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domingo, junio 26, 2011

LA CONSTITUYENTE DEL 91 EN COLOMBIA FELIZ ANIVERSARIO

Ojala no olvidemos lo que significó en su momento el proceso histórico de la constituyente del 91, como lo recordó el presidente actual de la corte Constitucional, Juan Carlos Henao, fue creada “en un foro democrático, abierto, representativo, deliberativo y ante todo pluralista", sin antecedentes”.

He querido traer la visión del presidente de la corte por considerarla las más ajustada y sabia frente al cumulo de artículos a propósito del aniversario de la Constituyente. Es bueno recordale al país que nuestra constitución fue también una salida democrática a los problemas graves y no resueltos de la violencia. Este país, tiene dos constantes históricas que la acechan en los últimos 80 años: una violencia descarnada sin tregua y una constante búsqueda de la paz.

Estos son los principales apartes de su articulo:

La celebración de los 20 años de la Constitución Política de 1991 me trae a la memoria una reflexión que trabajo con mis estudiantes: "El derecho es la gramática del poder". Esto es así, porque para nosotros las palabras tienen un significado especial: nos gobiernan. La palabra en el ejercicio jurídico sólo tiene por objeto hacer transparente la justicia. Es tan extenso nuestro lenguaje que se convierte en códigos, en leyes, en constituciones, es decir, en libros.

Cuando el primer ser humano utilizó el lenguaje hablado, se comunicó con las personas más próximas. Pero cuando el primer ser humano escribió se comunicó con la humanidad, con el futuro, con seres desconocidos, con otras geografías y culturas. Así de simple entiendo el valor del lenguaje escrito. Se leen los libros como se lee la realidad, sentencia un erudito francés. Esta reflexión correría el riesgo de extenderla a otra: se lee la Constitución de 1991 como se lee el aquí y el ahora de Colombia.


Nuestra Constitución cumple 20 años, la anterior, de 1886, llegó a cumplir 105 años. La Constitución de 1991 representa el cambio de paradigma político, económico y jurídico que vivía no sólo Colombia, sino el mundo. Los tres pilares de dicho modelo fueron la democracia como ideal político, la liberalización económica desde el punto de vista económico y la idea de Constitución desde el pensamiento jurídico.

El escrutinio de la Constitución de 1991 en cualquier sentido que se quiera hacer, no puede olvidar que su nacimiento tuvo lugar en el seno de un foro democrático, abierto, representativo, deliberativo, pero ante todo pluralista. En los antecedentes de la historia constitucional colombiana, quizás nunca había existido un proceso constituyente como este. Ni en Cúcuta, ni en Rionegro, qué decir de la Constitución de la Regeneración, ni tampoco en la muy progresista reforma constitucional de 1936 se conjugaron tan diversas tendencias del pensamiento y de los orígenes, como las que se apreciaron en la Asamblea de 1991. Esta fue una asamblea de consenso, no de vencedores.

Y esta condición de diversidad de perspectivas se reflejó en su ideario: la cláusula del estado social de derecho, la vigencia del sistema de democracia representativa, a la par con una democracia participativa, deliberativa y también con la democracia material que imponen los derechos fundamentales. El reconocimiento y la ampliación de los derechos individuales como derechos fundamentales; la acción de tutela, verdadera vedette de la Constitución de 1991, como mecanismo ágil de defensa de derechos; la regla general de la igualdad formal al mismo tiempo que la inequívoca promoción de la igualdad material; un sistema de garantías judiciales muy fortalecido. En lo que tiene que ver con los poderes públicos, un sistema presidencialista con un ejecutivo cuyas competencias se acotan por el control legal, político y constitucional; un legislativo que se mantiene en su forma bicameral pero con circunscripciones electorales distintas para cada una de sus cámaras y con ámbitos de poder fortalecidos que centraliza los más importantes desarrollos constitucionales; un poder judicial integrado por las jurisdicciones tradicionales ordinaria y contenciosa, pero que además se complejiza con la jurisdicción constitucional, la indígena y la de paz. Un Estado descentralizado y con autonomía de las entidades territoriales, pero claramente articulado al interior de un Estado unitario. Un poder de control fiscal sometido a la legalidad en la asignación y ejecución de los recursos públicos, pero también a los resultados. Una inserción del país en el contexto internacional. Una Banca Central autónoma e independiente, pero sujeta a los parámetros dispuestos por el legislador y a los objetivos macroeconómicos del Estado. Un sistema de reforma constitucional variado. En fin, un Estado laico que ratifica en sus entrañas el pluralismo social.

