Powered By Blogger

lunes, octubre 27, 2025

LAS ANTIPODAS DEL PROBLEMA DEL NARCOTRAFICO EN EL MUNDO

 El presidente Trump ha logrado enfocar todas las miradas del problema del narcotráfico y el consumo de drogas, solamente en la producción, distribución y comercialización, de manera leonina, trasladando todo el eje del mismo a sus vecinos de centro-América, Suramérica y los centros de producción mundial conocidos por todos. Se olvida del consumo sobre el que gravita buena parte de esta ecuación, pues sin clientes, no existe producto y ellos son los que pagan y generan tan alta rentabilidad que es la que no permite tener ilusiones sobre una solución a corto plazo, ni siquiera mediano plazo.

Hay miradas diferentes, muy serias desde la academia. los lineamientos del modelo de abordaje integral del problema del consumo vistos desde lo comunitario para la atención retoma y profundiza el paradigma que se ha iniciado desde las ciencias sociales, la salud colectiva, la medicina social y la promoción de la salud, enfatizando la mirada en la dimensión comunitaria. La sociología, la psicología, la política y la antropología aún se preguntan porque en occidente cada vez se aumenta dicho consumo.

El capitalismo creo mecanismos en las últimas décadas de auto explotación, el sujeto siempre se exige más y el consumo y lo mediático desde las redes mantienen una ansiedad perpetua al ciudadano de a pie, siempre obligado a renovarse y mejorarse de acuerdo a unos estándares móviles, cambiantes, sin piso firme, pero con la capacidad de desesperar al mas paciente de los mortales: Todo cambia, para ser siempre igual.  Biung Chul Han lo dice de otra manera: " La información falsea los acontecimientos. Se nutre del estímulo de la sorpresa. Pero el estímulo no dura mucho. Rápidamente se crea la necesidad de nuevos estímulos. Nos acostumbramos a percibir la realidad como fuente de estímulos, de sorpresas. Como cazadores de información, nos volvemos ciegos para las cosas silenciosas, discretas, incluidas las habituales, las menudas o las comunes, que no nos estimulan, pero nos anclan en el ser".

Las cifras del consumo son contundentes: Ha aumentado durante la última década, los datos más precisos ponen la estimación global de personas que consumieron una droga en el último año en 292 millones (o 5,6 por ciento de la población de 15 a 64 años) en 2022, lo que representa un aumento de 20% en 10 años. En el 2023 y 2024 llega al 8 y 9 % más. Miremos: Estas son las cifras globales hace dos años: Cannabis 228.000.000, opioides 60.000.000, Anfetamina, 30.000.000, Cocaína 23.000.000 y Éxtasis 20.000.00.

Silvana Garbi nos recuerda en un informe sobre algunos aspectos históricos del consumo a tener en cuenta: "Como sabemos, el uso de lo que hoy llamamos drogas es una práctica extendida en numerosas sociedades, y así lo ha sido históricamente. Fue corriente el uso de cannabis con propósitos terapéuticos en disímiles y remotas culturas (p. ej., China, India, Egipto). También se sabe de su empleo en ceremonias religiosas; los egipcios utilizaron el opio con fines medicinales; las hojas de coca se usaron en Perú para ceremonias religiosas. Utilizadas para estimularse, sedarse, paliar el dolor, experimentar sensaciones placenteras, alterar el estado de ánimo, alucinar, acceder a formas de conocimiento diferentes a las habituales, etc., diferentes sustancias fueron utilizadas desde siempre por varias culturas y sociedades humanas. Así lo evidenciaron autores como Oriol Romaní  y Eduardo Menéndez , pero también la Organización Mundial de la Salud (OMS). No era precisamente entendido como algo degradante y menos como una enfermedad".

A renglón seguido agrega este artículo: "En las sociedades occidentales, recién a partir del siglo XX la toxicomanía es construida como un “problema social” del cual los poderes públicos deben ocuparse. Sin embargo, las primeras sanciones sobre las sustancias psicoactivas estaban emparentadas a identificar su consumo con cuestiones ajenas a criterios médicos o jurídicos: el consumo se asociaba al vicio o la degradación moral, incluso a una desviación. Como plantea Peele, originalmente, el proceso de punición, que lenta pero constantemente fue incorporándose a las legislaciones de todo el mundo, no se fundamentó en criterios médico-psiquiátricos sino en juicios y prejuicios morales que identificaban la droga con lo más peligroso". 

A esto se suma que la producción de metanfetamina en el Triángulo Dorado en el Sudeste Asiático ha aumentado en los últimos años, superando la producción de opiáceos tradicionales como la heroína y opio; los grupos armados se han diversificado en sus actividades ilegales más allá de la producción de drogas, participando en la criminalidad en línea y la estafa cibernética; algunas zonas fronterizas de América Latina y Asia tienden a convertirse en centros para la expansión de los grupos narcotraficantes a otras formas de delincuencia, incluida la trata de personas y delitos que afecten el medio ambiente, dañando ecosistemas frágiles e impactando negativamente a las comunidades locales.

Cuales son las políticas contra el consumo en Estados Unidos, el diagnostico de la producción y distribución está más que sobrediagnosticado, pero en occidente, se desbordo el consumo, para no hablar sólo del coloso del norte. Silviana  Garbi escribe: "De acuerdo con algunos autores, el consumo de drogas aparece como problema cuando su consumo comienza a representar un peligro y una fascinación. Dirán que representará un peligro en el sentido de que se encuentra por fuera de toda regulación y/o control, y una fascinación, porque permite incorporar valores y estilos de vida alternativos a los que la sociedad propone".

Por ello será que cincuenta años después, observamos que las ingentes sumas de dinero aportadas para llevar a efecto la “lucha contra las drogas”, así como el establecimiento de políticas restrictivas y criminalizadoras respecto del consumo no han dado solución al problema; en vez de ello, le han agregado nuevas aristas que hacen que su enfrentamiento sea cada vez más complejo. El nuevo escenario mundial ha favorecido el desarrollo del mercado negro y alimentado el negocio de las armas. Lo anterior ha configurado la construcción de verdaderas redes dedicadas a la producción de sustancias, así como la militarización de extensas regiones, con inconmensurables consecuencias humanas.

La Comisión sobre Drogas y Democracia en América Latina de la ONU estableció:  "Nuestro punto de partida fue reconocer el fracaso de la estrategia prohibicionista y la urgencia de abrir un debate sobre políticas alternativas. Nuestra Comisión formuló dos grandes recomendaciones: La primera, de aplicación inmediata, es la de descriminalizar el consumo. (…) Eso implica dar absoluta prioridad a acciones de prevención, tratamiento y reintegración social. Ese conjunto integrado de acciones es la manera más eficaz de reducir el consumo. El poder represivo del Estado y la presión de la sociedad deben ser orientados a la lucha contra los narcotraficantes, sobre todo violentos y corruptores, no a perseguir jóvenes o enfermos. Nuestra segunda recomendación, más compleja pero no menos importante desde el punto de vista de la paz y la seguridad ciudadana, es la discusión de diferentes modelos de regulación de drogas, como la marihuana, de manera similar a lo que ya se hace con el tabaco y el alcohol. Regular no es lo mismo que legalizar. La reducción espectacular del consumo del tabaco en nuestros países muestra que la prevención y la regulación son más eficientes que la prohibición para cambiar mentalidades y patrones de comportamiento”.

Ahora, no todo consumidor es un enfermo. Sería importante establecer un paralelo frente al consumo de alcohol. Hasta aquí dejo este artículo, para que le demos una mirada mucho más profunda al problema de las drogas en el mundo.






No hay comentarios.: