Los partidos de derecha se consolidan
irremediablemente en todo el mundo; el odio a los emigrantes sube a niveles exponenciales, por
fuera de todo contexto humanitario; estamos de vuelta a los nacionalismos exacerbados, variables que indudablemente se reflejaron en las elecciones del parlamento
europeo.
Miremos como se expresaron en Francia, Italia,
Inglaterra y Alemania. Empecemos por este último: Batacazo de los partidos en el Gobierno e imparable
ascensión de Los Verdes en Alemania. El partido de centroderecha alemán, la CDU
de la canciller Angela Merkel, ha sido el más votado en estas elecciones
europeas, según los datos oficiales difundidos en la mañana del lunes, que le
otorgan al bloque conservador (CDU/CSU) un 28,9% de los votos. Los dos grandes
partidos que gobiernan en coalición han sido fuertemente castigados por los
votantes. La CDU obtuvo 7,6 puntos menos que en las anteriores elecciones y los
socialdemócratas, SPD, quedarían en tercera posición con un 15,8% de los votos,
casi 12 puntos menos. Los Verdes, sin embargo, se disparan —obtendrían un
20,5%— alimentados por un voto joven y preocupado por el medio ambiente y
escalarían hasta una segunda posición. En el otro extremo, la ultraderecha,
Alternativa por Alemania, con un 10,8% de los votos, ha cosechado un resultado
más bajo que en las generales de 2017 (12,6%), pero mayor que en las últimas
europeas (7,1%).
Francia: Los franceses castigaron
el domingo a Emmanuel Macron con la primera derrota electoral de su carrera y
premiaron a Marine Le Pen con una victoria que la reafirma como una fuerza
central en Francia. Pero la candidatura macronista a las elecciones europeas contiene
los daños en un momento de malestar social profundo. Y el Reagrupamiento
Nacional (RN) —nueva marca del viejo partido de extrema derecha Frente
Nacional— gana sin sacar tan buen resultado como en 2014, cuando ya ganó las
elecciones europeas. El éxito de la lista ecologista, en tercera posición, y el
descalabro de la derecha tradicional de Los Republicanos fueron las sorpresas
de la noche electoral.
Reino Unido: El Brexit hunde al
bipartidismo tradicional. Estas elecciones no debían haberse llevado a cabo en
Reino Unido y los votantes lo han notado con un resultado inaudito en más de un
siglo de historia. Con gran parte del recuento efectuado, el Partido del
Brexit, fundado por el populista Nigel Farage con la salida inmediata de la UE
como único objetivo, ha ganado con contundencia, logrando un 30,5% de los votos
y al menos 29 eurodiputados. Los liberaldemócratas, furibundamente contrarios a
la salida de Reino Unido del bloque, se han parapetado a la segunda posición y
han regresado al Parlamento Europeo con, por lo menos, 16 escaños. Los
conservadores, en plena batalla por el liderazgo del partido, sufren la
humillación de convertirse en la quinta fuerza política, por detrás de los
verdes. Pero la oposición laborista también ha sido castigada. Los votantes de
izquierdas han rechazado la ambigüedad de Jeremy Corbyn en torno al Brexit.
Italia: Italia asistió este
domingo a la materialización del poder absoluto de Matteo Salvini. Las
elecciones europeas convirtieron a la Liga, por primera vez en la historia,
como el partido más votado del país. El 34,3% obtenido es el doble del
resultado de hace solo un año. Pero sobre todo, duplica también los votos de su
socio de Gobierno, el Movimiento 5 Estrellas (17,1%), que sufre un batacazo
tremendo y pierde la segunda plaza ante el Partido Democrático (PD), que
obtiene el 22,7%. La abultadísima victoria de Salvini sobre sus aliados
obligará a cambiar el equilibrio de fuerzas del Ejecutivo para evitar que salte
por los aires.
Pese a que la derecha no es mayoría,
es un hecho que cada vez se consolida más, lo que significa que de no prevenirse
tal situación, los partidos de centro-izquierda se la verán muy duro en el
futuro y la propia unión podrá correr peligro. En diario “El Paìs” de España Ana Carbajosa, analiza con rigor el caso alemán:
“La Participación ha sido mayor que hace cinco años. Han acudido un 59% de los
llamados a las urnas frente al 48,1% de 2014, en unas elecciones que
incrementan la presión sobre una coalición de Gobierno cada vez más
cuestionada. Con estos resultados, los partidos de la gran coalición —CDU y su
formación hermana bávara, la CSU, y el SPD— no serían capaces de formar un
Gobierno como el actual. En las pasadas elecciones europeas de 2014, la suma de
los partidos de la gran coalición ascendió a un 62,7% de los votos, frente al
44,3% que habrían obtenido ahora, según los sondeos”.
En el próximo artículo
analizaremos el caso España, por las implicaciones para Latinoamérica.
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