Punto aparte merece la inaplazable legitimación de las minorías, conquistada como derecho jurídico y como consolidación de una ardua lucha, con la cual se relativiza la estimación numérica de los grupos humanos, por su valoración intrínseca.

En uno de sus versos Paul Valéry escribió que "lo más profundo del hombre es la piel". A favor de Valéry debo aclarar que para su época los derechos femeninos no habían entrado en el glosario de la poesía. Creo que ese verso nos sugiere al derecho constitucional revisar la pretensión de satisfacernos y satisfacer a otros, sólo a partir de la racionalidad jurídica doctrinaria. El derecho como dispositivo de juzgar es incompleto si no se integra con una clara disposición a comprender la condición humana que se somete a juicio. Esa aspiración a vislumbrar lo que el texto jurídico no puede ver, hay que buscarla en las ciencias del hombre, de la sociedad y también en el arte.

Ninguna propuesta de organización social concebida desde los intereses más generales, como el comunismo, el fascismo, el capitalismo salvaje o el comunitarismo han logrado y no podrán lograr desvanecer al individuo. La razón puede estar enunciada veinticinco siglos atrás, cuando Protágoras afirmó que "El hombre es la medida de todas las cosas". Pero dos mil quinientos años no pasan desapercibidos; en el 2011 tendríamos que ampliar el sujeto de la oración y afirmar que, "la mujer, el niño, el homosexual, el negro, el indigente (y un interminable etcétera), cada uno es la medida de todas las cosas".

Siguiendo con Protágoras y parafraseándolo creo que "el hombre es la medida de todas las leyes". Pero, sobre todo, de las leyes que le protegen en sus fueros más personales, es decir, los Derechos Humanos.

Lo dicho cobra sentido si se acepta que los derechos de las personas son el argumento de legitimidad de las Ciencias Jurídicas, como herramientas al servicio de la vida de los individuos. Y a un nivel más profundo, los Derechos Humanos son las potestades de las personas en general, pero con carácter de urgencia para aquellos seres humanos vivos en estado de fragilidad, que pueden dejar de estar vivos o seguir viviendo sólo para perpetuar su dolor, si no se les ampara con nuestra Constitución. En fin, en los Derechos Humanos protegidos por la Constitución de 1991, se encuentra la distinción jurídica más clara entre lo humano y lo inhumano.

Festejemos, entonces, con optimismo el mensaje que nos legaron los y las constituyentes de 1991, no con "el optimismo que hiede a idiotez" al que se refiere Milan Kundera, sino con el optimismo que trasluce el carácter de nuestra Carta Magna: la perfectibilidad humana es posible, siempre y cuando perseveremos en su ideario.





domingo, junio 19, 2011

LA CRISIS ECONOMICA DE GRECIA Y SUS EFECTOS EN EL MUNDO

Esperamos no cometer el mismo error de los analistas económicos a quienes se les olvida que esto de la economía es lo más profundamente humano y que afecta a la gente de carne y hueso, pues ellos hablan como sí el ciudadano de a pie no contara. Lo que está sucediendo se resume fácilmente:

Las malas noticias económicas volvieron a ser las protagonistas de la escena mundial. Grecia no sale a flote y la posibilidad de que entre en una moratoria de pagos cobra fuerza, lo que hace temer por un efecto dominó en todo el sistema bancario de Europa. En España crecen las protestas a lo largo y ancho del país por los recortes en los programas sociales y la frustración de los ciudadanos por la falta de empleo y oportunidades. Cruzando el Atlántico, la situación también se complica, pues las cifras económicas en Estados Unidos no son buenas, lo que hace pensar que se está frenando la recuperación. Y como si no fuera suficiente lo anterior, Japón -que venía estancado antes del terremoto- se tomará tiempo para salir de este letargo. Mientras tanto, China, el nuevo motor del mundo, toma el camino de la desaceleración.

