un acuerdo que aun desconocemos en su totalidad. Está claro que el proceso de justicia y paz ha tenido un entierro de tercera, que la política de reinserción con los paramilitares igualmente se acabo y esta decisión más que un triunfo de la justicia es una muestra más de su debilidad. Qué pasará con los computadores de los paras, a donde irán a parar y que se hará con la información que guardan. Asumimos que el comisionado definitivamente fracasó y que son muchas las dudas que quedan en el tintero. Amanecerá y veremos.
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