La palabra clave, cuando se gasta más de lo que se gana: Confianza. Europa hizo un esfuerzo inmenso para que Grecia cumpliera sus compromisos y atendiera a sus acreedores a cambio de reformas y contribuciones directas a sus ciudadanos, vía impuestos, recortes sociales, que implican nada más y nada menos, el final del estado bienestar y un cambio radical en sus vidas: Austeridad al limite.

Hasta ahora, la amenaza de una cesación de pagos de parte de Grecia sigue vigente, lo que generaría una crisis global, que terminaría por afectar primero a Europa y por este camino al mundo.

Recuerdo el texto de Joseph Stiglitz, “Los felices 90”, cuyo subtitulo dice mucho de lo que queremos comprender: “La semilla de la destrucción”. En el prologo este analista explicaba fácilmente lo que sucedió después del 11 de septiembre en los estados Unidos y que sigue manteniendo una vigencia aterradora. La economía entraba en barrena, con escándalos financieros a granel, que dejaban muy mal parado a los bancos, con una recesión muy peligrosa, cuyo origen, para este analista en primero orden es la distorsión entre Estado y mercado, que han permitido déficit fiscales por encima del promedio controlable, con efectos corrosivos sobre la economía y el empleo. Culpable: El estado americano quien mantiene el consumo a costillas de la emisión sin respaldo, que genera un deficit irresponsable y por encima de cualquier lógica macroeconómica, que termina afectando necesariamente a la economía mundial, por aquello del patron dolar. El ejemplo viene al cuento, por que algunos paises de Europa como Grecia crecieron y gastaron por encima de su capacidad y en este caso la responsablidad de los políticos, los bancos y el mismo sistema finaciero en general salta a la vista.

La situación de Grecia en términos macro se sintetiza de esta manera:

Grecia está al borde de una moratoria de su deuda. Aunque, gracias al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), podría recibir un apoyo financiero de unos 12.000 millones de euros, esto solo le alcanzaría para cubrir las obligaciones de julio. Las necesidades de Atenas son mucho más. Se estima que el paquete de rescate que requeriría del FMI, la Unión Europea y la zona euro asciende a 120.000 millones de euros. Pero tampoco hay acuerdo en este plan y por eso el papel que desempeñará el nuevo director del FMI -que probablemente será la ministra francesa Christine Lagarde- será clave.

El problema es grave por donde se mire. Una cesación de pagos de Grecia aumentará la presión sobre Irlanda y Portugal, que si bien no atraviesan por una situación fiscal tan crítica como Atenas, sí le siguen los pasos (Revista Semana Colombia).

Eduardo Sarmiento Palacio, el analista colombiano, sobre el tema escribe:

En fin, estamos ante el incumplimiento de las concepciones macroeconómicas que sirvieron de fundamento al orden económico internacional. No es cierto que las acciones individuales y cíclicas de los países aseguren la ocupación y la capacidad plena, ni la superación de las recesiones. La recuperación y normalización de la economía mundial requiere un déficit fiscal promedio superior a 5% del PIB, que debe variar con las características de los países, al igual que la intervención abierta y concertada de los tipos de cambio.

Como la crisis de un país de tan solo 11 millones afecta al mundo. Muy fácil, la venta de sus bonos y papeles, afectaría a los principales bancos de Europa, generaría una crisis en cadena del sector financiero y se llevaría a España y Portugal, limaría algo sagrado en la economía: confianza. Así de sencillo. Los bancos como siempre prestan, recompran, ganan y nunca pierden: Paradójico, pero es una realidad.





sábado, junio 11, 2011

A PROPOSITO DE LA CONTROVERSIA RUDINESCO-ONFRAY SOBRE FREUD

Quiero publicar esta entrevista aparecida recientemente en la revista Ñ de" Clarin" de Buenos Aires, por considerarla de suma importancia para quienes han seguido esta controversia.


Elisabeth Roudinesco, biógrafa de Lacan, psicoanalista e historiadora está furiosa. En los últimos tiempos libra una batalla sinfín contra Michel Onfray, último eslabón de una cadena de bombazos que está recibiendo el psicoanálisis en todo el mundo. Onfray publicó El crepúsculo de un ídolo donde acusa a Sigmund Freud de nazi, fascista, corruptor de menores, incestuoso, estafador, entre otros rubros. Roudinesco le contesta con ¿Por qué tanto odio? donde también escriben Guillaume Mazeau; Christian Godin, Franck Lelièvre, Pierre Delion y Roland Gori. Este libro continúa el debate iniciado por la autora en ¿Por qué tanto odio? Anatomía del Libro negro del psicoanálisis. Desde París, Roudinesco expresa su furia por teléfono.

-¿Cuándo comienza la historia del odio contra Freud?

-En 1905 se empezó a publicar un número muy importante de brûlots –libros polémicos, un brûlot es una antorcha para encender un fuego–. Los primeros escritos incendiarios contra Freud emanaron de la derecha conservadora de medios católicos que lo acusaban de ser un degenerado, un destructor de la civilización, de la familia y de la moral, de haberles inventado una sexualidad a los niños. Y en realidad, Freud era más bien un conservador ilustrado, un emancipador de las mujeres que estaba a favor de la conservación de los valores de la familia y también del divorcio. Después Freud fue atacado por los nazis; se quemaron sus libros y también fue atacado por el estalinismo, por ser la imagen de la burguesía degenerada. Después de la Segunda Guerra fue bombardeado en EE.UU. por los puritanos y por los defensores de las ciencias duras que consideraban que era una teoría superada, ridícula. Después salió El libro negro del psicoanálisis donde se revisa la historia y se inventan leyendas negras. Naturalmente, estoy a favor del cuestionamiento contra toda leyenda y hagiografía, ya sea que apunten a Lacan o a Freud.

-Y entonces llegó Onfray...

-Onfray sintetizó las críticas de la extrema derecha, las del puritanismo americano y las de la extrema izquierda libertaria, o sea que es una verdadera estafa y una verdadera impostura. Sobre todo porque él no sabe nada de la historia de Freud ni del psicoanálisis, copió a los antifreudianos e hizo una lista de errores que son más bien divertidos y que su editor no corrigió. Onfray dice que Freud tuvo un hijo con su cuñada cuando ésta tenía 58 años, en 1923; que había conocido a Hitler, que había conocido a Göring, cuando en realidad no había ido a Berlín. Pero Onfray ya había escrito, por ejemplo, que Kant prefiguraba el nazismo... Tenemos ahí un monumento a la estupidez. Como no tiene reconocimiento universitario, tiene en su contra a todas las universidades.

-¿Usted debatió alguna vez con Onfray?

-Sí, habíamos hecho un debate en 2005 sobre religión y su libro Tratado de ateología ; y otro sobre Freud en 2009 pero cuando estaba frente a mí, le resultaba muy difícil hablar porque es ignorante. Después no quiso debatir más, rechazó todos los debates conmigo. Exigió discutir en televisión con quienes estuvieran a favor suyo. Es un fenómeno muy peligroso del populismo en Francia.

-Pero... ¿usted no comparte ninguna crítica al psicoanálisis con Onfray?

-¡Ah no! Yo comparto las críticas de historiadores y filósofos serios. Y él no es serio. Estoy muy de acuerdo con las críticas de Michel Foucault sobre el conservadurismo de los psicoanalistas, pero no puedo estar de acuerdo en nada con Onfray porque en primer lugar sólo sostiene errores. El se apartó de la historia crítica en la medida que inventa hechos. No es un libro polémico, es un libro falsificador de la verdad. Por mi parte, yo asumí la defensa de los homosexuales contra los psicoanalistas. Nunca consideré que Freud fuera un hombre de extrema izquierda pero no se puede decir que fuera fascista, nazi e incestuoso, o un mentiroso. Freud tenía muchos defectos, pero no ésos. En la actualidad, la historiografía freudiana es tan variada, tan rica que ya no hay necesidad de estar a favor o en contra de Freud, se está en una reflexión crítica sobre la obra de Freud. Yo me ubico más bien en esa tendencia, no del lado de quienes inventaron leyendas negras. El libro de Onfray es un libro de rumores, que inventa complots.


-Pero lo que sí es cierto es que el psicoanálisis tiene verdaderos enemigos dentro de sus filas: hay conservadores, gente que no se adapta a los cambios sociales...

-Mire, no se puede mirar la historia del psicoanálisis como una entidad monolítica. Existen varias tendencias de lacanianos, freudianos clásicos, kleinianos, es un medio donde se mantienen las peleas entre las diferentes capillas. Hay conservadores y hay progresistas. ¿Usted sabe que hay 60 escuelas psicoanalíticas en Buenos Aires? El error de todos los que inventan estas leyendas negras es imaginar que todo eso es monolítico y que habría una suerte de gran secta psicoanalítica que sólo pensaría en términos de ortodoxia. No se puede tratar la historia del psicoanálisis como si sólo hubiera malos. Toda historia maniqueísta hay que rechazarla, no funciona. Yo tuve muchas polémicas con lacanianos ortodoxos y con freudianos ortodoxos. Cuando un psicoanalista es conservador al punto de ser homofóbico, cuando colabora con una dictadura, hay que criticarlos.

-Y, ¿cuáles son las críticas que usted le hace a Freud?

-Era intransigente; no soportaba bien los ataques contra su autoridad; estaba convencido de que no debía enseñarse el psicoanálisis en la universidad salvo que fuera enseñado por los propios psicoanalistas. Freud fue capaz de polemizar, por ejemplo, con los defensores de Melanie Klein. De modo que Freud no era un dictador monstruoso reaccionario, misógino y homófobo. Y en la actualidad, tampoco se ve a Freud como un personaje de leyenda, un santo o un hombre al que no se puede criticar. Freud era bastante simple en su vida privada. No tuvo transgresiones mayores. Es falso que mantuviera una relación sexual con la cuñada. Fue complicado con su propia hija: no quería que se casara, la analizó, pero, mire, Freud no era un hombre espantoso, transgresor, malo. Freud era, en resumidas cuentas, bastante normal.

-¿Cómo reaccionó el mundo intelectual francés con Onfray?

-Hay una hostilidad total con Michel Onfray. Pero es normal porque antes del caso Freud él tenía en su contra a toda la filosofía universitaria, las religiones, sobre todo porque dijo que el cristianismo prefiguraba el nazismo. E incluso, en Francia, desde el punto de vista político fue rechazado por los trotskistas y por el Nuevo Partido Anticapitalista, por ejemplo.


-¿De verdad nadie lo apoya?

-Políticamente lo apoya Jean-Luc Mélenchon un hombre de izquierda un poco populista. Sintió simpatía por Onfray porque creó una universidad popular fuera de la academia. Pero en líneas generales, tuvo en su contra a los filósofos, a los historiadores, a los católicos, la derecha y la izquierda. Lo que para mí fue divertido. Nunca vi semejante unanimidad.

domingo, junio 05, 2011

CAPITALISMO Y ALIENACION

Desde hace más de dos semanas las noticias sobre la recesión mundial continúan siendo negativas y la crisis que vive una gran parte de las naciones Europeas y los Estados Unidos, con efectos en el mundo, parece continuar en una situación insoluble, con efectos políticos muy visibles, como sucedió en España. Pero lo que está en cuestión, no son los problemas coyunturales de un sistema, que siempre termina protegiendo a quienes originaron la crisis, vía burbujas, desfalcos, para no hablar del capitalismo rampante y la voracidad del sistema financiero, sino la rapaz y nefasta situación a que ha sido sometido el hombre comun, alienado en su totalidad, sin salida y esclavo entre las supe-estructuras de un sociedad injusta por donde se le mire. El debate va más allá de la simpe perorata tiene que ver con el capitalismo rampante que nos aprisiona y que encubre variables que convirtieron al ciudadano de a pie en una simple ficha predeterminado por poderes, que siempre aprisionan la totalidad de su subjetividad. El marxismo, o más bien Marx, con absoluta lucidez, describió el capitalismo en su voracidad insaciable. Pero cuando hablamos de capitalismo a que nos referimos, para solo citar el principio ineludible de una discusión que amerita darse sin pretextos.

Ayudemos del marxismo más recalcitrante, pero no por ello exento de certezas: Marx creía que el sistema capitalista desaparecería debido a que su tendencia a acumular la riqueza en unas pocas manos provocaría crecientes crisis debidas al exceso de oferta y a un progresivo aumento del desempleo. Para Marx, la contradicción entre los adelantos tecnológicos, y el consiguiente aumento de la eficacia productiva y la reducción del poder adquisitivo que impediría adquirir las cantidades adicionales de productos, sería la causa del hundimiento del capitalismo. Según Marx, las crisis del capitalismo se reflejarían en un desplome de los beneficios, una mayor conflictividad entre trabajadores y empresarios e importantes depresiones económicas. Lo que no contó Marx, es que los adelantos tecnológicos y la explosión de las tecnologías de la información y el conocimiento, harán que su crisis vía acumulación y concentración, creara la sociedad alienada más anestesiada de la historia de la humanidad, con pleno dominio de los poderes, variable que ha contribuido a la implantación de una sociedad de consumo implacable, que serviría de plataforma para reconfigurar un nuevo tipo de relación entre el capital-y el ciudadano, aun más esclavizante, que terminaría por instaurar otro tipo de alienación, aun más peligrosa y que en esencia, en medio de la sociedad deseante en que nos hemos convertido, ha colocado al individuo en una inercia total: lo tenemos todo pero no tenemos nada y peor, no contamos para nada, a pesar de que contribuimos siempre, somos tributarios perfectamente controlados e identificados del sistema. A aquellos que denostan del psicoanálisis, deberíamos recordarle que nunca antes la sociedad ha necesitado de una herramienta tan eficaz para entender todo lo que nos está sucediendo. Por ello Zizek “describe el mundo sin sustancia de la sociedad postpolítica. La degradación de la realidad a través de soluciones de simulación, de la `virtualización’ o digitalización del espacio social y cultural. Una sociedad artificial, donde la administración de las cosas sustituye a la administración de las personas, regulada también artificialmente. Más allá de esa realidad virtual, demanda conocer la realidad de lo virtual.

Asistimos, advierte, a la ‘virtualización’ del vacío. A una seducción que nace de la dialéctica entre mercados y medios de comunicación, que desplaza la realidad y la sustituye por ensoñaciones paralizantes, por las que circulan los fantasmas y los miedos, pero también las utopías ilusionantes. Se induce y cultiva el victimismo –‘la máxima expresión narcisista de la postmodernidad’- como un estadio de debilidad que permite el control a través de las redenciones de las utopías controladas. El capitalismo consigue, mediante la seducción mediático-tecnológica, la ruptura de la temporalidad, empleando para ello representaciones virtuales del futuro, que se viven como goce utópico del futuro, como expresión de un tiempo en permanente cambio (tecnológico), que conduce al individuo por territorios determinados. Es lo que llama el activismo de la ‘interpasividad’, que crea simulaciones de aceleración externa al individuo, de cambios que nada cambian”. “En la postpolítica no se explicitan las ideologías, apenas hay espacio para ellas, y lo que aparentan ser rasgos de pluralidad, las ideologías tenues y convergentes, son en realidad distintos estilos de vida sujetos al imperio de las modas, por los ciclos del mercado. La ideología ya no induce pautas de comportamiento, modelos y mecanismos de control, sino que prevalecen ahora las coerciones económicas como instrumentos de inclusión/exclusión, de pertenencia a lo correcto, a la nómina de lo dominante.” “Vivimos en una etapa de ‘autocolonialismo’, impulsada por las corporaciones globales, que dan el relevo a las viejas potencias coloniales y al Estado-Nación, que no operan ya desde metrópolis privilegiadas, sino sobre la geografía mundial, amparadas por una débil filosofía de acompañamiento donde se entremezcla el liberalismo-tolerante y el multiculturalismo.” A esto se le suma la peor crisis política y la ausencia total de los modelos de representación. La dialéctica de la ilustración ha llegado a un ocaso acompañado del debilitamiento de los nihilismos, que aun no tiene un medio que los sustituya eficazmente, donde están los pensadores, donde están los lideres, quien asume el debate con alguna lucidez. ´Dice Luis Kanciper refiriéndose al “ Antiedipo” y que cabe como anillo al dedo en esta discusión.: “el Anti Edipo no es un Hegel de pacotilla. La mejor manera, creo, de leer el Anti Edipo es abordándolo como un arte, en el sentido en que se habla de arte erótico por ejemplo. Al apoyarse en las nociones aparentemente abstractas de multiplicidades, de flujos, de dispositivos y de acoplamientos, el análisis de la relación del deseo con la realidad y con la máquina capitalista aporta respuestas a preguntas concretas. A preguntas que no se preocupan tanto por el por qué de las cosas sino por el cómo. ¿Cómo se introduce el deseo en el pensamiento, en el discurso, en la acción? ¿Cómo puede y debe desplegar sus fuerzas el deseo en la esfera de lo político a intensificarse en el proceso de inversión del orden establecido? Ars erotica, ars theoretica, ars politica. Marcuse lo expresó con más claridad:: es que el sujeto unidimensional es víctima de su propia impotencia y de la opresión continua de un método de dominación más complicado de lo que Adorno y Horkheimer imaginaron. Esta crítica implica que la sociedad moderna es capaz de asimilar cualquier forma de oposición que surja al interior de sí misma, y por tanto no existe ningún movimiento individual ni colectivo capaz de oponérsele o de socavar sus raíces socioeconómicas. Este hecho se contrasta fundamentalmente con el capitalismo temprano, en que el movimiento proletario era una fuerza con el potencial efectivo de derribar al régimen. El capitalismo avanzado que describe Marcuse, en cambio, ha generado a través de los estados de bienestar una mejora en el nivel de vida de los obreros, que es insignificante a nivel real, pero contundente en sus efectos: el movimiento proletario ha desaparecido, y aún los movimientos antisistémicos más emblemáticos, como el movimiento punk-anarquista o el movimiento bohemio han sido asimilados por la sociedad y orientados a operar para los fines que la sociedad coactiva reconoce como válidos. Estas dos preguntas de Foucault apuntaban a resolver el mismo dilema frente al capitalismo rampante: Cómo es posible que se mantenga este sistema excluyente? Más aún ¿Cuáles son los dispositivos de poder que garantizan su cumplimiento efectivo? Padecemos los efectos del sistema, pero no resolvemos el nudo gordiano que nos somete. El libro de Tony Judt:" algo va mal" es un interrogamte abierto a todo lo que nos sucede, es una busqueda de respuestas desde la perspectiva de la inercia en que estamos, somos seres apolíticos, pese a la catastrofe que vivimos. sobra decirlo: El tema no es facil, pero lo abordaremos en adelante con absoluta responsabilidad.